La Organización Sionista Mundial (OSM): Representante del pueblo judío
El presidente de la Organización Sionista Mundial, Abraham Duvdevani, designó a Lázaro “Lalo” Slepoy como representante de la institución en América Latina. Llegado hace unos meses de Israel, instaló en Buenos Aires una representación del Ejecutivo de la OSM, con cobertura en Latinoamérica y que está a su cargo. Slepoy, nacido y educado en su querida ciudad comunidad de Rosario, nos habla con entusiasmo de la importante tarea que desarrolla. .
“Se debe tener presente que el Departamento de Actividades para la Diáspora de la OSM (Hagshamá) realiza acciones junto con las Federaciones Sionistas en todo el continente. Ahora, por ejemplo, incluimos el estudio del hebreo o y el proyecto de las “familias israelíes en las comunidades”, que brinda apoyo por medio de personas con vastos conocimientos del tema.
Mi misión, al ser el primer representante del Ejecutivo de la OSM, es centralizar esa actividad en toda Latinoamérica. También me dedico a explicar la diferencia división de tareas entre la OSM y la Agencia Judía. El Departamento de Actividades para la Diáspora, establece las pautas a seguir y aprueba los proyectos que se ejecutan, y yo soy el que observa lo que ocurre en el terreno, es decir que vengo a ser algo así como los ‘ojos’ del departamento en las comunidades y debo solucionar los problemas que se presentan. Por ejemplo, ahora que hay una reestructuración en el Departamento de Hagshamá en Argentina, debo encargarme que sus actividades continúen normalmente. También me encargo de relacionarme con todas las instituciones comunitarias, para difundir la actividad sionista que desarrolla ese departamento. Por ello, es fácil comprender que existe una colaboración muy eficaz entre nosotros.
La OSM no forma parte del gobierno, pero, por supuesto que siempre apoyaremos al Estado de Israel. Orientamos a las comunidades judías del exterior para que nos participen, porque debemos ser los voceros del pueblo judío. El judío que vive en la Diáspora se convierte en participante votando para elegir a sus delegados al Congreso Sionista. Tanto el Ministerio de Esclarecimiento como el de Relaciones Exteriores israelíes llegan mayormente a quienes ya están convencidos y no a quienes no lo están. El Ministerio de Esclarecimiento hace mucha propaganda destinada a judíos y a muchos evangelistas pro-israelíes diciendo que “aquel que está en contra nuestra seguirá pensando así pese a lo que se le diga”. Yo considero que hay que llegar a aquél que todavía no tomó posición. La OSM organiza seminarios: por ejemplo, todos los años llegan periodistas no judíos a Israel para participar en cursos donde se los capacita y les hacemos conocer el verdadero Israel, ese que no sale en los medios de comunicación. Creo que es la mejor propaganda que podemos hacer y que cuando regresen a sus países, presenten un Israel pujante y no la que nuestros enemigos muestran. Además, debo señalar que la OSM trabaja con el pueblo judío, pero no tiene mandato para hacerlo con no judíos. Trabajar estos temas hacia adentro es imprescindible, porque hay mucha gente de nuestro pueblo que no está institucionalizada y debe ser esclarecida.
Respetamos mucho a los jóvenes que descubren su identidad por medio de la religión, cosa que me parece fantástica, porque es un hecho que no habíamos logrado llegar a ellos. Es hermoso ver a los movimientos religiosos, de todas las corrientes, que captan a esa gente, pues en el pueblo judío hay grupos que son sionistas y otros que no lo son y en el Movimiento Sionista hay movimientos religiosos, que participan en la OSM, con sus delegados, y también en la OSA. En la diáspora, todos tenemos el mismo derecho a llegar a nuestro país, laicos, o religiosos, los que quieran establecerse en Kibutzim o en ciudades. Todos son bienvenidos. Para aquellos a los que no podemos ayudar económicamente, y ofrecerles un viaje a Israel, existen programas como Taglit, que en Argentina se conoce como BRIA, que le permite visitar Israel, a jóvenes judíos de entre 18 y 30 años, abonando una suma realmente muy pequeña.
Para terminar, señalamos que “Lalo” viaja por todo el país, visitando, inclusive a comunidades muy alejadas de la capital, que son, seguramente, las más necesitadas de información.
D. S.
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