Transcurrieron ya las elecciones en AMIA y la comunidad judía de Buenos Aires ha quedado a la paciente espera de la conformación de una nueva comisión directiva que gobernará la institución por tres años más, desde el 2013 al 2016. Este trascendente evento democrático fue protagonizado por 14.587 personas, es decir un 56,48% del padrón de 26.000 socios habilitados para votar. La Comunidad judía de Buenos Aires no pudo abstraerse de los dramáticos tiempos históricos que atraviesan a la República Argentina, a la sociedad argentina y a un mundo en perpetua crisis de valores, ideales y perspectivas que hacen reflejar en la vida interna de la comunidad ciertas polarizaciones no deseables pero imposibles de evitar. Sin lugar a dudas, la nueva comisión directiva tendrá que asumir trascendentes y urgentes desafíos de la realidad comunitaria actual de los que dependerán nada mas y nada menos que la continuidad histórica de la vida judía en un país que se enriqueció profundamente con estos valiosos aportes en su cultura, en su economía, en su vida democrática, en las ciencias, en los valores éticos y ciudadanos, etc. Deberá incentivar la incorporación y participación activa dentro de los diferentes estamentos comunitarios a amplios sectores de una población judía que vive completamente alejada de la vida judía por una fuerte carencia de motivaciones, de conocimientos y de identidad. Fortalecer y aumentar la accesibilidad a la educación, la cultura y la difusión de los valores judaicos, vitales en estos críticos momentos presentes donde prevalecen en nuestra sociedad argentina la banalidad, el individualismo, el consumismo desenfrenado y la perdida de valores éticos y morales que en épocas no tan lejanas nos engrandecieron y enorgullecieron. Aumentar significativamente el acceso a la educación formal implementando revolucionarios planes de becas e incentivos para los sectores que no puedan acceder a causa de su alejamiento de la vida judía y aun hoy mas por motivos socioeconómicos a la red escolar comunitaria. "Nuestros niños no pueden amar lo que no pueden llegar a conocer y a vivenciar". Atraer a todo el amplio y valioso espectro de intelectuales y profesionales judíos que en la actualidad están aportando maravillosamente a la sociedad argentina en todos los campos del quehacer nacional, a la participación institucional judía y a la vida comunitaria en general para que fortalezcan las bases donde se asentaría la vida de nuestras próximas generaciones. Crear un espacio contenedor, atractivo y abierto para una juventud actualmente dispersa, desorientada y sin metas personales y comunitarias claras y sustentables donde puedan participar democráticamente, opinar, sentirse representados y crear nuevas propuestas superadoras a estos tiempos presentes. La comunidad judía de Buenos Aires debe mantenerse unida porque la unidad es la síntesis del pensamiento democrático, que respete la existencia de diferentes posiciones, que no pretenda representar a un solo pensamiento y que se genera desde la participación, el diálogo y el debate. Hoy mas que nunca, la comunidad judía de Buenos Aires debe aferrarse a su fe ancestral, a sus valores éticos, a sus irrenunciables vínculos con el Estado de Israel para poder realizarse plenamente como judíos pero a su vez necesita perseverar en ser plenos y orgullosos ciudadanos argentinos y asumir activamente todos los desafíos que nos demande nuestra sociedad argentina en la que somos parte y estamos indisolublemente inmersos.
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