Insólito: el juez Galeano pide que se investigue a un héroe de la "Resistencia peronista". Se trata de Sebastián Borro, quien lideró la huelga del Frigorífico Lisandro De la Torre. El juez federal Juan José Galeano, a cargo de la causa AMIA, desbarrancó en el más completo de los ridículos al pedir que se investigue como posible involucrado en el ataque a un héroe, hoy octogenario, de la llamada "Resisten-cia peronista". Aunque por lo visto Galeano lo ignora, Sebas-tián Borro, de 82 años e hijo de un libanés, a quien ordenó investigar en el marco de la causa AMIA, fue delegado general del Frigorífico estatal Lisan-dro De la Torre -que dio nombre al barrio de Ma-taderos- durante la larga huelga insurrecional que resistió a u privatización (1959) así como uno de los principales héroes de la llamada "Resistencia peronista". Posteriormente fue di-putado nacional electo en las elecciones anuladas por el presidente Arturo Fronzidi (1962), dirigente de la CGT de los Argen-tinos (1968), participante del charter que trajo a Perón definitivamente a la Argentina (1973), dirigente del Partido Peronista Auténtico (1975), concejal porteño por el Frente Grande y uno de quienes ofrece testimonio en el filme documental Cazado-res de utopías, de David Blaustein. Galeano llegó hasta Borro a través de un discurrimiento de lo más alambicado. No sólo dio por bueno lo que muchos investigadores niegan de plano (como los autores de los tres libros que se han escrito sobre el atentado a la mutual judía) esto es, que la demolición de la mutual judía haya sido obra de una camioneta-bomba, sino que además insiste -también sin pruebas- en que hubo un chofer suicida, e incluso -en base a "papers" de los servicios de inteligencia- que el supuesto kamikaze fue un libanés llamado Ibrahim Hussein Berro. Tras esta concatenación de tres supuestos y hacia el final de su extensa resolución, de 33 páginas y 12.000 palabras, el magistrado ordenó que se profundice "la investigación respecto de Mahmoud Hussein Borro y Sebastián Borro, su grupo familiar, y muy especialmente si éstos se vinculan con la familia del supuesto suicida en el atentado contra la sede de la AMIA, Ibrahim Hussein Berro". Tras hacer notar lo parecidos que son los apellidos Borro y Berro, Galeano señala "la vinculación de Mahmoud Borro con los Saleh", de quienes lo único que se dice en el escrito es que constituyen "un clan" que se encuentra vinculado a "los Assad". Aunque en el escrito no lo aclara, se supone que se refiere a la familia del presidente de Siria, Bachir el Assad, y de su difunto padre, Hafez. Sin aclarar tampoco en ningún momento cual es el parentesco que une a Mahmoud Borro con Se-bastián Borro, Galeano sostiene que el primero "habría estado vinculado a Nidal Bazoun" sin explicar en el escrito quién es ésta persona (¿el terrorista recientemente fallecido, Abu Nidal?). En cuanto a Sebastián Borro, el juez sostiene enigmáticamente que asistió "en marzo de 1994 al acto que por Palestina y la masacre del Hebrón se realizó en el anfiteatro de la Asociación de Trabajadores del Estado". Cómo el que asistió a esa reunión es el Borro héroe de la resistencia peronista, queda claro que es a él a quien Galeano pide se investigue. ¿Qué importancia tiene haber ido o no a esa reunión celebrada en ATE en solidaridad con la causa Palestina? Aunque el escrito no lo dice, a ese acto habría asistido también el agregado cultural de la Embajada de Irán, Moshen Rabbani, a quien Galeano acusó de haber organizado el ataque a la AMIA luego de que las autoridades argentinos le prohibieran el regreso al país, dónde vivía desde hacia casi dos décadas. Casi todo el escrito de Galeano tiene la misma sustancia que lo descripto. Las incoherencias, argumentaciones traídas por los pelos y boutades del escrito proliferan de tal modo que es una tarea agotadora compilarlas y catalogarlas (ver archivo adjunto). Todo lo cual abre serias dudas sobre la capacidad intelectual, equilibrio emocional y estado mental del magistrado, que admite sentirse en medio de "una guerra cósmica, que expresa la batalla entre los hijos de la luz contra los representantes de las tinieblas (...) declarada a partir de fundamentos religiosos y que se corporiza a través de aparatos paramilitares". Por cierto, el juez da por bueno que la supuesta Trafic-Bomba fue estacionada en Jet Parking unas 63 horas antes de consumado el ataque. Por lo que no se entiende por qué se niega a tomarle declaración indagatoria a quienes a todas luces efectivamente estacionaron una Trafic blanca a esa hora y en dicho estacionamiento: Tomás David Lorenz y el policía federal Alejandro Martínez.. Por Juan Salinas
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