Cada día que pasa es más evidente que la negociación obtenida por los persas con la Argentina para desbloquear la Causa AMIA, ha caído rudamente en el mentón de la hasta ahora firme defensa de los encubridores (nuestros y ajenos). La desesperación en que han entrado estos, lo prueba. Por ejemplo, se conoció al respecto un comunicado de AMIA/DAIA y de “Familiares y amigos” que pone en evidencia el daño sufrido por los falsificadores de la AMIA que, a esta altura, ya parece irreparable. Dicen que “Manifestamos que la única oferta aceptable de cooperación iraní es la entrega de los acusados por el ataque...” O sea, se sigue pidiendo lo imposible de cumplir por Irán: Que entregue a sus funcionarios. Esto no lo puede hacer ni lo hará, porque los acusados viven en Irán y están bajo la Jurisdicción de la Justicia de ese pais.Ningun residente puede ser entregado a otro país sin un juicio previo de extradición. Así lo hizo Gran Bretaña en el 2004, cuando fue detenido allí por la misma acusación de la AMIA el ex embajador Soleimanpour. Cuando las pruebas llegaron desde Argentina, para continuar el juicio de extradición, las consideraron insustentables, liberaron al iraní y hasta lo indemnizaron por las molestias causadas. Los británicos dijeron: “Argentina no pudo aportar pruebas suficientes para apoyar una orden de extradición en su contra”. Sin embargo, los encubridores siguieron embarrando la cancha como si el invento del fantasmagórico coche bomba y del asesino/suicida Berro (Quien según sus familiares en EEUU, ya había fallecido varios años atrás en Medio Oriente) y otras fabulaciones del fiscal Nisman, no fueran suficientes. Las indagatorias se harán en un tercer país, sin la detención de ninguno de los acusados. Ahora bien, si descartamos a los iraníes, deberíamos investigar nuevamente desde el luctuoso 18 de julio de 1994. El desastroso desempeño de los letrados argentinos (Galeano, Mullen, Barbaccia, Nisman, Canicoba, La Cámara de Freiler, Fatrah, Ballesteros, más Dobniewsky, Nercellas/Avila), que inculpó a policías y ladrones de gallinas (detenidos y puestos en libertad) quedará nuevamente patas para arriba, sin resolver nada y, como de costumbre, dando vergüenza. Por supuesto que Irán es un cáncer en expansión, pero la presidenta argentina consintió un encuentro entre el Canciller Timerman y el de Irán, con la esperanza de que este hombre de impecable sonrisa nos enseñe las bondades de su régimen. Ambos países, buscarán profundizar el dialogo para entender mejor lo que llaman “pequeños desencuentros culturales”. No se escuchó de la Argentina la exigencia de que comparezcan ante los tribunales los sospechados del atentado. Es verdad, primero tenemos que profundizar para comprender como funciona la justicia iraní, que castiga con la muerte a homosexuales, mujeres que pretenden igualdad de género, opositores y que, de paso, niega la Shoá y proclama borrar de la faz de la tierra al estado de Israel. Irán, seguramente, tiene grandes valores, pero ahora ya no viene con la espada sino con la bomba atómica. Con dolor vemos a un señor de apellido Timerman, judío él, cuya familia fue refugiada durante la dictadura militar en el mismo estado que su interlocutor quiere exterminar, quien tiene un hermano viviendo en EEUU y otro en la nación judía, como se presta a este juego y se regala por un plato de lentejas o soja, traicionando su condición e historia.
Ahora, a los hechos…
Extracto de nota en LA VOZ y la opinión de Noviembre/2003
Por Gabriel Levinas*
Probado pero Falso
Algunos medios de prensa, al hablar del caso AMIA, dan por probadas hipótesis que sólo en la justicia argentina pueden ser aceptadas como tales.
El juzgado utiliza el aval político de países interesados en echar sobre las espaldas de la república de Irán cualquier responsabilidad que sirva a los fines de incluirla en el eje del mal tenga o no real participación en el atentado.
