Por Daniel Schnitman
En relación con el trabajo llevado a cabo sobre la información del archivo cablegráfico de la Cancillería, hay que destacar que tanto en el trámite de la instrucción sobre el atentado, como en el otro, que se registra ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación acerca de la voladura de la embajada de Israel en Buenos Aires, obra agregado un cable procedente de la embajada argentina en El Líbano y fechado el 28 de mayo de 1994 (CA ELBNO 010217/1994) en el cual un funcionario del servicio exterior allí radicado anunciaba bajo la referencia "ATENTADO EN ARGENTINA" que un diario local había reproducido unas declaracio nes atribuidas al guía espiritual del Hezbollah, Cheikh Mohamed Hussein Fadlallah, motivadas en el secuestro del dirigente integrista libanés Moustapha Dirani atribuido a efectivos israelíes y en las que se daba cuenta que aquel grupo estaba, en respuesta, planificando el modo de "crearle un problema a Israel" para obligarlo a que respete sus causas (y al respecto se exponía que el frente se había ya extendido a todo el mundo y a lo largo del tiempo, y que los combatientes musulmanes habían probado ya que sus manos podían "llegar a la Argentina"). Para dar contexto a esa información, merece destacarse que en relación con ese anuncio, el propio juez instructor expuso en la resolución del último mes de marzo en que ordenara la captura de diversos ciudadanos iraníes, los siguientes comentarios: que "en forma previa al atentado existió un recrudecimiento del conflicto entre israelíes y grupos de apoyo a las causas libanesa y palestina, paralelamente a que se estaba desarrollando el proceso de paz en Medio Oriente. Nos ilustran en tal sentido el contenido de los cables enviados por las representaciones diplomáticas argentinas en los países de la región" y "esta situación resulta similar a la que tuvo lugar en forma inmediatamente anterior al atentado contra la Embajada de Israel en Buenos Aires"; que "así las cosas, con fecha 21 de mayo de 1994 un comando israelí secuestró al dirigente del Hezbollah, Mustapha Dirani, en la región de Bekaa; el día 2 de junio de 1994 la Fuerza Aérea Israelí bombardeó un campo del Hezbollah en Kawkaba, dando muerte a alrededor de cuarenta combatientes; el 23 de junio de 1994 fue asesinado con cargas explosivas el dirigente del Hezbollah Mohamed Hussein Merhi Mortada o Mahmud Said Mortada, mientras circulaba en su automóvil en dirección a Nabatiyeh", por lo que "entonces, resulta preciso evaluar las declaraciones realizadas por distintos líderes del Hezbollah como consecuencia de tales hechos"; que así, "ocurrido el secuestro del líder integrista Mustapha Dirani, con fecha 28 de mayo de 1994 [el Sheik Fadlallah, líder espiritual del Hezbollah] profirió amenazas captadas por los medios libaneses, que hicieron clara referencia al atentado contra la sede diplomática israelí en Buenos Aires. La parte pertinente del discurso habla por sí sola: ‘la resistencia tiene mucho oxígeno, el enemigo ha dicho que tiene la mano muy larga pero los combatientes musulmanes han probado luego del asesinato de Abbas Mussaui, que sus manos pueden llegar a la Argentina. El frente se ha extendido a todo el mundo y la batalla se desarrollará a lo largo del tiempo’ -v. cable nro. 010217/94 de la Embajada de la República Argentina en el Líbano, de fecha 28/5/94" (aunque omitió referir de él aquellos otros tramos en los que se decía "que debía efectuarse una respuesta que provoque ‘un problema’ al estado hebreo" para lo cual Hezbollah debía "reflexionar con calma, actuar y planificar en silencio"); que "el enfrentamiento armado en el Sur del Líbano generaba ataques y represalias de ambas partes. Dentro de este contexto tuvieron lugar determinados hechos que provocaron la pública promesa de venganza por parte del Hezbollah, tal como había sucedido dos años antes cuando el 17 de febrero de 1992 un comando israelí asesinó al Secretario General del Hezbollah, Jeque Abbas Musawi, su esposa e hijo, a raíz de lo cual el líder espiritual de esa agrupación, Jeque