ARTURO PÉREZ-REVERTE
Me telefonean mi agente norteamericano, Howard Morhaim, y Daniel Sherr, y algunos amigos argentinos, franceses y españoles, todos judíos hasta las cachas, para decirme qué pasa, Arturete, te has vuelto mochales o qué, antisemita y neonazi a estas alturas de la feria, qué callado te lo tenías, cabrón, juas, juas, porque según cierto mensaje que circula por Internet habrías dicho, literalmente, que los judíos somos unos hijos de tal y cual ---Pérez-Reverte llama a los judíos hijos de puta. Protesta y pásalo, dice el mensaje anónimo---, y por lo visto hay un montón de emilios y cartas a periódicos de gente que no sabemos si habrá leído o no tu puñetero artículo, chico, pero te pone como hoja de perejil. Y hasta una ex política pedorra que, consecuente con su antiguo oficio, ejerce de tertuliana hortera en la telebasura, te compara con Goebbels y Eichmann. A ver qué pasa contigo, colega. Así que yo, bueno, pues cuento lo que hay. Y de paso se lo recuerdo a ustedes. Que el 2 de enero publiqué un artículo en el que, entre otras cosas, apuntaba que en Israel hay ---se sobreentiende que entre otras--- dos variedades que detesto: “Hijo de puta ultra con trenzas, kipá en el cogote, escopeta y tanque Merkava guardándole las espaldas, o hijo de puta con chaleco de cloratita en la variedad Alá Ajbar y hasta luego Lucas”. Está claro para quien no sea un malintencionado, un fanático o un imbécil, que la frase no sólo alude a judíos, sino también a palestinos, aunque los fariseos escandalizados omitan esto último. Pero es que, además, ni siquiera utilizo la palabra judío, pues no me refiero a quienes pertenecen a esa religión y usan la dignísima kipá -el gorrito mosaico-, sino a un grupo concreto que vive en Israel. Ese “ultra” con “escopeta y tanque Merkava guardándole las espaldas” alude a los colonos armados, extremistas y fanáticos, que, criticados por sus propios compatriotas y enfrentados al gobierno israelí, al que acusan de blando -y ser más duro que Sharon tiene tela- agrava el conflicto con su cerril intransigencia. En cuanto a los palestinos, pues bueno. Ésos no han protestado, posiblemente porque carecen de infraestructura internacional que permita inundar Internet y los teléfonos móviles con chorradas. O quizá entendieron a quién me refería al hablar del chaleco de cloratita. Los otros palestinos, la grandísima mayoría, están allí, en Israel, machacados por los tanques y por la intransigencia que, desgraciadamente ---España también tiene lo suyo, a su manera---, no es exclusiva de aquella tierra. Esos palestinos no anhelan morir en nombre de nada, sino que los dejen vivir, tener agua potable, comer, caminar sin que les corte el paso una alambrada o les disparen. Y ningún imbécil o imbécila han de matizarme eso, porque lo presencié muchas veces, en otro tiempo. Hay, en efecto, hijos de puta que se vuelan a sí mismos dentro de un autobús con pasajeros inocentes. Y hay otros hijos de puta que encargan a la aviación o a la artillería que le pegue un zambobazo a una escuela con niños dentro. En 1974 pasé un día entero sacando criaturas aplastadas entre los escombros del campo de refugiados de Ain Helue. Sé lo que digo. Así que déjense de gilipolleces, y no me obliguen a matizar que todos los hijos de puta son iguales; pero que, en cuanto a motivos, algunos son más iguales que otros. Respecto al holocausto y el antisemitismo, tampoco me toquen la flor. Esa atrocidad ocurrió hace más de medio siglo, la recordamos todos muy bien, y no justifica lo injustificable. De cualquier modo, el mecanismo no es nuevo. En los doce años que llevo tecleando esta página, ha pasado muchas veces, y volverá a pasar. Cuando de fanáticos e imbéciles se trata, da igual que uno mencione a israelíes, a palestinos o a taxistas. La diferencia es que, cuando digo que un taxista es un ladrón y un sinvergüenza y los taxistas protestan porque insulto al gremio del taxi, la cosa queda en esperpento. Lo otro tiene ribetes más sombríos, pues prueba que quienes viven de ser víctimas, rentabilizando cada ocasión, se frotan las manos ante supuestas conspiraciones, enemigos y odios, sean judeófobos, nacionalistófobos, o capullófobos. Aún así, lo peor no son los manipuladores que sacan partido de esa murga, sino los cantamañanas que, ingenuamente, se dejan llevar por ellos al huerto. Así que también yo he mandado un mensaje por Internet y por teléfono móvil: “Si los tontos volaran, El Semanal lo leeríamos a la sombra. Pásalo”. Postdata para el señor Brodsky, a quien agradezco mucho haya leído cuatro libros míos: 1-No contesté sus mensajes anteriores porque no contesto ninguno. Recibo demasiados y me es imposible. 2-Llamo especialmente su atención sobre la última línea del artículo que acaba de leer. Atentamente ArturoPérez-Reverte
