-El texto que antecede, escrito antes del fallo del Tribunal Oral Nº 3 de Comodoro Py, y que ahora aquí se publica muy a pesar mío de la razón.- Mas vale tarde que nunca y sirva para un mayor esclarecimiento.
No es posible, siquiera, tener la menor piedad por esta, nuestra justicia, pero no es menos cierto que quienes lean mis notas anteriores y/o tantos comentarios radiales y televisivos sobre este tema, tendrán que coincidir conmigo en que no están exentos de culpa conspicuos miembros de nuestra comunidad quq no vacilaron en hacer gala de su soberbia, y menos de sus mezquinos intereses personales. Hemos asistido a una farsa que no comenzó con el Tribunal Oral y Público, sino con la consagración del juez Galeano en el mismo momento de asumir la investigación. He dicho hasta el cansancio y hace años, que las disidencias administrativas judiciales que llevaba el juez Marras, venían plagadas de falencias que a la hora de la verdad se constataron. He pedido una y cien veces que los letrados de parte debían remover al juez, y fueron permanentes las respuestas de que la cantidad de material acumulado sería tarea ardua para un nuevo magistrado, como que también se perdería mucho tiempo para llegar a un pronto proceso. Hoy les pregunto de que tiempo me estuvieron hablando. Y de que proceso. Porque los nefastos resultados están a la vista. No han sabido, o no han querido, tomar el toro por las astas, pero supieron callar y encubrir con sus silencios verdades que ahora afloran. NO vacilaron en otorgar medallas a policías en pleno proceso, ni brindar con ellos y otras fuerzas, como el ejército, y compartir agapes en el seno de la DAIA. Nos han llenado de vergüenza y con rigor de verdad, también humillaron a nuestros muertos. Esta es tan solo una parte de nuestra dirigencia. Ahora se acordaron de Menem, Ruckauf, Corach, Coria y tantos otros, cuando hace diez años fueron los centros específicos de la seguridad e investigación de los dos atentados. No nacieron hoy por generación espontánea, y me pregunto entonces, por qué antes de ahora, ya sin fueros, no fueron llamados a testimoniar. Y agrego, que es lo que no debemos saber que nuestra dirigencia y los mencionados se juramentaron callar. Si creen en Dios, que se apiade de sus almas.
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