Lo mismo ocurre con miembros notables de la comunidad judía merced a su conocida relación condicional con el juez y el menemismo. Quiero contar al lector la manera vergonzosa en que la causa fue llevada por el Juez Galeano. En el caso del atentado, nadie puede tener certeza absoluta sobre nada de lo que figura en el expediente judicial (hasta el número de víctimas fue incorrecto durante años). El caso Amia es un enorme compendio de irregularidades que desde su raíz impiden juzgar y menos aún condenar a nadie, sean o no los responsables del asunto. Lo único que al día de hoy nos queda por hacer es buscar y juzgar a los que destruyeron pruebas, ocultaron información, plantaron pistas falsas, encubrieron. No sólo porque merecen estar presos sino porque además a tantos años del atentado es el único camino posible para llegar a la verdad. Vamos con una pequeña lista de ejemplos para que se entienda la idea: Cual fue la razón para que no se intentara llegar a la verdad de la conexión local.
Ninguna de las partes de la camioneta fue secuestrada en el lugar de los hechos de acuerdo a las normas procesales. Cualquier elemento probatorio se debe recoger con la presencia de dos testigos que firmen el acta de secuestro, debe ser tomado con los cuidados necesarios para no contaminarlo, lacrar el sobre para evitar que sea alterado y puesto a recaudo para garantizar que posteriormente llegue a peritos idóneos e imparciales para que hagan su debido trabajo. Nada de esto se llevó a cabo. Mucho menos se pueden aceptar como confiables peritajes sobre esos objetos realizados cuatro, seis y hasta ocho años después de ocurrido el atentado, sobre elementos guardados en manos de quienes estuvieron procesados precisamente por ocultamiento de pruebas y otras irregularidades. El mismo motor de la Traffic, según se vio en el juicio oral, fue encontrado tres veces. Dicho motor fue por primera vez peritado en busca de restos de explosivos cuatro años más tarde. Obviamente ese resultado, aún si fuese cierto, no tiene validez legal. Si la forma en que fueron obtenidas las evidencias y realizadas las pruebas y peritajes fue perverso, ilegal o fuera del procedimiento, esto implicaría privar de las debidas garantías constitucionales a los imputados. Incluso si los presumiésemos culpables ¿sería justo condenarlos bajo estas condiciones?
Poco vehículo para tanta certeza
Cuatro años después del atentado sólo se había encontrado el equivalente al siete por ciento de las partes de un vehículo. Misteriosamente, después que los restos y escombros amontonados en la Ciudad Universitaria fueron empujados al río por una topadora, aparecieron gran parte de los pedazos faltantes del vehículo. Tenemos testigos “apretados” para modificar su declaración en el propio juzgado, casos de delitos federales comprobados y no procesados por el juez, como el caso Haddad y su compra no justificada e ilegal de explosivos. Tenemos incluso el contenido del video donde se ve al juez negociando con el principal imputado una declaración consensuada a cambio de dinero,(400 mil dólares) en tanto cumpla con una serie de instrucciones, donde básicamente se le pedía a Telleldín que involucre a policías de la provincia de Buenos Aires y libere a la Policía Federal. Todo esto ocurrió, a pesar de lo que sostiene la doctora Nercellas (amiga personal del juez, querellante de la DAIA y abogada del doctor Beraja), bajo el total y absoluto conocimiento y aceptación de los abogados de la DAIA y del propio Beraja. Fue también Beraja quien desesperadamente salió a golpear las puertas de los medios para salvarle el pellejo al juez cuando se pasó el video famoso en el programa de Lanata. Muchos sostienen que Telleldín algo sabe, yo lo comparto: sabe mentir. Y cobró sobradamente por eso. Pero no es el único que cobró. Algunos siguen cobrando y otros por no dejar de tener su sueldo prefieren aceptar la versión oficial que sale del tribunal oral, una versión agiornada y más presentable, pero igualmente falsa, ya que está basada en el fruto del árbol podrido. Se procesó gente, se la acusó de entorpecer la causa, muchos empleados y miembros de las fuerzas de seguridad fueron objetados incluyendo la propia instrucción inicial ordenada por el ex juez al comisario Castañeda, quien fue procesado por ocultamiento de pruebas en esta misma causa y sin embargo los resultados de su labor siguen siendo tomados por ciertos. Si existió o no un vehículo bomba, no lo sé, pero eso no es lo importante, lo importante es que murieron 85 personas.Si hubo un suicida (Un tal Berro), donde quedaron sus restos? Los directivos de la DAIA de manera constante se encargaron de presionar a la prensa, cada vez que una voz crítica se alzaba contra el juez oficial. La mayoría de los encargados del caso en los distintos medios pueden atestiguarlo. El mismísimo canciller Bielsa intentó llevar el caso a un tribunal imparcial fuera de nuestras fronteras, algunos dirigentes de la comunidad judía en lugar de estar contentos por la imparcialidad y transparencia que se ganaría estaban preocupados por el control que perderán. Recordemos que esta DAIA es la misma del 76, la que calló la desaparición de miles de jóvenes judíos, la de Beraja que confundió su papel de banquero con la de dirigente comunitario y avaló ciegamente a Galeano a cambio de un trato preferencial para sus negocios. Queda la amarga sensación de que todo el caso quedará en la confusión y sin castigo para los verdaderos culpables, ya que cuando más evidente se hace la manipulación y el ocultamiento, cuando más probada está la tarea de destrucción de evidencias y desvíos por parte de las fuerzas de seguridad y los delitos del juez, paradójicamente, más demostrada está para los medios de prensa la teoría oficial.