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NO ACLARE QUE OSCURECE. (Carta Abierta A Arturo Pérez Reverte): Lic. Patricio A. Brodsky Herido en su narcisismo Arturo Pérez Reverte, muy a su pesar, en su corto texto “El Domingo que fui Goebbels”, nos entrega el más vulgar y corriente de los muestrarios de lugares comunes del antisemitismo; una reafirmación inconsciente de su odio oculto. Su justificación comienza con el más ramplón de los lugares comunes: “¿Antisemita yo?, ¡Pero si tengo amigos judíos!”; Pérez Reverte nos relata de llamados que le hicieron para enterarse que pasa” sus muchos amigos a quienes define como “todos judíos hasta las cachas” (de paso los discrimina con su adjetivación de judíos para hacer alarde de su “judeofilia”); pues éste es el primer lugar común del antisemitismo, es un mecanismo que en psicoanálisis se denomina “renegación”, ésta adjetivación de “judíos” junto al sustantivo “amigos” es el indicador de la presencia de este mecanismo, ya que quien no es antisemita no necesita blandir a sus “amigos judíos” como escudo ante la crítica. Inmediatamente después pasa a poner en boca de sus amigos “judíos” una serie provocadora de insultos y descalificaciones hacia sus críticos (una expresión adicional de su grado de intolerancia), pues es más fácil insultar que argumentar; asimismo, este nuevo escrito otra vez está plagado de un lenguaje soez más digno de los albañales que de la academia. Siguiendo la argumentación de Pérez Reverte, comparto su crítica a los sectores fundamentalistas tanto de Israel como de la Autoridad Nacional Palestina; la diferencia esencial es que yo denuncio en muchos de mis artículos que mientras en un caso (Israel) estos sectores son una minoría absoluta, en el otro (ANP) no solo son la absoluta mayoría sino que detentan el poder y orientan la opinión pública y hasta la educación en esa sociedad; por otro lado, y en esto quiero sentar mi posición, creo que no se hace justicia a la verdad si no se denuncia el carácter dispar de la lucha, en un caso (ANP) el objetivo es la destrucción de Israel y la aniquilación de su población judía: “Artículo 22: El sionismo es un movimiento político orgánicamente asociado con el imperialismo internacional y es antagónico a todas las acciones para la liberación y a todos los movimientos progresistas en el mundo. Es racista y fanático en su naturaleza, agresivo, expansionista, y colonial en sus objetivos, y fascista en sus métodos. Israel es el instrumento del movimiento sionista, y es una base geográfica que el imperialismo mundial estratégicamente emplazó en el centro del mundo árabe para combatir sus esperanzas de liberación, unidad, y progreso. Israel es una fuente de amenaza constante para la paz vis-a-vis peace en el Medio Oriente y en el mundo entero. Por lo tanto la liberación de Palestina implicará la destrucción del sionismo y la presencia imperialista y contribuirá al establecimiento de la paz en el Medio Oriente, el pueblo palestino busca el apoyo de todas las fuerzas progresistas y pacifistas y las interpela para que, despojándose de todas sus pertenencias y creencias, ofrezcan al pueblo palestino toda su ayuda y lo apoyen en su justa lucha por la liberación de su tierra.” “Artículo (19) (La) lucha armada es una estrategia y no una táctica, y la revolución armada del pueblo árabe-palestino es un factor decisivo en la lucha de liberación y extirpación de la existencia sionista, y esta lucha no cesará a menos que el estado sionista sea demolido y Palestina sea completamente liberada.” Del programa político de Al-Fatah
