Bochornoso. En su afán de legitimar una instrucción absolutamente delictiva y explicar lo inexplicable, la DAIA pretende que se le otorgue crédito a algún papelito atribuido al disuelto Departamento de Protección al Orden Constitucional (DPOC) de la Policía Federal (disuelto por adulterar, ocultar y destruir evidencias que podrían haber conducido a la identificación y apresamiento de los autores materiales del atentado) de modo de salvar por los pelos al inicuo juez Juan José Galeano, que no puede explicar por qué ordenó intervenir el teléfono de Carlos Alberto Telleldín varios días antes de que, en circunstancias dignas del birlibirloque, apareciera entre los escombros de la AMIA un pedazo de block del motor de una camioneta Renault Trafic con el número de motor, a partir del cual, decía la historia oficial (que ya no dice nada: sólo balbucea incoherencias) se identificó a Telleldín. ¡A otro perro con ese hueso!! La siguiente es una nota del Diario Judicial del 15 de Mayo de 2003.
Tras el misterio de la foja 114 La querella de la Delegación de Asociaciones Israelitas Ar-gentinas (DAIA) pidió en el juicio oral y público por el atentado contra la AMIA que el Tribunal Oral reclame el "libro copiador" del Departamento Protección al Orden Constitucional (DPOC) de la Policía Federal, donde conste la información de las notas emitidas por ese organismo entre el 18 de julio y el 18 de agosto de 1994. Con esta medida, se busca establecer en qué momento en el DPOC se confeccionó y envió al juzgado de Juan José Galeano la nota en que -firmada por el comisario Carlos Castañeda, por entonces jefe de la repartición- se pidió la intervención telefónica de la línea de Carlos Telleldín, hoy sentado en el banquillo de los acusados como uno de los supuestos partícipes necesarios del atentado. Lo inquietante de esa foja es que, a pesar que no tiene fecha, se cosió entre dos actuaciones del día 20 de julio, mientras la aparición de la pista que lleva a Telleldín data de varios días después, cuando aparece en los escombros de la AMIA el motor numerado que había pasado por las manos del enano. En las dos semanas largas que llevan hasta ahora declarando los miembros del DPOC, varios hicieron mención a un "libro copiador" donde debían quedar copias de todas las notas remitidas al juzgado. A pesar que el DPOC fue disuelto, varios testigos aseguraron que ese material debería estar aún en los archivos policiales..
|
|
|
|
|
|