Hace poco leí la grata noticia en el diario israelí “Maariv” en la que se anunciaba que Bob Dylan daría un recital en Israel en el Estadio de Ramat Gan el próximo 20 de septiembre. Aunque no tendré el placer de asistir, veré su transmisión televisada. Dicho acontecimiento me dio el puntapié para dedicarle unas humildes líneas a este gran artista que ha cambiado la historia musical popular.
Muchos de los conocidos trabajos de Dylan datan de la década de 1960, en la cual se convirtió en portavoz de los conflictos estadounidenses. Por otro lado, es además conocido por revolucionar el concepto de los límites de la música popular en 1965, con el single "Like a Rolling Stone" (Como un Rolling Stone) de seis minutos de duración. Muchas de sus primeras canciones, como "Blowin' in the Wind" (Soplando al viento) y "The Times They Are a-Changin'" (Los tiempos están cambiando) , se convirtieron en himnos antibélicos de la época.
Las primeras letras de Dylan ahondaban en temáticas tanto sociales como filosóficas y delataban una fuerte influencia literaria, desafiando la música pop convencional existente y apelando generalmente a la contracultura de aquel entonces.
Ha incursionado, destacándose, en innumerables estilos musicales que van desde el folk, el country, el blues, el gospel, el rock and roll y el rockabilly hasta la música folk inglesa, escocesa e irlandesa, pasando por el jazz y el swing.
Dylan no se ha limitado a interpretar mediante guitarra, sino que también interpreta el teclado y la armónica.
Ha permanecido de gira de forma constante desde finales de la década de 1980, en lo que ha venido a conocerse como el “Never Ending Tour” (la gira interminable).
Orígenes
Robert Allen Zimmerman (en hebreo: Shabtai Zisl ben Avraham) nació en Minnesota, el 24 de mayo de 1941 donde creció. Sus abuelos paternos, Zigman y Anna Zimmerman, emigraron desde Odessa (actual Ucrania) a los Estados Unidos a causa de un pogrom antisemita acaecido en 1905. Sus abuelos maternos, Benjamin y Lybba Edelstein, eran judíos lituanos que llegaron a América en 1902.
Sus padres, Abraham Zimmerman y Beatrice Stone, formaban parte de una reducida pero muy cohesionada comunidad judía. Robert Zimmerman vivió en Duluth hasta los seis años, cuando su padre contrajo poliomielitis, su familia volvió a la ciudad natal de su madre, Hibbing, Minnesota, donde pasó el resto de su infancia. Robert vivió buena parte de su juventud escuchando la radio; en un primer momento, escuchando emisoras que transmitían música blues y country y luego rock and roll. Ya durante su estadía en la escuela, formó varias bandas.
Zimmerman se trasladó a Minneapolis, Minnesota, en septiembre de 1959 para matricularse en la universidad estatal. Durante aquella época desarrolló un enorme interés por la música folk norteamericana. Alguna vez , se expresó de una manera qué produjo tal atracción que lo acompañaría durante mucho tiempo:
"Lo que pasaba con el rock'n'roll es que para mí, de todos modos, no era suficiente. Había muy buenas frases pegadizas y un ritmo contagioso, pero las canciones no eran serias o no reflejaban la vida de un modo realista. Sabía eso cuando me metí en la música folk, era una cosa más seria. Las canciones estaban llenas de tristeza, de triunfo, de fe en lo sobrenatural, y tenían sentimientos más profundos".
Su trayectoria musical
“Con fuerza de voluntad se puede hacer cualquier cosa. Con fuerza de voluntad uno puede determinar su propio destino.”(1978)
Pronto comenzó a tocar en un café cercano del campus universitario. La música se convertiría, enseguida, en su profesión definitiva y dejaría los estudios universitarios luego de un año.
La voz áspera de Dylan resultó un impedimento para muchos oyentes a la par que un atractivo para muchos.
En mayo de 1963, el perfil político de Dylan creció cuando abandonó el programa “The Ed Sullivan Show” (El show de Ed Sullivan). Durante los ensayos, ejecutivos de la CBS informaron a Dylan que la canción que había ensayado, "Talkin' John Birch Society Blues" (Blues hablado de la John Birch Society Blues – Asociación conservadora americana), era potencialmente una difamación de la John Birch Society ( “JBS”- asociación conservadora americana) . En lugar de complacer a la censura, Dylan se negó a aparecer en el programa.
Por aquel entonces, Dylan se había convertido en una figura prominente en el movimiento por los derechos civiles, participando en las marchas por el trabajo y la libertad, que se realizaban en Washington.
Ya por la segunda mitad de 1964 y principalmente durante 1965 su fama estaba consagrada.
Tras la gira europea, Dylan volvió a Nueva York, aunque las presiones sobre él seguían aumentando. La cadena de televisión ABC había pagado un adelanto por un guión para un programa de televisión que Dylan debía escribir; la editora Macmillan demandaba un manuscrito final para la novela “Tarántula”, al mismo tiempo que su representante había organizado una nueva gira de conciertos para el verano y el otoño.
El 29 de julio de 1966, los frenos de su motocicleta Triumph 500 se bloquearon en una carretera cercana a su hogar de Woodstock, Nueva York, arrojándolo a tierra. Aunque el alcance de sus heridas nunca fue revelado, Dylan dijo que se había fracturado varias vértebras cervicales. Respecto de aquel accidente y de aquel momento de su vida, Dylan dijo:
"Cuando tuve ese accidente de moto me desperté y capturé mis sentidos, y me di cuenta de que estaba trabajando para todas esas sanguijuelas. Y no quería hacer eso. Además, tenía una familia y quería ver a mis hijos".
No sólo un nombre artístico
En 1962 Robert cambia legalmente de nombre adoptando el de Bob Dylan.
