En Argentina los miembros de la comunidad judía representamos el 0.7% de la población. Su preponderancia en la sociedad es altamente significativa tanto en la faz empresarial, literaria, cultural y, cada vez más, en la política nacional.
Las luces de los medios de comunicación son, para quienes tienen deseos personales de figuración, imanes imposibles de desechar.
En Argentina se produjo, en 1992 el atentado a la Embajada de Israel, y en 1994 a la AMIA. En ambos casos, se ocultó información, se encubrió a posibles autores y se ensució lo poco que quedaba limpio.
La “no” investigación, fue retomada por el fiscal Nisman, quien se ha mostrado sumamente inhábil para encontrar a un sólo culpable del hecho a nivel local y muy experto en descubrir a autores intelectuales a 30.000 kms. de distancia, gambetendo a Siria y haciéndole un gol con la mano a Irán.
Ya casi nadie, dentro de la comunidad judía, critica la actuación de Rubén Beraja, ex presidente de la DAIA durante esos tiempos, ni se recuerda el desfalco del Banco Mayo, ayudado con redescuentos impresentables avalados por su convecino de country Carlos Corach, por su ladero de platea VIP en el club River Plate, Carlos Menem, y tutelados por la aviesa mirada del entonces embajador ( hoy en bajada) Itzják Aviran.
Por eso, estimado lector, le sugiero que no crea en nada de lo que le dijeron, y en lo que yo le digo, casi tampoco. Por ejemplo, cuando le dicen que existió una trafic y un kamikaze en la bomba a la mutual, yo le digo, (créame o no) que los trozos de trafic encontrados no concuerdan con el vehiculo que vendió el ahora abogado Carlos Telleldín, y que el presunto suicida árabe, ya había muerto anteriormente, según su propia familia, peleando para el Líbano en un enfrentamiento con el ejército israelí.
Según cables filtrados por Wikileaks el gobierno de EEUU presionó a lo largo de varios años para que no se siguiera adelante con la investigación contra Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano, el comisario Jorge “Fino” Palacios y otros funcionarios, por haber frenado, encubierto y desviado la investigación del atentado a la AMIA. Por eso amigos, estamos como estamos, en cero.
Mientras el Canciller Héctor Timerman le vende soja a Irán, el juez Lijo elevó (el 12 de mayo pasado) a juicio oral a quienes (según le consta) encubrieron y cometieron irregularidades en la investigación. Entre el ex juez Galeano, el vendedor de autos “non santos” Telleldín, los fiscales, los espías de la SIDE y los policías, veremos en el banquillo, nada más y nada menos que al ex presidente de la DAIA, Rubén Ezra Beraja.
En cuanto al terreno comunitario, la misma DAIA lucha por mantener su lugar de representante político, sufriendo una gran perdida de confiabilidad y de recursos económicos a partir de las sospechas de su connivencia con los gobiernos de turno y su apego a defender a ultranza a su ex presidente, a pesar de las contundentes pruebas que constan en la justicia.
El sector ortodoxo ha aumentado considerablemente su influencia en la Comunidad, gracias a su férrea creencia religiosa, su unidad inquebrantable y el aprovechamiento de la larga siesta que durmió el judaísmo progresista y renovador.
Una buena administración y una masiva afiliación comenzada tres años atrás, fueron la clave de su triunfo en las últimas elecciones en la mutual.
La angurria personal de algunos dirigentes laicos y conservadores, mas el apoyo económico recibido de un personaje K expulsado de la cancha en su momento, marcan la división en las filas opositoras. El careteo, el tarjeteo y el coqueteo con los zares del poder no conducen a buen puerto. A la larga se paga lo comprado…
En la elección que se llevó a cabo hace unos días, y que hasta la primera semana de junio no develará a los ganadores, se coloca como prioridad el tema de las conversiones, y de manera fundamental, las sepul
turas en los cementerios, que son aceptadas o pro
hibidas de acuerdo a los lineamientos religiosos de cada sector.
Sin embargo, no se debe desconocer la voluntad de trabajo y de conciliación de muchos, a pesar de que algunos parecen minimizar el debate pendiente sobre la educación, el sionismo, la discriminación y las comunidades del interior, y anteponen el tema de la Tablada antes que el de inaugurar un nuevo Jardín de infantes.
La nueva conducción deberá guiarnos sorteando un camino muy sinuoso. Saltear las vallas puestas por nuestros propios traidores (los dirigentes que aprovecharon para sus bolsillos la fiesta de los 90’) y reordenar la casa en donde más nos importa, conocer la verdad y hacer Justicia por los muertos en los atentados. La tarea no es sencilla, porque hasta ahora, la política comunitaria sigue viviendo en los tiempos de las promesas nucleares a Siria, de las cómplices bajadas de línea de nuestro Sheriff del Oeste (de las Cooperativas de Liniers a Cavia y Libertador) y además, deberán bajar al llano sus pre
tensiones personales. El judío de la calle y el socio que votó, están a su merced. Algún dirigente estará realmente preparado para soportar la crítica de quie
nes conocemos de qué se trata este partido, y no sólo lo miramos desde la tribuna, sino que entramos al vestuario? Nuestros rivales no sólo están afuera de Pasteur 633.
PD. No me olvidé de Telerman, Filmus, Bergman y Heller, sólo me limita el espacio de esta columna
D.S
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