En vísperas del vigésimo aniversario del atentado contra la sede de la AMIA, los hechos de público conocimiento vuelven a darle la razón a una ya legendaria frase: “La historia se repite dos veces: la primera vez como tragedia, la segunda como farsa”. La primera vez que nos mintieron fue una tragedia; ahora, como desde hace dos décadas, nos encontramos con otra maniobra, pero esta vez sabemos que se trata de una farsa. Es por eso que esto no es nuevo: la declaración de inconstitucionalidad del Memorándum es una pieza más de este carnaval de la impunidad que algunos montan para poder “festejar” tranquilos el 18 de julio. Hablar sobre el Memorándum y la declaración de su inconstitucionalidad significa detenernos sobre los actores que planificaron esta farsa: en primer lugar nos encontramos con la dirigencia judía. Frente a la noticia, los dirigentes de la AMIA y la DAIA se manifestaron como era esperable: “La inconstitucionalidad del Memorándum mantiene la causa vigente”, salieron a vociferar por los medios. Nada más cierto que esta frase, puesto que tiraron abajo el Memorándum para que su causa siga vigente. Su causa no es la de la Verdad y la Justicia, sino que es la cruzada contra la Verdad y fundamentalmente contra la realización del juicio por encubrimiento. Actuaron con rapidez y eficacia para presentar una acción de amparo frente a la Justicia por el Memorándum, pero... ¿Por qué no se presentaban a las audiencias y trabajaban con el mismo espíritu en la investigación por el encubrimiento del atentado? ¿Acaso alguien escuchó a algún dirigente protestar porque el juicio oral no empieza? Nuevamente, porque trabajan para trabar, postergar, desviar, maniobrar... Los actores y sus gestos vienen a confirmar una frase sentenciada por Janan Nudel a pocas semanas del atentado: “¿Pensaste en lo despótico que puede tornarse un líder para sentirse además una víctima?”. Otro de los actores fue el ex fiscal de la causa AMIA Alberto Nisman. Desde su flamante sillón de la Fiscalía Especial AMIA, trabajó denodadamente para que se declare inconstitucional el Memorándum. Lo llamamos ex fiscal porque ya no representa a las víctimas: desde hace años viene usando el nombre de las víctimas para fortalecer su prestigio político. ¿Por qué no hizo absolutamente nada para acelerar la investigación a los encubridores del atentado? ¿Cómo es posible que en diez años no haya aportado nada nuevo a la investigación? Nuevamente, porque trabaja para trabar, postergar, desviar, maniobrar... Desde Memoria Activa sostuvimos que el Memorándum era una pequeña ventana, en una larga historia de fracasos. No es inconstitucional, sino que es ineficiente. Pero parecería que otro año más nos obligan a expresarnos y “decidir” si el Memorándum es bueno o es malo. ¡Esa no es la cuestión! La cuestión es lo que evidencia la actuación de la Justicia con este Memorándum: ¿por qué la Justicia argentina se expidió con tanta celeridad sobre esto, mientras que permanece pasiva en relación con la realización del juicio oral por el encubrimiento del atentado? ¿Por qué existe un reloj diferenciado? Una vez más demasiadas preguntas para una misma respuesta: fracaso e impunidad.
* Asociación Civil Memoria Activa.
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