En su autobiografía, “Crónicas”, Dylan escribió sobre este cambio de nombre:
"Había visto algunos poemas de Dylan Thomas. La pronunciación de Dylann y Allyn era similar. Robert Dylan. Robert Allyn. La letra D tenía más fuerza. Sin embargo, el nombre Robert Dylan no era tan atractivo como Robert Allyn. La gente siempre me había llamado Robert o Bobby, pero Bobby Dylan me parecía cursi, y además ya estaban Bobby Darin, Bobby Vee, Bobby Rydell, Bobby Neely y muchos otros Bobbies. La primera vez que me preguntaron mi nombre en Saint Paul, instintiva y automáticamente solté: "Bob Dylan"".
Galardones
A lo largo de su carrera, Dylan ha sido reconocido y galardonado por sus composiciones, interpretaciones y grabaciones. Sus discos le han valido varios Grammys, Globos de Oro y premios de la Academia, y su nombre se halla en el Salón de la Fama del Rock and Roll, el Salón de la Fama de Compositores de Nashville. En enero de 1990, fue investido Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, por el Ministro de Cultura de Francia Jack Lang. En 1999, fue incluido en la lista de las cien personas más influyentes del siglo XX elaborada por la revista Time.
En el año 2000, ganó el Premio de Música Polar de la Real Academia Sueca de Música, y en 2004 alcanzó el segundo puesto en la lista de los 100 mejores artistas de todos los tiempos elaborada por la revista Rolling Stone, después de The Beatles. En 2008 recibió un reconocimiento honorario del Premio Pulitzer por su "profundo impacto en la música popular y en la cultura americana, marcado por sus composiciones líricas de extraordinario poder poético". Por otro lado, desde 1996 diversos autores y académicos han nominado a Dylan para la candidatura del Premio Nobel de Literatura
Artista de diversas inquietudes
A su indudable talento de escritor lírico debe agregarse su gran capacidad de manejo de la prosa puesta de manifiesto en la escritura de su autobiografía. En octubre de 2004, Dylan publicó la primera parte de su autobiografía, “Crónicas, Vol. 1”. El libro alcanzó el primer puesto en las listas de libros de no-ficción más vendidos en The New York Times y fue nominado al Premio Nacional del Libro.
Por otra parte, en mayo del 2006 tuvo lugar el estreno de Dylan como locutor de radio en el programa semanal Theme (tema) Time Radio Hour integrado por canciones relacionadas con un tema semanal. En el programa, Dylan selecciona canciones clásicas que van desde la década de los años 1930 hasta la actualidad.
Finalmente ha incursionado con éxito en la pintura. Una década después de que Random House publicara “Drawn Blank” (expresión que remite a obtener un resultado nulo o fracaso: ‘Dibujar en blanco’) (1994), su primer libro de pinturas, la exhibición The Drawn Blank Series abrió sus puertas en Chemnitz, Alemania, en octubre de 2007. La exhibición incluía 170 grabados realizados por Dylan.
El Matón de Barrio
Quisiera ahora detenerme en la canción que Dylan compuso dedicada a Israel en 1983, titulada “ Neighborhood Bully” (Matón de Barrio).
Sólo un gran artista es capaz de condensar la habilidad de síntesis concisa y la poética de la lírica musical.
“Bueno, el matón del barrio, es sólo un hombre, Sus enemigos dicen que está en la tierra de ellos. Lo superan en número como un millón a uno, No tiene lugar para escapar, lugar para correr. Él es el matón del barrio.
El matón del barrio sólo vive para sobrevivir, Es criticado y condenado por estar vivo, No debe devolver los golpes, se supone que tiene la piel gruesa, Se supone que debe echarse y morir cuando rompan su puerta. El es el matón del barrio.”
Sin duda podríamos afirmar que su sensibilidad para con sus raíces es, evidentemente, muy fuerte y muy profunda.
En el año 1983 escribió esta canción en el contexto de ese año y resultó ser un profético panorama del acontecer de nuestros días.
Admirablemente, en pocos versos, describe la historia de nuestro pueblo de la siguiente manera:
“El matón del barrio fue expulsado de todas las tierras, Ha vagado por el mundo, un hombre exiliado. Ha visto a su familia dispersada, su gente cazada y desgarrada, Está siempre en juicio sólo por haber nacido. Él es el matón del barrio.”
En otras estrofas Dylan canta a viva voz la cruda realidad actual en el suelo israelí.
“Bueno, las chances están en su contra y las posibilidades son bajas de que viva por las reglas que el mundo hace para él, Porque tiene un nudo al cuello y una pistola a su espalda Y a cada maniático se le da una licencia para matarlo. Él es el matón del barrio.
No tiene aliados, en verdad. Lo que consigue lo debe pagar, no lo consigue por amor.”
Sus versos melodiosos son también una oda a la gesta de nuestro sufrido pueblo.
“Ha hecho un jardín del paraíso en la arena del desierto, En la cama con nadie, bajo las órdenes de nadie. (…)
Tomó las migajas del mundo y las convirtió en riqueza, Tomó enfermedad y peste y las convirtió en salud.”
Y concluye con sabias preguntas arrojadas al viento, con las cuales despido estas líneas:
“¿Qué ha hecho para tener tantas cicatrices? ¿Acaso cambia el curso de los ríos? ¿Acaso contamina la luna y las estrellas? Matón del barrio, parado en la colina, Acabando el reloj, el tiempo deteniéndose. Matón del barrio.”
Creo que no exageraríamos si finalizamos esta pequeña semblanza con una frase del periodista responsable de la sección musical del diario “New York Times”: “Bob Dylan es como Einstein. Como un disparo divino”.
|
|
|
|
|
|
|
|