mientras que la lucha de los judíos en la región (quienes vienen siendo asesinados desde el comienzo de la moderna Aliá –a finales del siglo XIX-) tiene un carácter netamente defensivo (lo ha demostrado en cuanto se lo han permitido, por ejemplo devolviendo tierras a Egipto –1978- y Jordania –1994- a cambio de paz, como dice Julián Schvindlerman un bien tangible por uno intangible); de hecho, nadie puede referirse al conflicto de marras sin aclarar varios puntos: 1) el Estado de Israel se crea en tierras que los palestinos reclaman como propias pero que (en su casi totalidad habían sido adquiridas a terratenientes árabes por las antiguas sociedades de colonos judíos); 2) los asesinatos de judíos en la región se vienen produciendo sin solución de continuidad desde finales del siglo XIX; 3) entre los territorios que los palestinos reclaman como propios de la ANP se encuentra Judea, región de la cual se deriva el sustantivo judío; 3) el mundo árabe en su conjunto se ha negado a aceptar la existencia del Estado de Israel y, no contentos con ello han expulsado de sus tierras a cerca de un millón de judíos árabes; 4) los árabes, en particular los palestinos han rechazado sistemáticamente cada ofrecimiento de paz pues su objetivo explícito es la destrucción de Israel; 5) como parte de esta política deliberada e intransigente han incumplido sistemáticamente con las obligaciones derivadas de la firma de los acuerdos de Oslo, los que fueron definidos por Arafat como: “Yo no considero a este acuerdo (Oslo) más que el acuerdo realizado entre nuestro profeta Mahoma y Koraish, y Ud. recuerden que el Califa Omar rechazó este acuerdo y lo consideró despreciable.” (Arafat se ha referido en más de una oportunidad a los acuerdos de Oslo comparándolos con el pacto que realizara Mahoma con la tribu de Koreish. Dicho pacto debió haber durado 10 años pero fue roto luego de dos años los cuales fueron aprovechados por las fuerzas islámicas para fortalecerse).” Yasser Arafat, discurso en la Mezquita de Johanesburgo el 10/5/1998. “Pregunta: - ¿No cree a veces que ha cometido un error al firmar los acuerdos de Oslo? Respuesta: -No... no. El mensajero de Alá, Mahoma, aceptó el tratado de paz de Khubadaibiya y Salah-A-Din (Saladino), aceptó el tratado de paz con Ricardo Corazón de León. (Saladino fue un líder que luego de un cese de fuego declaró una Jihad contra los cruzados y capturó Jerusalem).” Yasser Arafat, entrevista con el diario Al Quds, 10/5/1998. Lo cierto es que ambos bandos contendientes no tienen el mismo carácter, en uno de ellos (Israel) gran parte de la población (la centro-derecha, la centro-izquierda y la izquierda) abogan por la paz, en las escuelas de los territorios de la ANP se enseña a los niños a odiar a los judíos (basta buscar en cualquier buscador de Internet para acceder a los textos de estudio vigentes en los territorios de la ANP). Creo útil la aclaración de Pérez Reverte diferenciando israelí de “colono ultra”, pues, al menos es mi caso, esa distinción no me quedaba tan clara pues pensé que sus dichos sobre el “Hijo de puta ultra con trenzas, kipá en el cogote, escopeta y tanque Merkava guardándole las espaldas” era una metáfora para referirse a los israelíes, destacando en especial su carácter judío. Por otro lado, aún con mis absolutas diferencias con los sectores ultraortodoxos creo que no es imparcial el comparar a unos que consideran que toda esa tierra fue un regalo que Dios dio a los judíos y por ello se niegan a retirarse a las fronteras de 1967, con quienes piensan que los judíos están de más en este mundo: “Los judíos son judíos; ni del laborismo ni del Likud; los judíos son judíos. No son razonables ni abogan por la paz. Todos ellos son mentirosos. Son unos asesinos carniceros. Alá el todopoderoso nos lo ordenó: -“Combátelos”-... Nuestro pueblo debe unirse en una sola trinchera y debe recibir armas de los líderes palestinos para enfrentar a los judíos... No hay que tener misericordia con los judíos, de ninguna manera, en ningún lugar del mundo. Combatirlos, eso debes hacer. Dondequiera que los encuentres, mátalos. Dondequiera que estés, mata a los judíos y a los americanos junto con ellos – todos ellos están en una misma trinchera contra los árabes y los musulmanes- porque ellos establecieron Israel aquí, en el seno del palpitante corazón del mundo árabe, en Palestina...” Dr. Ahmed Abu Halabia, Miembro del “Consejo Fatwa” nombrado por la ANP, ex-Rector de la Universidad Islámica en Gaza. En la mezquita Zayd bin Sultan Nahyan en Gaza el 13/10/2000, en el día posterior al linchamiento de reservistas israelíes en Ramalá. Transmitido en vivo por la T.V. palestina. Creo necesario citar un texto anterior en el que me refiero a una comparación que realizó Julián Schvindlerman entre la Declaración de la Independencia de Israel y la Carta Nacional Palestina que es harto elocuente para mostrar las diferencias ideológicas en uno y otro