A diferencia de politólogos y analistas, tanto dentro como fuera de la comunidad judía argentina, yo sí le creo a Ariel Cohen Sabban, Presidente de DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas). Con referencia acciones jurídicas por iniciativa de la institución que preside, relacionadas con la causa AMIA y ramificaciones, Cohen Sabban afirmó: “queremos despersonalizar esta acción que estamos haciendo. No queremos quedar inmiscuidos en ninguna disputa partidaria. La DAIA no está vinculada a un partido político”[1]. Por el contrario, amplios sectores de la sociedad argentina están convencidos que la maquinación de DAIA tiene claros objetivos partidarios. Para el grupo Llamamiento Argentino Judío “se trata de maniobras jurídicas que buscan la persecución política de funcionarios del anterior gobierno”[2]. Víctor Hugo Morales, el conocido periodista de orientación kirchnerista, aseguró que “AMIA y DAIA son dos instituciones que se han convertido en una especie de ‘nido político’ del PRO, y que hace muchísimo tiempo están en línea con sectores de la derecha”[3]. Sin embargo, la declaración del líder judío incluyó otra frase que no es más que una grosera farsa y un insulto a la inteligencia. Ariel Cohen Sabban dirige una institución que se fijó como misión institucional “tener la representación política de la comunidad judía argentina”, pero en la misma oportunidad declaró que “no tenemos color político”. La realidad de los últimos años demuestra claramente que no solo tienen color político, sino que es celeste y blanco con la estrella de David de fondo, defendiendo intereses judíos e israelíes. Las iniciativas tomadas por DAIA de reflotar y apoyar causas judiciales en contra de Cristina Kirchner, Timerman y 170 parlamentarios argentinos[4], están acompañadas de un claro objetivo político que no tiene nada que ver con sus enjuiciamientos, tampoco con la causa AMIA ni con las indagaciones relacionadas con el fallecimiento del fiscal Nisman. Si DAIA tiene interés en progresar en la investigación del atentado de AMIA (algo que la historia demuestra que no está del todo claro) o despejar dudas del caso Nisman, los fiscales y juzgados que tratan esos temas los recibirán a puertas abiertas. El enjuiciamiento o no de la ex presidenta, su canciller y parlamentarios, sus culpabilidades o sobreseimientos, no aportaran ni una pizca a las dos causas anteriores. Determinar si Cristina Kirchner y Timerman traicionaron a la patria o no, es un caso que atañe únicamente a la sociedad argentina. Para una institución judía que representa judíos argentinos y muchos intereses israelíes, sería mucho más saludable que se quede afuera de esta causa especifica. ¿Cuál es el motivo que mueve a DAIA? ¿Qué es lo político de su misión institucional que no es partidario y que impulsa ese accionar de DAIA? El objetivo estratégico de DAIA, que se dibuja de su nuevo accionar, se basa en el abandono de la vieja y simple función de representar un grupo étnico ante autoridades locales, para pasar a convertirse en un centro de poder decisivo en el quehacer político nacional, sin cumplir ninguna función formal ni compromiso especifico con alguna agrupación política determinada. Tienen la mirada fija en el país del norte para posicionarse políticamente como el AIPAC argentino. Al igual que el poderosísimo lobby norteamericano, DAIA pretende convertirse en el filtro por el cual no se permitirá el paso de ninguna iniciativa que, a su criterio, pueda afectar aspectos de conveniencia de la comunidad judía, y lo que es peor, intereses foráneos como es el caso de Israel. Como se expone, las acciones presentes de DAIA contra la Sra. Kirchner y Timerman no tienen ninguna relación con los esfuerzos de progreso en el caso AMIA o Nisman. No se las puede interpretar de otra forma más que el propósito de amedrentar y acobardar todo personaje, funcionario, parlamentario, agrupación política o el mismo gobierno, que no se les ocurra tomar posiciones o decisiones que puedan afectar esos objetivos prioritarios de DAIA. La práctica diaria del último tiempo nos muestra una serie de acontecimientos que refuerzan esta visión. He aquí alguno de ellos. El poder judicial fue el primero donde se asestó un fuerte golpe. Mientras el gobierno anterior amenazaba al juez Daniel Rafecas con juicio político por sus decisiones en un caso vinculado con el Vicepresidente Argentino, la DAIA lo alababa como adalid de valores humanos por su dedicación a temas que le conviene a esa institución. Tan solo tres años atrás, “DAIA reconoció al juez federal Daniel Rafecas, por su compromiso con la memoria de la Shoá, la promoción de la diversidad y la defensa indeclinable de los Derechos Humanos”[5]. Cuando en nombre de esa “defensa indeclinable de los Derechos Humanos” el mismo