Los judíos fueron asesinados durante tres mil años, hasta que, durante la Shoah, en el peor momento de su historia, el pueblo judío de-cidió defenderse con armas en la mano, el levantamiento del gueto de Varsovia es el hecho más conocido de esa épica, tal radicalidad tuvo este hecho que cambió por completo la autopercepción judía; al culminar la Shoah surgió la consigna Nunca Más1; esto, luego de la creación del Estado de Israel se tradujo en que los atentados contra ciudadanos israelíes no quedarían impunes, ese es el origen de la “espiral de violencia” en Medio Oriente, los terroristas palestinos atacan Israel y éste se defiende, y, según Marcos Aguinis, lo que irrita a la “opinión pública mundial”, en especial en Europa, es esta convicción de que ya no es impune matar judíos, que los judíos se defenderán. Esto produce una irritación y una condena de todos los judeófobos, sean estos de derecha o de izquierda, la conducta de estos últimos es la que nos preocupa y ocupa hoy en día debido que el antisemitismo de derecha es ampliamente conocido a lo largo de la historia, mientras que el de izquierda es un fenómeno relativamente nuevo. La “izquierda” está po-blada de sujetos intolerantes para los cuales es perfectamente coherente apoyar al terrorismo antisemita mientras se mantiene una identidad de “izquierda”; mientras que, por otro lado, estos fundamentalistas no entienden como se puede criticar a los “asesinos de judíos” y continuar siendo de izquierda. Para esta visión alienada Israel es el único país del mundo que ha superado la lucha de clases, se execra a Israel de conjunto mientras se apoya a Palestina de conjunto como si Israel fuese totalmente burgués y Pales-tina completamente proletaria. En todo el mundo la “izquierda” radical está a favor de la revolución so-cialista; esto es, la destrucción de la sociedad capitalista a través del levantamiento de las clases obreras y la destrucción de la sociedad de clases, mas para Israel no plantean la revolución socialista sino su desaparición y reemplazo por un Estado binacional con mayoría árabe (quienes son mayoría en el lugar), ese estado no sería socialista, sino más bien, viendo el tipo de educación racista que reciben los niños palestinos, sería un Estado racista (y ya conocemos bien los judíos que destino nos espera siendo minoría étnica en un país racista). Para estos dictadorzuelos polpotianos2 no existen los grises; todo es blanco o negro, todas son dualidades polares irreductibles, o se está con Israel o se está con Palestina. Son tan extremistas en esta postura que apoyan acríticamente a los asesinos judeófobos caracterizándolos como “revolucionarios” y “antiimperialistas”; al tiempo que ca-llan ante el antijudaísmo europeo contemporáneo. Si bien es cierto que los asentamientos israelíes (“le-gales” e “ilegales”) en tierras palestinas deben ser desmantelados, también, y de la misma manera los “refugiados” palestinos deben re-nunciar a sus reclamos de establecerse en Israel y deberán reasentarse en territorios de la Autoridad Na-cional Palestina... Si la mayoría de los judíos fueron desplazados de los países árabes, despojados de sus bienes y de sus derechos de ciudadanía, reasentándose en Israel, no hay excusas para que los “refugiados” palestinos no hagan lo mismo. El “derecho al re-torno” es solo una excusa más para continuar su política de agresión hacia Israel. Esta “izquierda” ignora que hubo “refugiados” árabes y también judíos, solo reconocen a los árabes. Si bien es cierto que se deben criticar las acciones de destrucción de obras de infraestructura y las muertes de civiles causadas en las acciones del Tzahal (Fuerzas de Defensa de Israel), ignoran sistemáticamente los asesinatos de civiles israelíes realizados por asesinos fundamentalistas a quienes denominan “mártires suicidas”. Su propio autoritarismo les impide entender cómo alguien pueda querer que dos pueblos convivan en paz en dos Estados. Su “solución” totalitaria es la disolución del Estado de Israel y su reemplazo por