contendiente: “Se torna evidente, aun a un ojo poco entrenado, que los conceptos que se equipararon en la resolución 3379/75 de la ONU, son a todas vistas, de orden sustancialmente distinto, una tiende a lo positivo, la reivindicación histórica de un pueblo sobre la tierra de sus ancestros y la otra a la exclusión del alter. La ideología subyacente a estas dos posiciones se puede ejemplificar claramente con la comparación entre la Declaración de la Independencia de Israel y la Carta Nacional Palestina que realiza Julián Schvindlerman en su libro “Tierras por paz, tierras por guerra”: Sobre la primera Schvindlerman dice que: “...en ningún lugar en la Declaración de la Independencia israelí puede uno encontrar una intención anunciada de eliminar a otra nación. El documento fundante de Israel cita las bases morales, religiosas, históricas y legales para la creación del hogar nacional del pueblo judío en su tierra ancestral. Además, extiende su “...mano a todos los estados vecinos y a sus pueblos en una oferta de paz y buena vecindad...”. (Recordemos que la respuesta de sus vecinos no tardó en llegar en forma de una guerra permanente desde la creación del Estado en 1948, planteada por los propios líderes árabes como una “guerra de exterminio”, recordemos la consigna acerca de “echar a los judíos al mar”) Y el autor sigue: “...En otras palabras, la Declaración de la Independencia israelí no propone crear un hogar nacional judío a expensas de otras naciones. Al contrario de esto, la carta fundacional de la OLP está repleta de referencias para la destrucción de Israel y del sionismo. La Carta Nacional Palestina define al nacionalismo palestino como una negación del nacionalismo judío en general, y la existencia de Israel en particular. El artículo 19 afirma que “...la partición de Palestina en 1947 y el establecimiento del Estado de Israel son fundamentalmente nulos e inválidos, cualquiera sea el tiempo transcurrido...”” [1] Luego de esta necesaria aclaración continuaremos ahora con el análisis del texto de Pérez Reverte y su antisemitismo encubierto (e inconsciente); el segundo argumento antisemita en el escrito del autor refiere al mito que “los judíos dominan la prensa mundial”, argumento implícito en la frase: “En cuanto a los palestinos, pues bueno. Esos no han protestado, posiblemente porque carecen de infraestructura internacional que les permita inundar Internet y los teléfonos móviles con chorradas” (apenas les alcanza para los medios de prensa europeos y las Naciones Unidas); este párrafo entero de Pérez Reverte es un indicador de su narcisismo herido que no tolera la más mínima crítica; en efecto, no puede tolerar la idea que su escrito del 2 de enero pudo haber herido la sensibilidad de tantos lectores, entonces opta por la poco afortunada idea (como mecanismo de defensa paranoide) que el problema no fue su discurso agresivo sino que (y aquí el tercer elemento del antisemitismo) aparece la “conspiración judía” en la forma de una campaña contra su persona. Está imposibilitado de pensar en otras alternativas posibles: 1) no será que los palestinos no protestan pues prefieren callar para mostrar que hay otros que apoyan su causa; 2) o tal vez reconozcan en Pérez Reverte a un judeófobo como ellos y prefieren no enemistarse con él; 3) O tal vez se deba a que los judíos, con más de dos milenios de ser perseguidos y asesinados hallamos desarrollado una sensibilidad particular para reaccionar ante quienes nos odian (su segundo escrito parece demostrar eso); 4) no consideró que tal vez los palestinos no le han respondido pues ellos desconocen de persecuciones y genocidios y que su actual “persecución” y “genocidio” a manos de Israel no es más que una operación de prensa (muy exitosa por cierto); 5) o será tal vez que su soberbia y su egocentrismo le impiden considerar la hipótesis que los palestinos tal vez no lo lean; 6) o que lo lean pero les importe un comino lo que Usted escriba o lo que occidente piense de ellos dado que ellos tienen muy en claro lo que desean: “Este conflicto tiene poderosas raíces religiosas, a saber; según el Islam, el mundo está dividido en dos regiones antagónicas e irreconciliables: por un lado está la región denominada Dar al-Salaam (casa de la paz), conocida también como Dar al-Islam (casa del Islam) que es el mundo de los fieles, los territorios regidos por la Shari’a (ley religiosa islámica), territorios bajo el gobierno de Alá; por