juez desestimó últimamente la denuncia de Nisman contra Kirchner y Timerman, en contraposición a la postura de la institución judía, el juego se terminó y se decidió excomulgarlo políticamente. Waldo Wolf, ex Vicepresidente de DAIA y actual Diputado Nacional oficialista, pidió su juicio político por “tergiversar pruebas para desacreditar al fiscal Nisman”. Con otro funcionario judicial le fue mucho más fácil. En un insólito acto que pone en serias dudas su lealtad a la función que el Estado Argentino le adjudicó, el fiscal Ricardo Sáenz, “en nombre de los fiscales comprometidos con el esclarecimiento de la muerte del fiscal Nisman” se puede decir que simbólicamente se arrodilló frente al pueblo de Israel, su gobierno y Primer Ministro Netanyahu. En una carta personal enviada al premier israelí, Sáenz le confiesa que se entrevistó con el Presidente del Congreso Judío Mundial (¿¿¿????) y que “como fiscal y vicepresidente de la Asociación que nuclea en mi país a jueces y fiscales asumo ante Usted, su gobierno y todo el pueblo de Israel el compromiso de no cesar de investigar este homicidio (fiscal que investiga ya decidió. DK) y tratar de que sus responsables reciban el merecido castigo”[6]. Lo inaudito del caso es que el renombrado fiscal parece que se olvidó que en su función no le debe nada, ni tiene ninguna necesidad de comprometerse, ante el pueblo judío, Israel y su Primer Ministro. Por el contrario, toda su deuda la tiene con el pueblo argentino, obligación que parece, alguien se la quitó de su memoria. Pocos días atrás, Victor Garelik, Director Ejecutivo de DAIA viajó a EE. UU a los efectos de ponerse en contacto con directivos de las más prominentes organizaciones judías de ese país. Con seguridad, se trataba de un viaje de aprendizaje entre quienes representan el símbolo del éxito del trabajo lobista en pasillos gubernamentales[7]. El desfile de Ministros, Gobernadores y demás altos funcionarios gubernamentales en oficinas de DAIA proyecta claramente la imagen que quedaron atrás los días de una dirección comunitaria pasiva. El nuevo activismo político determinará que todos estos funcionarios, de todas las líneas partidarias, antes de fijar postura, deberán registrar claramente en su agenda los intereses de DAIA. Cumpliendo la función de brazo ejecutivo del accionar en defensa de intereses israelíes, Cohen Sabban se encontró con Rodolfo Terragno, Embajador Argentino ante UNESCO. En esa oportunidad se le manifestó al funcionario argentino la preocupación ante el voto afirmativo del país por la resolución de UNESCO titulada “Palestina Ocupada”. “Cohen Sabban explicó que el encuentro fue para evaluar las posiciones a tomar de cara a futuras situaciones”[8]. Con los antecedentes antes descriptos, probablemente el Sr. Terragno deba pensar muy bien ante una futura votación relacionada con Israel si no quiere frecuentar más asiduamente Comodoro Py antes que Paris. Pareciera que el poco tiempo transcurrido desde que Macri asumió la presidencia argentina, ya le fue suficiente para comprender que DAIA no viene con sus manos limpias. El oficialismo se está convenciendo que se trata de un drástico cambio del tablero político argentino y que le están marcando la cancha. El objetivo de DAIA de embarrar la imagen de Cristina Kirchner y su partido es solo un escarmiento que lo quieren trasmitir a los diferentes estratos políticos y a toda la sociedad argentina. No en vano, lo que en octubre del año anterior se evaluaba como el futuro de una soleada primavera en las relaciones del gobierno nacional con Israel y DAIA, tan solo en pocos meses da la impresión que estamos arribando a un otoño gris y muy destemplado. Es difícil evaluar la posibilidad que este cambio estratégico posicione a DAIA como factor decisivo en el futuro campo político argentino. Tal vez ésta sea muy alta. Contrariamente y en el mismo proceso, se puede afirmar, con alto grado de seguridad, que la sociedad argentina será testigo de un incremento significativo en el sentimiento de aversión hacia el judaísmo e Israel. Ojalá me equivoque-Herzlya – Israel [1] “DAIA, no queremos quedar inmiscuidos en ninguna disputa política”, Ariel Cohen Sabban, Iton Gadol 4-8-16 [2] “Cuestionan el pedido de la DAIA reabrir la denuncia contra Cristina”, Telam, 1-8-16 [3] “AMIA y DAIA se han convertido en ‘nidos políticos’ del PRO”, Perfil 18-7-16 [4] “DAIA busca reflotar ante la justicia la acusación de Nisman”, Pág. 12, 3-8-16 [5] “Reconocimiento del Juez Rafecas”, Prensa DAIA, 20-3-2012 [6] “Netanyahu recibió en Israel a la Agencia Judía de Noticias”, Iton Gadol 4-6-2016 [7] “DAIA se reunió con organizaciones judías en New York”, Iton Gadol, 13-7-16 [8] “DAIA fue recibida por Rodolfo Terragno”, Prensa DAIA, 4-8-16
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