Fadlallah, refirió: "...Israel no escapará a la venganza. Hemos recibido el mensaje, no hace falta responder en forma emotiva..."; que "al evaluar esta situación, y teniendo en cuenta las declaraciones que siguieron al secuestro de Dirani y el ataque al campamento de Kawkaba, resulta evidente que ambas acciones de parte de las Fuerzas Armadas israelíes constituyeron hechos sumamente graves para los combatientes del Hezbollah"; que "de esto no caben dudas en base a las declaraciones realizadas por los máximos líderes de la agrupación, Fadlallah y Nasrallah, como así también por Zakariya Hamze, quien se desempeñara como el segundo de Dirani, y según el experto en terrorismo Magnus Ranstorp sería uno de los miembros más importantes del Aparato de Seguridad Central Nacional del Hezbollah"; que "el análisis del discurso indica que la lucha se trasladaría al ámbito mundial, que se extendería a todos los frentes, anunciándose que se repetiría una acción de similares características a la del año 1992 en Buenos Aires. Es decir, en un lugar ajeno y distante al teatro de operaciones en la zona de conflicto"; siendo que "realmente era factible que el teatro de operaciones se pudiera haber trasladado a nuestro país; el atentado contra la sede de la embajada israelí en 1992 lamentablemente indicaba dicha circunstancia con más fuerza que la de una mera posibilidad"; que "sobre la base de todo lo expuesto, puede concluirse que a la época de los hechos bajo estudio existieron básicamente dos factores que confluyeron para la toma de decisión del ataque contra el edificio de la calle Pasteur: en primer lugar boicotear el proceso de paz que se estaba desarrollando a lo largo de esos años, y, en segundo lugar, tomar revancha de las acciones de las Fuerzas Armadas israelíes, que pueden haber funcionado como desencadenante inmediato"; y que "los acontecimientos suscitados en mayo y junio de 1994 en el Líbano (secuestro de Mustapha Dirani y bombardeo en Kawkaba), hacían esperar una represalia por parte de los grupos afectados. Por ello los círculos de seguridad israelíes pusieron en alerta a sus oficinas e instalaciones tanto en el interior como en el exterior, y a sus soldados a lo largo de la frontera norte con el Líbano". Y fue en tal contexto que el relevamiento cablegráfico que la U.E.I. se encuentra concretando en Cancillería permitió constatar la existencia de otra comunicación, apenas posterior a ésa en la que se informa sobre el "anuncio de represalia" (o la "pública promesa de venganza por parte del Hezbollah" acerca de que "repetiría una acción de similares características a la de 1992 en Buenos Aires"); aunque estrechamente vinculada a la anterior, como es el cable CA DANMO 010149/1994 según el cual la Dirección de África del Norte y Medio Oriente de la Cancillería retransmitió esa "amenaza", "fuera de la Cancillería", "para la Secretaría de Inteligencia del Estado" y la "atención" de su encargado de "asuntos institucionales... Sr. Molina Quiroga", el 31 de mayo de 1994. Toda vez que efectivamente por entonces el aludido agente se desempeñaba como "enlace" de inteligencia con Cancillería y "tenía contacto con los cables" –en la audiencia del juicio precisó que "los cables de Medio Oriente pasaban por su oficina e iban a Contrainteligencia"-, y en atención a que como señala el propio juez instructor en la resolución antecitada, de un lado existían "informes de inteligencia que señalaban la colaboración que miembros del gobierno de la República Islámica de Irán brindan al Hezbollah para la realización de sus actividades criminales en el exterior, ya sea otorgando cobertura diplomática, facilitando medios logísticos y financieros o proporcionando elementos materiales para la realización de atentados", y de otro, "realmente era factible que el teatro de operaciones se pudiera haber trasladado a nuestro país" siendo que "luego del atentado del año 1992... el objetivo judío-israelí más representativo en la Argentina, pasó a ser la sede de la AMIA./DAIA", cuanto se vincula al cable del caso fue puesto oportunamente