otro lado, y en oposición a la primera se halla la región conocida bajo el nombre de Dar al-Haarb (casa de la guerra) que son los territorios en los cuales se rigen por otras normas y leyes. “La principal causa de la inexorable resistencia del mundo islámico contra el Estado de Israel está fundamentada en la religión. Rashid, hablando en representación de los millones de musulmanes, explica: "Según la doctrina islámica no podemos ceder ni aún el más pequeño trozo de tierra palestina". La doctrina islámica traza el mundo en dos divisiones de poder: La "Casa del Islam" (Dar al-Islam), también llamada "Casa de Paz" (Dar e-Salaam). Esta "Casa" es el territorio que está bajo la "Shari'a", el derecho islámico. Comprende todos los países en los cuales el Islam es la religión del Estado. El resto del mundo es llamado "Casa de Guerra" (Dar al-Charb). Comprende todos los países (todavía) no islámicos.” [2] Es deber de todo buen musulmán llevar adelante la Jihad para propagar la voz de Alá. Esta propagación debe ser hecha por todos los medios posibles, inclusive por la fuerza: "Islam es la religión de Alá para todos los seres humanos. Debería ser proclamada e invitar a la [gente] a unirse sabiamente y a través de la apropiada predicación y discusiones amistosas. Sin embargo, tales métodos pueden encontrar resistencia y los predicadores pueden ser prevenidos de lograr su deber… entonces, el Jihad y el uso de la fuerza física en contra de los enemigos se torna inevitable…" [3]” [4] El objetivo del Islam es que la tierra entera sea territorio de Dar al-Islam, además, consideran que un territorio que alguna vez fuera conquistado por el Islam, fuera islamizado, fuera integrado a Dar al-Salaam y por lo tanto transformado en Waqf (tierra consagrada, tierra santa) y, de acuerdo a esta concepción no puede dejar de ser parte del mundo islámico; por lo tanto es obligación de los musulmanes su reconquista. “El Corán dice: "[Los que son] miembros del partido de Dios, son los vencedores" (Sura 5, 56 [611). Algún día -de acuerdo con la doctrina islámica- el mundo entero será una "Dar al-Islarn", una "Casa del Islam". La vida de todos los hombres será dominada de la Shari'a, aún cuando no todos confesarán la fe islámica. El reino de Alá es idéntico con la expansión política y la validez de la Shari'a. Una zona que alguna vez haya estado bajo las leyes islámicas, no podrá jamás -Conforme al credo islámico- ser desislamizada. De esta manera, a los ojos de la teología política musulmana, también son "waqf" (territorios islámicos) España y los Balcanes. Los ejércitos de Alá están obligados a reconquistar el terreno islámico que se perdió en épocas anteriores.” [5] Tal y como se puede apreciar en los dichos de referentes palestinos, e inclusive en sus documentos, la lucha por los “territorios ocupados” es una verdadera cortina de humo ya que según el pensamiento de estos grupos la totalidad de Israel es Waqf islámico (tierra sagrada) y, por lo tanto la ocupación se extiende más allá de las fronteras de 1967, consideran que el propio territorio de Israel es “tierra palestina ocupada” y por lo tanto su lucha por la “liberación” de la tierra ocupada se prolongará hasta la total destrucción de Israel. “"Quien habla del fin del conflicto en Oriente próximo habla insensateces" opina Moshe Sharon, entonces asesor del finado primer ministro y Nobel de Paz, Menahem Begín. "Este conflicto es una guerra de Alá contra sus enemigos". Aunque algunos musulmanes quisieran hacer paz, no les sería permitido. Si el Estado judío realmente tuviera futuro, a los ojos de los fieles del Islam no sería otra cosa que una capitulación de su dios al que creen ser el omnipotente. La cuestión de la existencia del Estado judío sobre territorio musulmán es el criterio que tienen los creyentes musulmanes acerca de quién es el verdadero Dios. ¿Es el "Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob", o es el "Dios de Abraham, de Ismael y de Esaú"? Mientras que el Estado judío ocupe un solo palmo de tierra en la "Casa del Islam", esto equivaldría, estrictamente pensado, a una declaración de bancarrota de Alá.” [6]” [7] Continuando con el escrito de Pérez Reverte, el autor muestra un profundo desconocimiento del conflicto de Medio Oriente, en particular de la sociología de dicho conflicto, cuando dice que “Esos palestinos no anhelan morir en nombre de nada, sino que los dejen vivir, tener agua potable, comer, caminar