un Estado binacional, esto en un contexto donde los judíos quedarían en minoría absoluta ante un grupo étnico-social (el árabe) que amenaza con tirar al mar a los judíos, y entre los cuales sus hijos en una proporción de dos de cada diez ansían ser hombres bomba para matar “judíos”. Es muy curioso el “relativismo” de la izquierda que lleva a definir a los fundamentalistas islámicos como “mercenarios de la muerte” cuando en la década de 1980 luchaban contra los soviéticos en Afganistán mientras se los define como “revolucionarios” cuando en 2001 atacaron las torres gemelas en EE.UU. Otra expresión de este “relativismo” tiene su ex-presión en la justificación de los atentados contra civiles en Israel apelando a la lucha en contra de la “ocupación” israelí de territorios palestinos en 1967. Este argumento se cae solo pues no da cuenta de los atentados contra Israel antes de 1967, como así tampoco de las masacres de judíos antes de la creación del Estado de Israel, ni de por qué entre 1948 y 1967 no hubo atentados contra Egipto y Jordania, países que en ese entonces habían ocupado los territorios reclamados por los palestinos. En este contexto, es peor aun la posición de los judíos de “izquierda”; así como antaño los judíos conversos eran los que, para mostrar lealtad a su nueva fe, mostraban mayor grado de judeofobia, siendo los principales inquisidores y asesinos de judíos; hoy en día, los judíos conversos a la “iglesia sin dios” son los principales enemigos de Israel. En su mayoría, nuestra “izquierda”, está poblada de sujetos fanatizados, completamente ignorantes de la realidad regional. Repetido-res de consignas vacías de contenido que repudian a la “avanzada imperialista en Medio Oriente” (Israel) y apoyan las luchas de los “revolucionarios antiimperialistas” que luchan por su “liberación nacional” (Ha-mas, Jihad Islámica, Hiz-bollah, etc.); estos discípulos de Stalin y Pol-Pot olvidan que el Partido Comu-nista Iraní participó de la “revolución antiimperialista” que lideró el Ayatollah Khomeini quien le agradeció con una matanza salvaje de dirigentes y militantes. Sin perder de vista la justeza de la lucha por la creación de un Estado Pa-lestino, nuestra crítica a la “izquierda” se centra en su judeofobia que se transluce en la falta de condena a los atentados contra civiles en Israel, a la educación antijudía que reciben los niños y jóvenes palestinos, y a la propaganda nazi que se realiza abiertamente no solo en territorios de la Autoridad Nacional Palestina sino en TODOS los países árabes lo que ha transformado a Mi Lucha de Hitler y a Los Protocolos de los Sabios de Sion en best sellers. Con-denan a Israel guardando silencio sobre estas cuestiones condenables de los palestinos. De la misma forma no se pueden ignorar las declaraciones y su plan de eliminación de Israel y su reemplazo por una patria sin judíos, en el último número de nuestro periódico hemos publicado un artículo harto elocuente al respecto. Pasaremos ahora a interrogarnos sobre una serie de inquietudes sobre las cuales estos sujetos no se interrogan (reafirmando de esta manera su judeofobia y su consignismo acrítico) y que en el mejor de los casos naturalizan como un elemento “dado”: • ¿Qué es lo que está esperando la Autoridad Nacional Palestina (ANP) para declarar su independencia y su Estado?. Tienen pueblo, gobierno y territorio bajo su control; ¿que pueblo en el mundo en esta situación no declaró su independencia?, ¿qué esperan?, que se las “den”. • ¿Independencia de quién?. Nadie los coloniza, pero suponiendo que ellos consideren que fuera Israel quien los mantiene en esa situación; de hecho, entre 1948-1967 cuando sus territorios (franja de Gaza y Cisjordania) estaban en manos de Egipto y Jordania respectivamente no formaron su nación; tampoco entre 1994 y 2001, cuando los acuerdos de Oslo estaban vigentes e Israel se mantenía lejos de sus territorios (dejaba sin responder los brutales crímenes terroristas que ni aun durante la paz cesaron. • ¿Por qué con los millones de