El Papa Benedicto no ha iniciado una “guerra santa” como ha dicho el líder del terrorismo islámico mundial Bin Laden, un millonario saudita, educado en Europa, lo que el Papa ha hecho es colocar en su lugar a los fundamentalistas islámicos que se toman el Corán al pie de la letra.
Los comentarios del Papa Benedicto XVI durante su alocución en Alemania, hace unos días atrás, provocaron ira en el mundo musulmán, que exigió una disculpa del pontífice por “insultar” al Islam.
Una de las frases del discurso que el Papa pronunció en la Universidad de Ratisbona, (Bonn), titulado “Fe, razón y la universidad: memorias y reflexiones”, que provocó la ira musulmana, fue tomada del diálogo entre el erudito Emperador Manuel II Paleólogo y un persa culto, que tuvo lugar en 1391 en los cuarteles de invierno cerca de Ankara, sobre el tema del Cristianismo y el Islam, y la verdad de ambos.
El Emperador habría dicho: “Muéstrame sólo lo que Mahoma ha traído de nuevo, y encontrarás solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba”.
Luego de expresarse de esa manera, el emperador explica en detalle las razones por las que difundir la fe a través de la violencia es algo irracional. La violencia es incompatible con la naturaleza de Dios y la naturaleza del alma. “Dios- dice- no se alegra con la sangre, y no actuar según la razón es contrario a la naturaleza de Dios. La fe es fruto del alma, no del cuerpo. Quien quiera llevar a otra persona a la fe debe tener la capacidad de hablar bien y de razonar correctamente, sin necesidad de recurrir a la violencia ni a las amenazas”.
Como podemos apreciar la historia se ha repetido de generación en generación, de centuria en centuria y de milenio en milenio. La verdad sea dicha, los musulmanes no han cambiado un ápice. Son violentos, fanáticos, demoníacos…
Fanatismo Moderno
Los últimos grandes atentados de estos criminales islámicos son el de AMIA, en Buenos Aires en 1994. En 1995 en Oklahoma, estos terroristas volaron un edificio estatal que costó centenares de víctimas, incluyendo niños, mujeres, ancianos. En el año 2001 los terroristas atacaron el World Trade Center y el pentágono, para lo cual usaron aviones civiles, contabilizándose las víctimas en varios miles de personas. Realmente nunca se sabrá cuantos murieron en esos atentados. En el año 2004 volaron un tren en Madrid, cargado con trabajadores latinoamericanos y árabes; allí hubo cientos de víctimas. El año pasado, se produjo el atentado en Londres, el cual fue coordinado de tal manera que los terroristas volaron autobuses y estaciones del metro londinense con decenas de víctimas.
En la actualidad no hay periódico en el mundo, no hay medio de comunicación que no se refiera a los actos terroristas o noticias relacionadas con el terrorismo islámico. Por ejemplo, Al-Qaida cinco años después del 11-s (ABC Es.); Juez dicta prisión preventiva para seis acusados de terrorismo (Terra); Francia, en estado de alerta por la alianza entre los salafistas argelinos y Al Qaida (ABC). La guerra contra el terrorismo islamista y el papel clave del gran aliado de Occidente, Arabia Saudita (New Stateman – Lon.); Sentenciadas 10 personas a penas de cárcel por terrorismo (Terra); y así por el estilo; en otras palabras el terrorismo ya se ha convertido, desgraciadamente en parte de nuestra vida. En América latina, sólo el terrorismo de las FARC y ELN de Colombia se equiparan en brutalidad al terrorismo religioso de los grupos musulmanes o islámicos.
Una de las cuestiones fundamentales de El Corán, libro sagrado de los musulmanes, es la calificación de Jesús como un profeta menor, pues es anterior a Mahoma (el grande), rechaza que sea hijo de Dios y rechaza su resurrección así como su ascensión a los cielos. El Corán también rechaza la trilogía Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, acusa a los cristianos de politeístas, de idólatras y manifiesta que junto a los judíos deben desaparecer de la faz de la tierra, pues son infieles. Con respecto a la Guerra Santa, (contra judíos y cristianos) dice: “Dios (Alá) ha prometido a todos la hermosa recompensa, pero Dios distinguirá a los combatientes por encima de los no combatientes dándoles una gran recompensa (98) una gradación respecto de Él, un perdón y una misericordia. Dios es indulgente, misericordioso”. En esto se basan, fundamentalmente, los terroristas para atacar a los “infieles” y destruirlos, pues Alá, los premiará en la otra vida (fatalismo puro).
