Con motivo del procesamiento dictado por el juez Ariel Lijo en la causa por irregularidades en la investigación del atentado a la AMIA, contra el ex-juez Galeano, el ex titular de la SIDE Anzorregui y otros, entre los cuales se encuentra el ex-presidente de la DAIA Rubén Beraja, el Consejo Directivo de la DAIA emitió una declaración confusa tendiente a expresar veladamente su defensa de carácter corporativo de este último.
Hagamos un poco de historia. Cuando hace unos meses el juez Lijo convocó a indagatoria a los ahora procesados, la DAIA intentó llevar adelante esta misma defensa corporativa convocando a un Plenario de los presidentes de las Instituciones adheridas. Después de dos sesiones con un cuarto intermedio, no se logró el consenso necesario para sacar una declaración, ya que numerosas instituciones, muchas de ellas de gran peso en la vida comunitaria, se opusieron con distintos argumentos a la propuesta del Consejo Directivo. La declaración actual en su primer punto hace hincapié en que la DAIA, desde su fundación, actúa “...como un cuerpo colegiado que adopta sus decisiones a través del proceso democrático”. Si es así ¿por qué en esta oportunidad, en una etapa más comprometida que la anterior en la que simplemente se llamaba a indagatoria, no procedió de la misma manera convocando a un Plenario antes de emitir una declaración? ¿Acaso temían un nuevo fracaso? ¿Qué otros intereses se manejan para una defensa corporativa a ultranza? ¿Y el “proceso democrático”? Bien, gracias....
El texto de la declaración está redactado para generar confusión. No se menciona que los procesamientos no tiene que ver con el atentado en sí, sino con un aspecto de las irregularidades en la investigación -el pago de los cuatrocientos mil pesos/dólares a Telleldín- y está siendo llevado adelante por un juez recientemente nombrado que no tuvo ninguna participación en las etapas anteriores. Etapas en las cuales la DAIA defendió permanentemente la actuación de Galeano, propició la separación de Nilda Garré cuando encabezaba la comisión encargada de monitorear la investigación y no reprochó el desplazamiento del Dr. Alejandro Rua de la Unidad Especial que funciona en el ámbito del Ministerio de Justicia. Ambos funcionarios denunciaron las irregularidades en la investigación y las maniobras dilatorias en distintas momentos. Tampoco menciona que el proceso no es solo contra Beraja sino contra todos los implicados en la presunta maniobra dolosa, lo que induce a la interpretación de una persecución dirigida únicamente contra éste, al que tampoco se nombra explícitamente. Y finalmente, “...expresar su grave preocupación, por transformar a las víctimas en victimarios” cuando en realidad lo que se esta procesando es el presunto delito de peculado. Victimarios son los autores intelectuales y materiales del atentado, y como también se dice en la declaración, sobre esto “...no se registran avances en la investigación, a más de doce años del mayor ataque terrorista de la historia argentina”. ¿Es que las presuntas maniobras que hicieron fracasar la investigación, entre ellas la que investiga el juez Lijo, no tendrán que ver con esa falta de avance?
Pero la verdadera intención de la declaración apareció claramente explicitada en las manifestaciones del actual presidente de la DAIA Dr. Jorge Kirszembaum, recogidas por el diario La Nación del 21 de setiembre. Allí ya asume la defensa explícita de Beraja negando temerariamente su participación en el delito que se le imputa y peor aún, involucrando a toda la comunidad al expresar que “El procesamiento de Beraja es el procesamiento de la comunidad, o sea, el procesamiento de las víctimas”.
El actual Presidente no tenía ningún derecho de involucrar a toda la comunidad porque de esa manera se crea la imagen de la presunta culpa colectiva cuando en realidad se está procesando a un individuo. La culpa colectiva ha sido el argumento clásico de todo tipo de antisemitismo Y tampoco tenía ningún derecho, en primer lugar, como dijimos más arriba, porque eludió la consulta que un tema tan delicado merecía, para soslayar la oposición interna que se manifestó en los Plenarios anteriores; y en segundo lugar, porque el sentir de la inmensa mayoría de la comunidad es de rechazo a la conducta mantenida por el Dr. Beraja y por los directivos que lo apoyaron durante su gestión y los que continuaron apoyándolo hasta la actualidad. Prueba de ello es el repudio que se manifiesta cada 18 de julio en la calle Pasteur, que ha llevado a que en los dos últimos años ningún dirigente de la DAIA pueda subir al palco para dar la cara al público.
CONVERGENCIA no se siente representada ni por la declaración del Consejo Directivo ni por las manifestaciones del Dr. Kirszembaum a la prensa.
Más temprano que tarde, llegará el momento en que aquellos directivos de la DAIA que han asumido la defensa corporativa de los responsables del fracasos de la querella, deberán rendir cuenta ante la comunidad de su conducta que no es otra que la de eludir su propia responsabilidad en dicho fracaso.
Buenos Aires, 21 de setiembre de 2006.
Dr. Roberto Faur Ing.
Dardo Esterovich Secretario General Presidente
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