dólares que recibe la ANP en concepto de ayuda humanitaria su pueblo permanece en la indigencia?. • ¿Por qué antes de 1948 no se oyó hablar de una identidad nacional palestina, mientras sabemos existían organizaciones político-militares que luchaban contra el colonialismo británico por la creación de Israel? • En los países árabes en 1947 había poco menos de un millón de judíos, hoy hay poco mas de mil, ¿Por qué no hablan de los refugiados judíos?, y no se re-fieren a estas personas que fueron obligados a irse sin nada, pues todos sus bienes les fueron expropiados. • Los refugiados judíos que fueron expulsados de los países árabes en 1947-1948 fueron absorbidos por la sociedad israelí, mientras que no se cuestiona por qué motivo luego de 55 años los árabes “refugiados” de Israel no han sido integrados en las sociedades de los países que los cobijan (El Líbano, Siria, etc.) y viven en condiciones más que deplorables. En este sentido, tampoco se denuncia la existencia de campos de “refugiados” dentro del te-rritorio de la propia ANP. • ¿Por qué exigen que Israel cese la construcción del muro de seguridad que se construye con el objetivo de contener los ataques terroristas pero ni siquiera condenan los atentados te-rroristas contra civiles isra-elíes, verdadera causa de creación del muro; como tampoco critican los atentados contra judíos producidos a lo largo de la tierra, como asimismo las profanaciones a cementerios ni los ataques a sinagogas? • Ustedes consideran que Israel está genocidiando a los palestinos; en cuantos genocidios de la historia la relación de víctimas es de 1 a 2,5 (aproximadamente 1000 israelíes y 2500 palestinos muertos en lo que va de la segunda intifada). ¿Por qué no denuncian a los Estados verdaderamente genocidas como Sudán, Indonesia, o islamo-“fascistas” como Arabia Saudita, Siria, Irán, etc. • Si bien Israel lleva adelante políticas sistemáticas de violación a los derechos humanos (por ejemplo, la búsqueda, persecución y asesinato sin juicio previo de dirigentes y militantes terroristas), también la tienen los terroristas palestinos atacando shoppings, cafés, restaurantes, ómnibus, mercados en la vía pública, etc., buscando asesinar la mayor cantidad de civiles posible. En este sentido ¿Por qué se condenan las acciones de Israel y no los atentados terroristas?; ¿es que acaso para ustedes es menos asesino quien mata civiles con bombas, granadas de mortero, misiles, fusiles, ametralladoras o pistolas, que quien sabiendo que puede matar civiles dispara misiles desde helicópteros o aviones de combate contra los terroristas que asesinan im-punemente pero que no fueron llevados ante la justicia? • ¿Por qué la “izquierda” plantea como “solución” para el conflicto pa-lestino-israelí la desaparición de Israel (Estado “biétnico”, en Israel hay un 25% de ciudadanos árabes, con sus partidos políticos representativos en el parlamento, Knesset) y la creación de un Estado binacional con una mayoría árabe hostil a la minoría judía, planteando la “autodeterminación” los pueblos pero ignorando que tanto en Israel como en la ANP, según las encuestas, la mayoría de la población está de acuerdo con la consigna de dos pueblos, dos Estados? • Aparentemente para estos fanáticos que se autodenominan “izquierdistas”, Israel sería el único país sin clase obrera y Palestina el único sin burguesía. Pues condenan de plano al primero y sostienen todas las acciones del segundo ignorando las posiciones de la izquierda de ambos países, por ejemplo, quiero citar aquí un fragmento de un reportaje a Efraim Davidi, dirigente del Partido Co-munista Israelí, entrevistado por Herman Schiller (la nota completa se puede leer en el sitio de noticias de Internet llamado Argenpress. Davidi dijo que: “Hay, lamentablemente, una fuerte demonización de todo el conjunto del Estado de Israel, sin distingos. Todo lo que muchos saben sobre materialismo histórico, materialismo dialéctico y lucha de clases parecería que no pueden aplicarlo para Israel, como si fuera de otro