¿Qué dice El Corán?
El Corán manifiesta, abiertamente la necesidad de aniquilar a los impíos. En pueblos aniquilados por su impiedad (Azora #######) dice, a la letra: “11 Antes de vosotros fueron aniquiladas las gentes de Noé y los ad; las del Faraón, señor de los cepos; 12 los talmud, las gentes de Lot y los habitantes de la Selva; esos eran los partidos. 13 Todos trataron de embusteros a los enviados y merecieron castigo”. En Azora XL, Justicia de Dios (Alá) dice “10 Gritarán a quienes hayan sido infieles: “el odio de Dios es mayor que el odio que sentisteis hacia vosotros mismos cuando fuisteis llamados a la fe y rehusasteis…”.
Aquí nos encontramos con un Dios que odia tan profundamente que se olvidó de la palabra amor. Eso no es nada. Ese Dios destruye a quien no lo sigue. No acepta indecisos.
Para El Corán tanto judíos como cristianos son el partido del Demonio. Como tales hay que expulsarlos de donde estén y aniquilarlos.
Quienes siguen el islamismo no pueden tener acercamiento ni amistad con los impíos. El Corán manifiesta, claramente, que quienes tengan amigos entre judíos y cristianos son del partido del demonio y por lo tanto también serán aniquilados. La verdad sea dicha, el papa Benedicto ha hecho un llamado de alerta. El terrorismo islámico se desató pues creen tener el poder militar y económico para destruir al “partido del Demonio”, el cual no es otro que Occidente.
¿Aliados o Traidores?
Los líderes islámicos buscan aliados entre aquellos líderes occidentales que no solo odian a Estados Unidos y a occidente en general y a la globalización en particular. Por ejemplo, los persas (iraníes) están montados en una peligrosa carrera armamentista nuclear. Necesitan enriquecer uranio y para ellos han pactado con el gobierno del presidente Hugo Chávez de Venezuela, hombre de carácter irascible, personaje que ha usado todo tipo de subterfugio para hacer creer a su pueblo de que es bondadoso, cristiano evangélico o católico. Ahora, ante la sonrisa siniestra del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, Chávez inaugura una mezquita islámica y trata de rezar algunas oraciones de El Corán. Obviamente, el presidente venezolano no se da cuenta de que él es un infiel que está siendo usado tanto por persas como árabes como es el caso de su relación con Siria y la organización terrorista Hezbolá que es apoyada por Siria y armada por Irán.
Ahmadinejad logró todo lo que quería de Chávez. Firmó más de veinticinco contratos y acuerdos financieros, militares, industriales y políticos, lo cual le permite, entre otras cosas, tener un aliado en el Consejo de Seguridad de la ONU (si Venezuela es elegida para el cargo, en Octubre 2006), se asegura la entrega de uranio, el cual Venezuela produce en dos o tres partes de su territorio y se asegura un apoyo en sus políticas petroleras. Recordemos que Irán produce casi tanto petróleo como su aliado sudamericano y ambas naciones pertenecen a la OPEP; por cierto Irán y Venezuela son las únicas naciones no árabes miembros de la OPEP.
No sabemos hasta dónde podrán llegar los fanáticos musulmanes. Una cosa está clara: la fe y la razón parecen no ir de la mano cuando se trata de religiones fundamentalistas. No puede ser de otra manera. El islamismo, que alguna vez iluminó a occidente con su arte, su ciencia, y su idioma, hoy ha caído, una vez más, en manos de pseudo profetas que predican el odio y el exterminio de los seres humanos que no piensan como ellos y que no tienen sus creencias. Lamentablemente, muchos les hacen el juego, como el tirano Raúl Castro y su banda comunista y el aprendiz de tirano (gracias a Dios aún no tiene la capacidad para serlo de verdad), Hugo Chávez, quien al apoyar a los terroristas y fundamentalistas árabes y persas, pone en juego la paz de su nación y del sub continente americano pues importaría un conflicto con el cual nada tenemos que ver.
Mario H. Concha Vergara
Fte: La historia paralela
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