en conocimiento de los fiscales de la instrucción y demás magistrados competentes, a quienes además se anunció elevar cuanta información fuera pertinente para contribuir a determinar debidamente la cuestión, siendo que efectivamente se han verificado ya las constancias de su transmisión a la Presidencia de la Nación. Hezbollah, Jeque Abbas Musawi, su esposa e hijo, a raíz de lo cual el líder espiritual de esa agrupación, Jeque Fadlallah, refirió: "...Israel no escapará a la venganza. Hemos recibido el mensaje, no hace falta responder en forma emotiva...", que "al evaluar esta situación, y teniendo en cuenta las declaraciones que siguieron al secuestro de Dirani y el ataque al campamento de Kawkaba, resulta evidente que ambas acciones de parte de las Fuerzas Armadas israelíes constituyeron hechos sumamente graves para los combatientes del Hezbollah"; que "de esto no caben dudas en base a las declaraciones realizadas por los máximos líderes de la agrupación, Fadlallah y Nasrallah, como así también por Zakariya Hamze, quien se desempeñara como el segundo de Dirani, y según el experto en terrorismo Magnus Ranstorp sería uno de los miembros más importantes del Aparato de Seguridad Central Nacional del Hezbollah"; que "el análisis del discurso indica que la lucha se trasladaría al ámbito mundial, que se extendería a todos los frentes, anunciándose que se repetiría una acción de similares características a la del año 1992 en Buenos Aires. Es decir, en un lugar ajeno y distante al teatro de operaciones en la zona de conflicto"; siendo que "realmente era factible que el teatro de operaciones se pudiera haber trasladado a nuestro país; el atentado contra la sede de la embajada israelí en 1992 lamentablemente indicaba dicha circunstancia con más fuerza que la de una mera posibilidad"; que "sobre la base de todo lo expuesto, puede concluirse que a la época de los hechos bajo estudio existieron básicamente dos factores que confluyeron para la toma de decisión del ataque contra el edificio de la calle Pasteur: en primer lugar boicotear el proceso de paz que se estaba desarrollando a lo largo de esos años, y, en segundo lugar, tomar revancha de las acciones de las Fuerzas Armadas israelíes, que pueden haber funcionado como desencadenante inmediato"; y que "los acontecimientos suscitados en mayo y junio de 1994 en el Líbano (secuestro de Mustapha Dirani y bombardeo en Kawkaba), hacían esperar una represalia por parte de los grupos afectados. Por ello los círculos de seguridad israelíes pusieron en alerta a sus oficinas e instalaciones tanto en el interior como en el exterior, y a sus soldados a lo largo de la frontera norte con el Líbano". Y fue en tal contexto que el relevamiento cableráfico que la U.E.I. se encuentra concretando en Cancillería permitió constatar la existencia de otra comunicación, apenas posterior a ésa en la que se informa sobre el "anuncio de represalia" (o la "pública promesa de venganza por parte del Hezbollah" acerca de que "repetiría una acción de similares características a la de 1992 en Buenos Aires"); aunque estrechamente vinculada a la anterior, como es el cable CA DANMO 010149/1994 según el cual la Dirección de África del Norte y Medio Oriente de la Cancillería retransmitió esa "amenaza", "fuera de la Cancillería", "para la Secretaría de Inteligencia del Estado" y la "atención" de su encargado de "asuntos institucionales... Sr. Molina Quiroga", el 31 de mayo de 1994. * textual del archivo cablegráfico de la Cancillería Argentina
