De los tres términos me asusta el después, es que acaso se puede hablar de una ética después de aquella que nos llevó a la Shoá ¿?
Si se considera que un sistema de valores rige la conducta de los individuos, ¿cuál fue el sistema que permitió pasara lo que pasó? Y lo que es peor, ¿cuál será el sistema de valores o la ética que nos rige desde entonces?
Para llegar a comprender el conjunto de códigos que rigieron a los genocidas, deberíamos adentrarnos en una premisa aproximada a todo está permitido, porque Dios como ente ético no existe o ha muerto.
La religión judía y por ende la cristiana tiene rígidos conceptos sobre el no harás o el harás, pero si estos principios son negados en aras de un individuo superior que todo lo trasciende (o lo avasalla), queda como alternativa el voguel frei (caza libre) y para ello nada mejor que eliminar al testigo del antiguo sistema, en éste caso el judío.
Cuando los nazis denigran al prisionero a la condición de luftmentchen (hombre de aire), lo que pretenden es negarle identidad humana, negar sus valores o arrasarlos, por tanto no destruyen en su concepto a otro ser humano, ya que esa categoría sólo le corresponde a él, al que supera y arrasa los valores del otro.
Lamentablemente hoy la memoria está más asociada a un tecnicismo, a una medida de software que a ese recuerdo que te invade, que vive con vos y a través tuyo, pese al dolor y al desgarro que acarrea.
Si la memoria no se hace carne y vivencia, impregnando cada una de nuestras actitudes cotidianas, termina por ser un pantallazo mental, una imagen retro que aparece fugazmente y como tal desaparece.
La memoria de los hechos termina degradando los tonos y ese sentido de los grises que nos invade frente al blanco o el negro, termina permitiendo la trivialización o la banalización de lo que se pretende recordar o rescatar a través de la memoria.
Miremos un poco el hoy, los seres que pasan horas frente a los reality shows en que nada se define, nada prima, nada tiene peso, ¿Qué tabla de valores creemos que están usando?
Si no creyera que ignoran el concepto, los trataría de nihilistas, de basarse en el valor de la nada como guía, como objeto y fin último.
En la medida en que el ser humano pierde la capacidad de cuestionarse en profundidad, deja de ser humano, pues la humanidad de cada uno nace del ejercicio del pensamiento y la acción relacionada. Del libre albedrío y de la elección. Eso nos hace humanos y no bípedos implumes como nos definiría una taxonomía zoológica.
Si tenemos la capacidad de optar, cuestionar y elegir, nos elevamos por sobre la animalidad de nuestra naturaleza, este esquema está claro para los judíos practicantes que tienen aprehendidos los conceptos,, aunque corren el riesgo de que la religiosidad los invada por sobre su fe y transformar un sistema de valores en hábitos mecánicos cuya rigidez los anule y les impida el libre albedrío y la opción consecuente.
¿Cuál es la moral que permitió una matanza generalizada, un arrasamiento de los valores milenarios? Quizás habría que bucear en las ideas de Nietsche para quien si se conoce el porqué no importan los cómos, aunque en este caso los porques son difusos y los cómos cobran trascendencia.
Es muy distinta la moral de la Shoá (me refiero a los asesinos) de la que impera en nuestros días. ¿Quizás no tanto como se quiere, toleramos genocidios de distinta magnitud por doquier y no son mas que hechos episódicos que no alteran nuestras circunstancias.
Si hoy oímos sobre matanzas en algún país asiático o africano, o donde fuera, cual es nuestra reacción como individuos, cual nuestra respuesta como grupos de presión?
La respuesta es ninguna, mientras no afecte nuestros intereses inmediatos, pues entonces ¡no hemos aprendido nada!
La globalización tan mentada ha generado el ¡sálvate vos! Y todo lo demás no importa, incluyendo todos los demás, el hombre no se cuestiona en profundidad pues eso sólo traería límites no deseados, hasta que pierde su capacidad de cuestionarse y termina por olvidarlo.
Eso en otra perspectiva, es lo que pasó con los genocidas y el testigo permanente de otro sistema de valores era el judío, por tanto había que quitarle entidad, había que negarlo y negar hasta su recuerdo, por eso tanta necesidad de eliminarlo a cualquier costo y también la memoria de su existencia.
Pensemos en los valores de la última dictadura argentina, eran acaso distintos los valores a los del genocidio nazi? , la consigna era no hay mejor enemigo que el enemigo muerto, otra vez la necesidad de negar entidad a aquel que representa otros valores o que nos recuerda los que abandonamos.
Tengo miedo por mi propio derrotismo, pero no quiero dejar de verlo, el después de la Shoá no nos cambió en absoluto para bien y hoy tienden a imperar los valores de aquél momento. La victoria de las armas no está relacionada con la victoria de los valores necesariamente.
En la medida que el hombre no ejerza su deber de pensar/optar/hacer será menos humano y aquello que nuestros sabios pusieron en boca de Dios puse frente a tí la bendición y la maldición y elegirás la vida, es uno de los dilemas más difíciles para la humanidad toda, Se perdió referencia de qué es bendición, qué es maldición y qué es vida.
|
|
|
|
|
|