Nuestra Constitución, paradigma de los derechos y obligaciones de todos los ciudadanos de la Nación, compromete aún mas a los funcionarios en su cumplimiento irrestricto, porque son parte del conjunto de la sociedad a la que representan, obligándolos a ser fieles custodios de sus Leyes y Reglamentos, respetarlas y hacerlas respetar, porque es el mandato otorgado por el pueblo como sus legítimos representantes, PARA HACER LO QUE SE DEBE Y NO LO QUE SE QUIERE.
Quienes ganan gobiernan, y las minorías velarán para que la gobernabilidad se ejerza conforme a derecho.
A grandes rasgos ha quedado enunciado el significado de la palabra DEMOCRACIA. "Es el gobierno del pueblo a través de sus representantes elegidos por la mayoría en sufragios electorales".
Cuando la libertad se mezcla con el libertinaje y los derechos se ejercen coercitivamente, las obligaciones quedan guardadas en el arcón de las cosas viejas y damos paso a los regímenes dictatoriales.
Son razones que los gobernantes sutilmente suelen dar durante el ejercicio del poder, y que terminan torciendo, como tantas veces ha ocurrido, el desarrollo político y social que enunciaron en sus plataformas proselitistas.
Dicho de otra manera, "no se cansan de borrar con el codo lo que escribieron con la mano".
Y como también están facultados para firmar decretos de necesidad y urgencia y tantos otros que hacen a los poderes otorgados por el Estado (que somos todos) a los Gobiernos (nuestros representantes) a través de la Ley, ésta se pone en evidencia cada mañana conforme a los sueños de la noche anterior, llámese obtener mayores poderes , llámese soñar con el poder a perpetuidad, o llámese no hacer hasta lo que se promete... Por lo tanto, en todos los gobiernos se dieron estas constantes, como si fuera moneda corriente y hoy a nadie asombra.
En sus inicios, Carlos Blumberg fue nominado por el clamor popular ante una concentración de miles de personas que se dieron cita frente a la plaza de Los Dos Congresos, como su legítimo representante para exigir ante las autoridades competentes, el cumplimiento del Código Penal y Procesal, y las urgentes modificaciones acordes a las gravísimas falencias que contiene, en muchos casos inconducente en esta época aciaga de delitos.
Delincuentes confesos amparados las mas de las veces con penas que hoy resultan para entendidos en materia procesal, como una verdadera afrenta al compromiso del derecho, y al dolor de los familiares de las víctimas que claman por una justicia justa en lugar de vivir azorados por normas vetustas, que no condicen con la realidad de las penas por los hechos y que los marginados los han hecho vivir en el infortunio.
Blumberg llego a convertirse en la reivindicación del desvalido que al igual que a él asesinaron a un hijo, a otros un padre, una madre o un hermano, a manos de delincuentes las mas de las veces reincidentes en delitos de suma gravedad. Mas aún, ha logrado de alguna manera "comprometer la idoneidad, y honestidad de las fuerzas de seguridad, jueces y fiscales "por el asesinato de Axel, su único hijo.
Por aquel entonces, desde las mismas filas del entorno presidencial, lo cobijaron como un referente social que sin hacer política estaba logrando de éste el compromiso de reveer las normas establecidas en materia penal. En la realidad, la forma de lograr los fines y objetivos solicitados en múltiples petitorios en salvaguarda de los derechos de los ciudadanos, asegurándole un "hacer", pero como tantísimas veces ocurre, el tiempo diluyo muchas de las promesas concedidas, fue obligado nuevamente a poner en evidencia las irregularidades, que siguen siendo mas de lo mismo.
La responsabilidad que la ciudadanía exige, ¿debe ser la preocupación de un Señor llamado Blumberg para lograr hacer lo que el propio Poder no hace?
¿Debe ser el Señor Blumberg nuestro representante? ¿Debe ser el Señor Blumberg la posibilidad del encanto político ya tentado por partidos de la oposición para captar los votos de esos miles que lo acompañaron en las marchas? Cambió el Gobierno de actitud hacia él porque ve la posibilidad de que sea un referente que se sume a la oposición y tenga peso partidario?
Valga entonces decir, que nuestros legisladores son sordos, ciegos y mudos o viven en otro país, ya que necesitan del clamor popular para que tomen conciencia de lo que ocurre en materia de inseguridad que día a DIA crece en forma alarmante, con robos, secuestros, asesinatos y violaciones por nombrar los mas evidentes. Solución que no llega, porque los recintos del legislativo (Diputados y Senadores) cuando tienen que tratar y resolver urgentemente estos problemas ,parecería que están de vacaciones.
