"Se escribe para llenar vacíos, para tomarse desquites contra la realidad, contra las circunstancias" Mario Vargas Llosa
¡Una gran alegría! Otro sudamericano más se suma a la valiosa lista de Premios Nobel de la Literatura. El talentoso Mario Vargas Llosa viene a completar las proezas literarias de Gabriela Mistral, de Camilo Sela, de Pablo Neruda, de Gabriel García Márquez y de tantos otros cuyos nombres, en este preciso momento, huyen injustamente de mi memoria. Hoy, me siento prisionero de una rara sensación ambivalente y contradictoria pues el autor de "La ciudad y los perros" y "La tía Julia y el escribidor", el admirado y reconocido Mario Vargas Llosa ha recibido el Premio Nobel de la Literatura.
En ciertos aspectos, siento la satisfacción del merecido galardón a este extraordinario escritor, cuya obra literaria la considero auténticamente ambientada en tantas vivencias hispanoparlantes y sudamericanas en común además de su valiente testimonio frente a esos deplorables regímenes autoritarios de los Castro y de los Chávez que ensombrecen penosamente nuestra sufriente Latinoamérica. Por otro lado, debo confesar tener un dejo de tristeza y un sentido reproche hacia su injustificada obsesión de considerar que el tema de la paz en nuestro complejo Medio Oriente es responsabilidad absoluta de nuestro pequeño gran Israel. Su equivocado e irrefrenable deseo de hacer justicia basándose en fuentes de informaciones imprecisas, desvirtuadas y parcializadas.
Dice MARIO VARGAS LLOSA el 13/06/2010 en “Israel: la amistad difícil”:
“Cada día es más difícil ser amigo de Israel, salvo para los incondicionales convencidos de que todo lo que hacen las autoridades israelíes es bueno, que todos los palestinos son terroristas y que las críticas a la política de Israel son siempre producto del antisemitismo. Yo sigo siéndolo, pese a la repugnancia que me inspira su Gobierno actual, la intransigencia fanática de sus colonos y los abusos y, a veces, crímenes que Israel comete en los territorios ocupados y en Gaza, o fuera de sus fronteras, como ocurrió hace poco con los nueve muertos y las decenas de heridos de la flotilla de la libertad.” Me impacta sobremanera su opinión injusta, prejuiciosa e inexacta sobre las supuestas malas intenciones políticas del gobierno israelí en este maltrecho proceso de paz, haciendo recaer solo de este lado la responsabilidad de todos las complicaciones y aspectos negativos, enviando en forma equivocada e inocente todas las aguas hacia los tradicionales y persistentes deslegitimadores del único estado democrático de la región. "La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar."Mario Vargas Llosa. “El Premio Nobel de Literatura es una distinción que se otorga a quien haya producido en el campo de la literatura la obra más destacada, en la dirección ideal". Alfred Bernhard Nobel
Mi orgullo israelí no me deja olvidar a Shmuel Yosef Agnon, quien fue el primer israelí premiado con el Nobel de Literatura en 1966, uno de los más representativos escritores de la literatura moderna hebrea. También tiene un merecido lugar en algún lugar de mi memoria, el genial escritor ruso Aleksander Solzhenitsyn quien recibió el Premio Nobel de Literatura en 1970, no pudiendo lograr ir a Estocolmo por temor a que las autoridades soviéticas no le permitieran regresar. “Archipiélago Gulag”,” Un día en la vida de Iván Denisovich” y tantas otras. Es un gran placer saber que se hayan distinguido a tantos brillantes escritores como Isaac Bashevis Singer, Bertrand Russell, Ernest Hemingway, Albert Camus, y Thomas Mann. No quiero olvidar a Boris Pasternak quien no pudo recibir el premio en 1958 debido a la fuerte presión de la nefasta dictadura estalinista soviética. Tampoco a Jean Paul Sartre quien en 1964 lo rechazó por su convicción de que al recibirlo significaría perder su indiscutida identidad de filósofo. ¡Que pena!, en estos Premios Nobel de la Literatura se cometieron grotescos, gigantescos, históricos e injustos olvidos con los mas auténticos poseedores de talentos y creatividades de estas épocas modernas: con el inolvidable León Tolstoi (“La guerra y la paz y Anna Karenina”, con el valiente y comprometido Emile Zola, con Marcel Proust y su "En busca del tiempo perdido", con Franz Kafka y “ La metamorfosis” y “El proceso”, con el recordado Federico García Lorca “Bodas de sangre” y con mi inolvidable e inspirador símbolo literario de toda la vida: Jorge Luis Borges. Es mi gran deseo que los nombres de mis apreciados candidatos resuenen en el próximo año, en los solemnes ámbitos de la Academia sueca y sean tenidos muy en cuenta, personas tan célebres como: Los escritores israelíes Amos Oz, David Grossman y Abraham B. Yehoshúa. Los escritores argentinos Ernesto Sábato y Marcos Aguinis. Y si se haría realidad la existencia de la mítica maquina del tiempo y podríamos volver atrás en otros gloriosos tiempos, le recomiendo a la honorable Academia Sueca que les faltó laurear a esos tan admirados escritores del vigente y vital pasado: Jorge Luis Borges: “El Aleph” y “Hombre de la esquina rosada”. Enrique Santos Discépolo: "Yira-yira”, “Cambalache” y “Uno”. Miguel de Cervantes Saavedra: “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”. José Hernández: “El Gaucho Martín Fierro” y “La Vuelta de Martín Fierro”. Alberto Gerchunoff: “Los gauchos judíos” y “Entre Ríos, mi país”.
“Siempre imaginé que el Paraíso sería algún tipo de biblioteca” Jorge Luis Borges.
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