Cuando se lee sobre los comunidades judías en Europa y aún en América, lo primero que llama la atención es la premura con que encaraban ciertos objetivos básicos a saber: un cementerio, una escuela y un asilo de huérfanos, Este último tema es el que hoy me desvela; recuerdo la época lejana en que a los campamentos judíos llegaban chicos y chicas provenientes del asilo de Burzaco y de la calle Arévalo, eran todos excelente compañeros y de algunos de ellos conservo gratos recuerdos. Luego cuando fue la guerra de los seis días (junio de 1967), me entere que la totalidad de los pupilos fueron llevados a Israel y supongo que allí habrán realizado su vida, ya que en lo personal, perdí contacto con ellos. Sabedor que en Burzaco solo hay ancianos (no niños), quise saber como se procede hoy en el caso de huérfanos judíos de ambos padres, que seguramente hay, fue por eso que indagué en las instancias comunitarias. Loas respuestas fueron: desde la realización de gestiones para conseguir lugar en institutos nacionales de menores o gestionar posibilidades de familias sustitutas, pero que alguien me dijera ¡Se los lleva y protege de tal modo en tal o cual sitio, nadie me respondió! Con toda mi humildad, por si estoy equivocado, pregunto: ¿no hay un albergue o sitio de contención para huérfanos judíos dependiente de institución judía alguna? La respuesta hasta ahora es ¡No! ¡No lo hay! Quiere esto decir que si un chico judío pierde a sus padres o es abandonado de algún modo por ellos, va a institutos nacionales y todos sabemos las fallas graves que estos lugares padecen y el tipo de vida que aguarda a sus internos (habrá seguramente excepciones que desconozco). Alguien quiere detenerse un segundo a pensar ¿cómo puede llegar a ser la vida de un niño judío recluido en esos establecimientos? Se lo diré por si no lo puede imaginar: Por ser circunciso y/o tener nombre judío (como Moisés, Jacobo, Etc.) o apellido con sonido judío será objeto de escarnio y humillación extra por todos sus compañeros de infortunio, garantizo que su vida será un calvario, con agregado a su de por sí, triste condición de huérfano. Una de las personas consultadas me dio a entender que siempre hay familiares directos que se hacen cargo, yo descreo de ese dato, pues si bien la familias judías suelen ser unidas en caso de infortunio, no puedo dejar de tener en cuenta que la actual situación no hace nada fácil a muchas personas, hacerse cargo de uno, dos o mas bocas extras para alimentar. Planteadas así las cosas y ante la falta de información recibida que lo desdiga, llego a la conclusión que no existe hoy un albergue y hogar para huérfanos judíos, lo cual me lleva a una triste reflexión respecto a cuan degradadas y enfermas están las instituciones judeo-argentinas de hoy en día. Ruego que alguien me haga saber por este medio o por cualquier otro que estoy equivocado. De no ocurrir esto, convoco a todos aquellos cuyo pensamiento coincida con el mío, a que nos reunamos para remediarlo. Algún lugar debe haber disponible, algún recurso se podrá movilizar, alguna persona nos ayudará, pero hagámoslo ya!, Que D's no lo permita, pero ese próximo huérfano puede ser un hijo, un nieto, o un sobrino. Tratemos de crear algo bueno para el futuro. Nuestros padres y abuelos de todas las épocas, con muchos menos recursos que los nuestros han sido tanto mas previsores y solidarios, tratemos de honrarlos imitando su ejemplo.• © LA VOZ y la opinión
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