por Carlos de Napoli Atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires 17.03.1992 14.45 horas 29 víctimas mortales centenares de heridos Arroyo, 910/916 Fue considerado, hasta ese momento, el hecho más brutal contra civiles desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El 17 de marzo de 1992 una poderosa bomba hizo añicos el edificio de la > Embajada de Israel en Buenos Aires llevándose, entre sus escombros, la vida de 29 personas. En un instante, la sede diplomática, el convento, el geriátrico y la iglesia quedaron, literalmente, borrados del mapa de la ciudad. Un "partido de Dios", Hezbollah, se adjudicaba el atentado como corolario de una serie de amenazas publicas. La Corte Suprema ordenó el peritaje sobre el atentado, el que fue realizado por el jefe del grupo de Desactivación de Explosivos y de Instrucción de la Gendarmería Nacional. El resultado fue concluyente: "la explosión se realizó fuera del edificio, cuando un coche bomba impactó contra el edificio de la Embajada". Seis meses después del brutal hecho, la causa se encontraba en estado de "sumario". En 1995 la Corte, en pleno (sus 9 miembros) se hicieron cargo de la causa sin tener "pistas o evidencias" para saber cómo se había cometido ese aberrante hecho. No había, ni en ese momento, ni ahora, detenidos ni procesados. Ni siquiera un sospechoso. En septiembre de 1996 se creaba, en el ámbito del Congreso de la Nación, una Comisión Bicameral antiterrorista, conformada por senadores y diputados, cuyo objetivo fundamental era realizar el seguimiento a las investigaciones por los atentados contra la Embajada y la AMIA, recopilando toda la legislación y proyectos de ley anti – terrorista para la redacción de una Ley integral que, posteriormente, se incluyera en la discusión la Ley Antiterrorista, la figura del arrepentido y el agente encubierto. El 12 de agosto de 1997 se formó una Secretaria Especial para investigar el atentado a la Embajada, a cargo de Esteban Jorge Canevari. En 1998, por primera vez, un documento oficial admitía a la Jihad Islámica con posible vinculación con el atentado y, el 23 de diciembre de 1999, la Corte Suprema ratificaba la responsabilidad de esa fracción, como brazo armado de Hezbollah. El 17 de marzo de 2000, en el mismo predio en que se levantó la sede de la misión diplomática israelí, se inauguró la plaza, como memoria y frente al imperativo de "no olvidar". Hoy, como ayer, y como el primer día, Israel continua convencido que hay responsabilidad iraní en el atentado a la Embajada y quizás, también a la AMIA (18 de julio de 1994). Un monumento, de mármol, levantado en la sede diplomática, recuerda el nombre de los caídos aquel fatídico 17 de marzo. Una réplica de la columna, de la casa original, sustenta un versículo que nos impone, cada día, "la reconstruiré como fue" del Profeta Amós.
Investigación: Dónde explotó la bomba En el documental realizado por el equipo periodístico de LA VOZ y la opinión, recientemente presentado en la Sociedad Hebraica Argentina, se demuestra claramente dónde explotó la bomba. Para calcular el epicentro de la explosión hemos digitalizado el "hongo" filmado en vivo y en directo por Javier Kurcbart, proyectando su eje sobre la calle Arroyo. A su vez, hicimos coincidir una recta que pasa por el edificio que puede verse delante del hongo y el que se encuentra detrás, tapado por el humo generado por la explosión. Este se encuentra en la Avenida Santa Fe y Suipacha. La proyección inversa de las esquirlas clavadas en los árboles nos señala también el epicentro. La conjunción de estos parámetros nos da un error posible de un metro. Este metro sólo indica que el explosivo fue colocado contra el cordón de la vereda, o un metro hacia el centro de la calle. Por los daños producidos en los edificios enfrentados a la embajada, es muy posible que estuviera alejado del cordón, un metro hacia el centro de la calle. La embajada, en realidad, sufrió pocos daños. Ante la creciente aparición de personajes con fuerte contenido antisemita y odio anti israelí, que niegan o minimizan el holocausto, que sugieren que hubo explosión interna o implosión y metralla por elementos que se encontraban dentro de la sede diplomática, nos parece oportuno poner a disposición de quien desee conocer la verdad.éste importante documento fílmico, que abre nuevas expectativas para saber, qué explosivo se uso, qué cantidad, quienes fueron las personas que lo compraron, y por ende, se podrá llegar también a saber quien o quienes cometieron el atentado. Así de simple.
Dr. Mario Altmark- Carlos de Napoli
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