En el 66º aniversario de la Victoria de los Aliados y del Ejército Rojo sobre la Alemania nazi este año tres instituciones, Sherit Hapleitá, DAIA y Generaciones de la Shoá convocaron a una celebración recordatoria en el auditorio de AMIA. Tal como estaba previsto, asistieron representantes del cuerpo diplomático (más de veinte embajadas), autoridades nacionales e internacionales, de la ciudad autónoma de Buenos Aires, de las FFAA, Organismos no gubernamentales, de Derechos Humanos, representantes de diferentes credos y de instituciones judías, encabezadas por el Gran Rabino Ben Hamú y de la colectividad del Uruguay. Moderador del acto como es habitual fue el señor Shaul Hochberger quien destacó con calidez cada uno de los momentos por demás emotivos como el encendido de las seis velas y las palabras del Sr. José Moskovits en su carácter de presidente honorario de Sherit Hapleitá, del Sr. Aldo Donzis, presidente de DAIA y del Embajador de Israel, Sr. Daniel Gazit. Fueron coincidentes los oradores al remitirse a aquel "aparente apaciguamiento de 1938 y la actual amenaza de algún país irresponsable como Irán que pueda encender la llama de un nuevo holocausto nuclear "(JM). "Una guerra nunca es buena" (DG), y los millones de seres humanos asesinados y caídos durante la guerra (AD) fueron la síntesis de un mensaje sentido y compartido por toda la audiencia. Remarcó además José Moskovits la necesidad imprescindible de investigar qué ocurrió con las joyas y todos los bienes robados por los nazis y que llegaron a las costas argentinas.
La Prof. Edyta Kurek, vicedirectora del "Instituto Histórico Judío Emanuel Ringelblum" de Varsovia, invitada especialmente, tuvo a su cargo la presentación del libro "Los niños judíos acusan", testimonios tomados en 1947. Este libro fue traducido al español por Iwonna Czechowicz.
El acto cerró como es costumbre, con la energía vibrante del "mir seinen do", (estamos aquí) himno de los partisanos entonado sobre todo por los sobrevivientes y sus hijos y nietos presentes.
La voz del tenor Darío Sayegh, siempre brillante y conmovedora, los músicos que lo acompañaron, el compositor y maestro Felenbok al piano y la voz de Natalia Schvartz entonando canciones que hacían recordar el steitl de entonces coronaron un evento que aspiramos continúe en el tiempo para sostener la memoria y reforzar el compromiso judío de "NO OLVIDAR".
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