sin que les corte el paso una alambrada o les disparen...”; basta recorrer los libros de texto, los murales en las paredes de los asentamientos y ciudades palestinas, oír sus discursos, leer sus textos y su prensa para notar que, como dijo una encuesta: “El 35 por ciento de los niños palestinos entre los 12 y 13 años afirma que quiere convertirse en un mártir y morir por la causa palestina, según revela una encuesta realizada por el Centro de Salud mental de Gaza y que será publicada hoy en exclusiva por el semanal italiano “Vita”. La encuesta realizada para ilustrar un reportaje sobre las condiciones de los menores palestinos, revela que el 35 por ciento de los niños entre 12 y 13 años quieren ser “kamikaze” y siente "admiración" por los suicidas palestinos.” [8] Intentar analizar este fenómeno con ojos y moral occidentales puede conducir a la negación, a la ceguera total (como la que aqueja a Pérez Reverte); hay que entender que en la sociedad palestina el concepto de la vida y la muerte no es igual que en occidente, no tiene la misma ponderación, para ellos (ver la explicación sobre las raíces religiosas del conflicto que desarrollamos más arriba) quien se hace explotar asesinando inocentes es un Shahid (mártir) de la Jihad (la guerra santa), la aspiración a alcanzar tal “logro” tiene diferentes motivaciones: para los religiosos el Shahid alcanza los estadios más altos del cielo alcanzando el derecho a sentarse a la diestra de Alá por toda la eternidad; para los laicos (si es que hoy en día queda alguno dada la fuerte penetración religiosa que sufren las sociedades árabes), el tornarse Shahid le otorga no solo a él, sino a su familia presitigio social, la eleva socialmente. Finalmente, este autor cae en la argumentación de corte neonazi que los judíos somos “extorsionadores” utilizando el Holocausto en beneficio propio como víctimas “profesionales”; éste hecho muestra el verdadero material con que está hecho Pérez Reverte. Si los judíos apelamos permanentemente al Holocausto es porque pese a haber sufrido (a manos de los europeos y árabes) las masacres del medioevo, los bautismos forzados, a la Inquisición, las expulsiones, los ghettos, los pogromos, los asesinatos y más asesinatos; al mundo no le alcanzó y Europa produjo el asesinato de 6.000.000 de judíos mientras el resto del mundo volteaba la vista y quitaba la mano; no contentos con ello, las manadas de antisemitas hoy vuelven a rebuznar (ahora su “antisionismo”), principalmente en Europa y el Mundo Árabe; dado nuestro antecedente y nuestra experiencia, los judíos NO SÓLO tenemos TODO EL DERECHO, tanto HISTÓRICO cuanto MORAL de denunciar al (neo)antisemitismo y a sus portavoces, sino que, además es nuestra obligación hacerlo, no por lucro sino por supervivencia. Por último, aclaro a Pérez Reverte que se quede tranquilo, que el no fue Goebbels por un domingo pues ese tipo de comparaciones (al igual que las “saramaguezcas” sobre el Auschwitz palestino, el genocidio palestino, etc.) son funcionales a los negacionistas y banalizadores del Holocausto (otra técnica preferida de los antisemitas modernos); y tenga la plena certeza que el domingo 2 de enero de 2005 Pérez Reverte apenas fue Pérez Reverte. En relación a la referencias a mi persona, agradezco profundamente la deferencia de haber respondido expresamente mi e-mail de crítica a su primer artículo pero es necesario aclararle algunas confusiones: en primer lugar yo mandé al periódico una respuesta que luego (con sendos encabezados reenviara el Ing. Ernesto Weinschelbaum); y es el referido Ingeniero quien hace referencia a los libros de Pérez Reverte; en relación a la justificación para la demora en responderme, le aclaro que no pretendía eso, por lo cual vuelvo a agradecer su deferencia, y me veo en la necesidad, nobleza obliga, de aclarar que quien enfáticamente exigió la publicación del artículo fue el referido Ingeniero a quien, dicho sea de paso no tengo el gusto de conocer; finalmente ante su “dedicatoria” final le aclaro que aquí también sabemos de dichos, lo cual me recuerda uno que viene al caso: “Si los antisemitas tuvieran alas Pérez Reverte sería un cuervo” Lic. Patricio A. Brodsky Profesor - Investigador Facultad de Ciencias Sociales - Universidad de Buenos Aires. Fundación Memoria del Holocausto - Museo de la Shoa - Buenos Aires, Argentina Coordinador de la elista Israel Hasbara
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