Podemos creer que tenemos la razón absoluta y no es así, considero que nadie es perfecto
Tú me preguntas y yo contesto, dentro de mi humilde parecer y sentir, si no te ha gustado, no ha sido satisfactoria, para ti, mi respuesta, por favor, no te enojes…sigamos dialogando, seguramente entre ambos llegaremos a un acuerdo o a la verdad que tanto nos preocupa…
Y sí, los años pasan y creemos saberlo todo pero…mmm…no es así, todos los días aprendemos algo nuevo.
Una vez, alguien, me comentó que su padre siempre decía tener la razón…
Pregunte el porque de esa aseveración y me contestó:
- también se lo pregunte una vez y me respondió que cuando era joven lo creía, es decir no estaba seguro, pero de todos modos seguía con ese concepto, dudoso pero implacable, pero ahora, ya mayor, estoy seguro.(así lo expreso su padre)
Inmediatamente dije:
- Sabio el hombre…
Pero al recapacitar, al reflexionarlo, me di cuenta que no era sabiduría sino seguridad en si mismo, lo cual no quiere decir que acepte que siempre haya tenido la razón.
De igual forma no me convenció mi respuesta, hacia mi misma, y seguí reflexionando sobre el tema, en silencio me decía no, esto debe de tener un porque…pensaba y pensaba y llegue a esta conclusión:
Lamentablemente existen hombres y mujeres – según sea el caso – que no aceptan que se están equivocando o se han equivocado, son implacables, no aceptan razones ni razonamientos, y si se les hace notar que no tiene la razón absoluta, se enfadan.
Nada es porque si o porque no, todo tiene una razón de ser y este caso es uno más.
Considero, según mi humilde entender y sentir, que las personas que consideran, siempre tener razón y no desean escuchar otro razonamiento, como lo he dicho – son terminantes… traen consigo un pasado angustioso de sometimiento, en aquellos momentos la razón la tenía al que le tenían miedo y no podían hacer otra cosa que someterse a lo que se les ordenaba.
Muchas personas, las que han tenido que sufrir el terror de las guerras, campos de concentración, mujeres y niños sometidos y abusados y tantísimo más, entiendo, son los que no aceptan el equivocarse, ellos son los que después de haberse salvado, salido, conseguir, a pesar del horror, estar vivos, poder haber formado una familia digna, haber conseguido un trabajo y, ¿por qué no?, tener su propio negocio o empresa, no aceptan el no tener razón. Es que ya han sufrido el sometimiento y, a pesar de ello, han logrado – con esfuerzo – realizar lo que, tal vez, deseaban y no creían poder lograr.
Así es como han llegado a sentirse poderosos y no aceptar que otro le haga ver, o sentir lo que él o ella ni siquiera se dieron cuenta, solamente ven lo que desean ver, escuchar lo que desean escuchar y… ¡hasta sentir lo que desean sentir!
Existe un refrán que viene al caso y dice: “No hay peor sordo que el que no quier oír ni peor ciego que el que no quiere ver”
Me preguntaron si es agradable escuchar palabras que molesten…
Bueno, ja… según que palabras, ya que si alguien me insulta no me va a gustar, obviamente, pero si me dice algo que no sea de mi agrado con respeto, dialogando, con palabras correctas, puede no gustarme su esencia pero no por ello me enojaría, no, ¡para nada!
Si la otra persona me lo permite seguiría dando mis razones, con todo respeto, por supuesto, es que todos somos humanos, nadie es perfecto y lo que uno considera correcto puede no serlo para el otro.
Soy una convencida de que si existe el diálogo surgirá el entendimiento, de lo contrario, sería como dialogar con la pared.
De que sirve el enojo por escuchar lo que no nos gusta o no queremos escuchar, por favor, no te enojes…entiende que puedes caer en ese pozo que sabes existe y no quieres ver y - tal vez – la ayuda para salir de él la recibas de la persona con quien te has enojado.
No te enfades, razona, reflexiona, los momentos ya vividos pueden haber herido y mucho, pero esas heridas ya son cicatrices, marcas, huellas, que deben de servir para no cometer el mismo o similar error que cometieron contigo
Escucha, observa, piensa, reflexiona, no grites, no lastimes, no seas terminante… aprende a contar hasta diez y, si es necesario hasta cien, pero no dañes con tu implacable...“se hace porque yo lo digo” o porque…”yo siempre tengo razón.”
No siempre tenemos la razón en lo que sentimos, consideramos o creemos tenerla, ¿no lo crees así?
Emociones del Alma
Lilian B. Epstein
Derecho de autor nº 902526
CV:
Lilian Beatriz Epstein Gel, nació un 3 de julio de 1948 en Montevideo- Uruguay.
Su niñez transcurrió entre Punta del Este –Uruguay- y General Sarmiento en la Provincia de Chubut- Argentina.
Al fallecer su padre, regreso a casa de sus abuelos maternos en su ciudad natal.
Desde los 14 años transcurre sus días en Buenos Aires.
Madre y abuela, sensible, solidaria, optimista, enamorada de la vida y del amor,
se desempeño en distintas actividades pero jamás dejo la escritura, que es su pasión.
En el mes de abril del año 2010, presento su primer hijo de letras – así lo llama –
titulado “¡A pesar de todo…!”, la historia de una mujer que amo demasiado,
que transito momentos de tristezas, de alegrías y hasta de desesperación…
Pero que no se dio por vencida.
El cual participó en la Feria Mundial del Libro en Buenos Aires y recorrió
la Argentina y algunos países, del exterior, con éxito.
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