planeta. La condena a Israel en bloque, incluyendo a quienes luchamos contra el gobierno asesino de Sharon, es una condena reaccionaria. Los que llaman a la destrucción de Israel con lenguaje oportunista de izquierda, son antisemitas o agentes encubiertos de la derecha. Nosotros estamos por la autodeterminación de los pueblos. Eso vale para los palestinos, pero también para los israelíes. El pueblo de Israel existe: hay lucha de clases, sectores obreros antiburocráticos y fuerzas importantes de izquierda. Es una sociedad capitalista como cualquier otra, con explotadores y explotados. No es más creación del imperialismo que, por ejemplo, Panamá o Jorda-nia, pero a nadie, salvo que estuviera loco, se le ocurriría decir hoy que esos dos países creados para satisfacer necesidades imperiales deben desaparecer. Noso-tros no necesitamos que la izquierda mundial pida nuestra destrucción, sino que nos aliente para sacarnos de encima al régimen de Sharon. Justamente en estos días hemos tenido una huelga general para repudiar el durísimo plan de ajuste elaborado por el ministro de Economía isra-elí, Biniamín Netaniahu, por exigencias del Fondo Monetario Internacional. Además de asesino del pueblo palestino, nosotros calificamos al gobierno de Sharon de menemista. Y para nuestros compañeros -sistemáticamente expresado en distintas movilizaciones-, las luchas y experiencias de los piqueteros ar-gentinos (y de las fábricas recuperadas por los obreros, especialmente Zanón) constituyen magníficas ex-presiones de resistencia al modelo neoliberal pergeñado por el capitalismo. En varias de las marchas que hemos realizado en Israel después de las formidables jornadas protagonizadas por el pueblo argentino el 19 y 20 de diciembre del 2001 -especialmente una de esas marchas que tuvo lugar con la participación de trabajadores judíos y palestinos-, el grito que predominó fue de 'Argen-tina, Argentina'. La sociedad israelí es, efectivamente, una sociedad compleja y nos duele que no pocos sectores de izquierda, en distintas partes del mundo, no reconozcan nuestros esfuerzos y nuestros enfrentamientos. Nos place sí que los palestinos hayan dicho a-biertamente que sus mejores aliados son precisamente los sectores revolucionarios israelíes que luchan por lo mismo. Con ellos mantenemos vínculos muy estrechos y trabajamos en conjunto en todos los terrenos. Nos oponemos al racismo de la derecha israelí, pero también rechazamos el antisemitismo clásico aun si viene de sectores presuntamente de izquierda. Con la tendencia a realizar análisis reduccionistas y simplistas; y con su mirada dicotómica de polaridad irreductible, esto es, o blanco o negro, los matices en esta visión no existen; esto los lleva a pensar Israel como un todo, entonces, se festejan los asesinatos de civiles israelíes como una prolongación de la condena a su gobierno. De la misma manera, se ve a los palestinos como un todo y, por lo tanto, terminan apoyando acríticamente a los grupos fundamentalistas palestinos como Hamas, Hizbollah y Jihad Islámica por el solo hecho de enfrentarse al “expansionismo israelí”; este mismo mecanismo fue el puesto en juego cuando algunos de estos “izquierdistas” festejaron el ataque contra las Torres Gemelas en New York el 11/9/2001 por parte de sectores musulmanes fundamentalistas li-derados por el multimillonario saudí Osama Bin Laden, allí Bin Laden dejó de ser un explotador de su pueblo y pasó a ser un “líder revolucionario”, así de fanáticos son estos “izquierdistas”, y así de estrecho es su marco analítico. 1. en nuestro medio popularizada por ser el título del libro de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas don-de se relató cómo torturó y mató la dictadura militar. 2. Con este término me refiero al régimen del dictador Pol-Pot que tiranizó Camboya durante quince años asesinando varios millones de camboyanos.• © LA VOZ y la opinión Lic. Patricio Brodsky es Sociólogo Docente-Investigador Universidad de Bs. As
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