No podrá ir a clases por ataques antisemitas en su escuela
Un alumno de un colegio en Paraná recibirá clases particulares públicas mientras se investiga el caso que lo vincula con agresiones a una compañera de origen judío, que debió cambiarse de establecimiento educativo para poder terminar el último año del polimodal.
Según resolvió el Consejo General de Educación (CGE) de Entre Ríos, mientras el adolescente que está bajo investigación por haber colocado la bomba tendrá clases particulares en su domicilio, “la alumna que recibió el paquete se cambió de escuela para su tranquilidad y seguridad”, cuenta el presidente de DAIA en Entre Ríos. “No se pudo tipificar el hecho de la bomba en el marco de la ley antidiscriminatoria, por lo tanto tuvimos que limitarnos a acompañar a los damnificados”, prosiguió Eduardo Furman, presidente de la filial en Paraná.
El estudiante de 17 años podrá terminar el polimodal puertas adentro. Se trata de una medida transitoria ante el rechazo por parte de la CGE del pedido de expulsión realizado por algunos padres de alumnos.
"El chico no fue expulsado, sino que será asistido por docentes de la escuela en su propia casa, ya que se tomará en cuenta el pedido de algunos padres que preferían esa alternativa hasta tanto se aclarara el incidente", dijo el presidente del CGE, Jorge Kerz, en declaraciones a la prensa. El funcionario agregó que “con esta medida se evitará que se traslade el problema a otra escuela”.
La CGE tomó intervención en el caso ante supuestas irregularidades en la investigación realizada por las autoridades de la escuela. Antes de que la alumna de ascendencia judía encontrara la bomba en su pupitre, “En la misma escuela habían ocurrido manifestaciones antisemitas”, y se había detectado “la existencia de un grupo que tenía conciencia de lo que era el antisemitismo”. Si embargo, denuncia Furman “La escuela no intervino ante esos hechos, no hubo investigación ni sanción”.
Si se comprueba que el chico no tuvo responsabilidad en el hecho, algo que también investiga la Justicia, volverá inmediatamente a estar con sus compañeros en la escuela. Pero la decisión del CGE, que obligará a implementar un sistema de enseñanza personalizado que registra pocos antecedentes en esta provincia, está lejos de terminar con el conflicto.
Todo comenzó el 23 de noviembre del año pasado, cuando la aparición de un paquete en una de las aulas de la Escuela de Comercio Nº 1 motivó la intervención de la Policía y la evacuación del edificio, que está a pocos minutos del centro de la capital entrerriana.
Los expertos en explosivos hallaron debajo de un pupitre un artefacto de fabricación casera. Dentro de la caja había botellas de gaseosa con pólvora, cables, pilas, un detonador de plástico, clavos y tornillos. Y lo que parecía una travesura para interrumpir el normal desarrollo de las clases, tenía claras connotaciones antisemitas. Tal es así que la investigación administrativa dio lugar a un expediente judicial y a la intervención de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), que incluso difundió el caso a través de su página en Internet.
Si bien inicialmente se dijo que la bomba había sido colocada para amedrentar a una alumna con buenas calificaciones, luego trascendieron las implicancias antisemitas de la agresión y sus antecedentes. Poco antes una gran esvástica pintada en la pared de un aula y una bandera israelí atravesada por ese mismo símbolo fueron dos señales contundentes. Y la alumna a la que supuestamente iba dirigida la bomba había recibido anónimos por su condición de judía, mientras que a otra compañera se le reprocharon sus creencias religiosas.
Una fuente que conoce el caso no dudó en sostener que "se trató de un serio hecho antisemita pero la prensa lo trató como una travesura entre alumnos".
Entre los testimonios recogidos se pudo conocer, además, que hace un mes un docente de esta escuela emplazó verbalmente a los directivos para que "borraran la pintura de una esvástica en un aula", informó el 5 de diciembre la DAIA.
Se sospecha que estas actitudes pudieron provenir de un grupo de entre cinco y diez estudiantes de diferentes cursos.
La última agresión que tomó estado público, no es un hecho aislado. “En el año 2004 recibí un anónimo antisemita”, cuenta Furman, y agrega que “En otra escuela se detectó una célula nazifacista” y “en las calles hay pintadas”. Según alerta Furman “Son hechos que se están produciendo que antes no teníamos”
En un comunicado de prensa titulado "El termómetro de la intolerancia en Paraná marca una sombra de peligro con graves hechos nazis", la DAIA reprodujo un artículo publicado en el semanario Análisis. "Estaba pintado con esmero —informó—, en una pared del tamaño de un mural. También había frases como 'Hitler vivo', 'Mueran los judíos' y 'Viva el genocidio'. También aparecían banderas israelíes atravesadas con esvásticas, dijo la fuente consultada".
El presidente de DAIA Paraná se reunió con el gobernador de Entre Ríos, Jorge Busti, según Furman el funcionario mostró “muy buena predisposición”, “pero las autoridades van detrás de los acontecimientos”.
Día de la "diversidad cultural"
El Gobierno de Entre Ríos instituyó el 19 de abril como Día de la Diversidad Cultural. Durante esa jornada, en todas las escuelas de la provincia se deben dictar clases especiales para evitar que se reiteren actos de discriminación o antisemitismo.
El anuncio fue hecho por el gobernador Jorge Busti el 11 de julio del año pasado. Ese día el mandatario recibió al presidente de la DAIA Paraná, Eduardo Furman, quien llegó acompañado por el titular de la Asociación Israelita local, Mario Golda. Los dirigentes de la comunidad judía le expresaron ese día a Busti su preocupación "por el rebrote antisemita que hay no sólo a nivel provincial sino también nacional, en virtud de diversos hechos producidos últimamente", según sostuvo Golda.
Fuentes: Clarín, InfoBae
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