Y como somos una sociedad pluralista, nadie esta excento de reclamar públicamente por respuestas a las omisiones que desde las filas de los tres poderes aún persisten (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
En las omilíadas, desde la Catedral Metropolitana, lo hacen los máximos dignatarios de la Iglesia Católica, o en los encuentros interconfesionales que aglutina a distintos credos: católicos, musulmanes y judíos, entre otros.
No comparto que muchos Rabinos cuando se expresan, digan que no hacen política. O entienden por hacer política militar en un partido. El solo decir ya es hacer, y es necesario que lo manifiesten sin reparos, porque son referentes públicos con opiniones que representan a mayorías que son los feligreses que concurren a sus templos.
Y es saludable las permanentes reuniones entre los distintos credos y que hacen a la libertad de expresión, de pensar ,porque así lo exige la democracia.
Nadie es dueño absoluto de la verdad, y entre disensos y consensos cuando la voluntad y la razón se unifican, de seguro los resultados serán el camino para lograr la paz y comprensión entre los pueblos con distintas creencias religiosas.
El Presidente de la Nación ha prometido sacar a la luz los archivos aún secretos sobre la voladura de la Embajada, la DAIA y la AMIA, y que transcurrido cierto tiempo se agotan las esperanzas porque no los tenemos, y si "un" algo tenemos, son solo la parte menor, que ya sabemos y nada suma a la causa, como que los compromisos políticos siguen estancos y para lo único que sirven son para tapar la realidad, y que los familiares de las víctimas estén hartos de pedir se haga justicia.
Son verdades, y como tales irrefutables, por lo tanto debemos LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE, las diga quien las diga, Obispos-Cardenales-Párrocos-Rabinos, y tantos otros. Se enoje quién se enoje, porque esas COSAS TAMBIEN TIENEN APELLIDO, desde el mismo momento que comenzó ésta desventura que nos sigue quitando el sueño.
Lamentablemente muchos del ayer, aún no se sentaron en el banquillo tribunalicio, como que pensar que el ex jefe de la SIDE Anzorregui dio de motus propio el dinero para premiar al hoy Abogado Telleldín, es el absurdo de los absurdos, mas aún, que su jefe directo fue el titular de la Presidencia de aquél entonces, el ex Presidente Carlos Saúl Menem ,quién sueña despierto con volver a ocupar el sillón de Rivadavia.
Y quién mejor que nuestros Rabinos egresados del Seminario Rabínico Latinoamericano, consustanciados profundamente con nuestras sagradas escrituras, velen además de lo dogmático por el derecho y la igualdad entre las personas. Están cumpliendo a rajatablas con el compromiso que han asumido a partir de sus Smijot (Ordenación Rabínica). Y que mejor ejemplo es la reciente creación en la cárcel de Villa Devoto de una Sinagoga que fue un logro del esfuerzo del Seminario Conservador, creado por el visionario y polémico Rabino Meyer.
Y en honor a la verdad, no puedo omitir preguntarle a nuestros hermanos ortodoxos, quienes nos acusan de fomentar la asimilación, y otras tantas necedades, mientras el Rabino Dr.Marshall.T.Meyer golpeaba las puertas de los cuarteles, el despacho de Videla, Massera o Agosti, poniendo en peligro su propia vida en aras de lograr la libertad de presos hoy desaparecidos, donde estaban, o que hicieron por los 1900 jóvenes judíos muertos a manos de los genocidas que asolaron nuestro país.
Los púlpitos son también tribunas de opinión. Y los Rabinos los responsables de señalar a la opinión pública desde sus prédicas, las cosas que hacen al común denominador de una sociedad.
Las estadísticas nos dicen que el Movimiento Conservador tiene mayoría en Israel, y no menos en nuestro país.
Si surgen los Blumberg, si las voces de los mandatarios de la Iglesia Católica hacen oír sus protestas, y no es casual sea durante la presencia de las máximas autoridades del país en la Catedral, si nuestros Rabinos hacen lo propio ,dentro y fuera se sus Templos, no son provocaciones y menos razones impropias, porque decir la verdad, reitero, es LLAMAR A LAS COSAS POR SU NOMBRE.
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