*Miembro de la Comunidad judía de la Argentina. Periodista, fundador y director de la revista El Porteño 1981-1986. Realizó un informe sobre el caso AMIA en 1995 para el congreso de los Estados Unidos, Publicado por la Biblioteca del congreso Washington Sep. 1995. Trabajó para la DAIA en la investigación e informatización de la causa AMIA 1997-1998. Autor del libro La ley bajo los escombros, subtitulado Amia: lo que no se hizo (Editorial Sudamericana, 1998).
Política, Ciudad y Comunidad judía
Claudio Avruj, actual subsecretario de Derechos Humanos de la ciudad (con pedido de licencia), se presentará a las elecciones de DAIA. Fuentes consultadas por LA VOZ y la opinión, dijeron que esta movida es fogoneada por el Diputado-Rabino Sergio Bergman, con intenciones poco claras y siempre muy activo en la búsqueda de poder y espacios. Recordemos que Bergman, hombre perteneciente al movimiento liberal Judío reformista y fundador de la agrupación “AMIA es de todos” ya tuvo participación activa en las últimas elecciones de la mutual judía, otorgándole los votos necesarios a Guillermo Borger para convertirlo en el primer presidente ortodoxo de la institución. La gente puede pecar de ingenua, pero no es tonta. Si no, cómo se explica entonces que un profesional como Avruj, con un cargo rentado importantísimo en el gobierno de la ciudad y con una actividad previa de funcionario profesional de organizaciones comunitarias, decida renunciar al mismo para postularse a una potencial presidencia de DAIA, una ONG que exige dedicación full time y recursos económicos propios que permitan una tarea dirigencial comunitaria. ¿De qué o de quién vivirá Avruj, cuales serán los beneficios recibidos o a recibir? Las acusaciones a Julio Schlosser, ex secretario general de la AMIA y actual vicepresidente de DAIA, de tener afinidad con el gobierno kirchnerista son la excusa perfecta para llevar la contienda a la dirigencia comunitaria. Decimos que Claudio Avruj no fue independiente en sus últimos 15 años de actividad comunitaria. Durante 10 años fue Director ejecutivo percibiendo un sueldo de la DAIA. Ejecutaba las políticas que le ordenaba el Consejo Directivo de La DAIA. Y en los últimos 5 años fue un funcionario político del PRO. Schlosser estará acompañado en la fórmula con Waldo Wolff, presidente de la Federación Argentina de Centros Comunitarios Macabeos (FACCMA), como vicepresidente, con Jorge Knoblovits, como secretario general y con Mario Comisarenco como tesorero. En la DAIA, a diferencia de la AMIA, los electores son las instituciones de la comunidad judía de la Argentina. El próximo 5 de noviembre a las 19 horas, comenzará a definirse el reemplazante de Aldo Donzis, quien concluirá su segunda gestión al frente de la representación política y quizás se llevará consigo lo más rancio de una nefasta época liderada por las influencias de Menem, Corach, Avirán, Beraja y los presidentes de DAIA que lo siguieron.
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