Una forma soterrada de antisemitismo es utilizar al judaísmo como prenda de marketing político. Se hacen promesas electorales de investigar causas como la AMIA y la Embajada de Israel con el fin supuesto de ganar adeptos entre la comunidad. Lo hicieron De la Rua, Duhalde, Kirchner y lo seguirán haciendo quienes les sucedan en los próximos años. Porqué algo está claro: El atentado a la AMIA jamás será resuelto, y en eso el judaísmo institucional (Embajada de Israel en Buenos Aires, MOSSAD y organismos comunitarios) colabora plenamente con la inacción de los gobiernos de turno en la Argentina.
Pero existe otra forma larvada de ser –hoy día- cómplice secundario de los terroristas que volaron la sede de la comunidad judía. Esto es: Ser aliado casi en relación carnal con quienes cobijan en su país los asentamientos terroristas otrora instalados en la Triple Frontera. O quienes, desde ese mismo sitio, proponen acuerdos nucleares con naciones que pretenden desarrollar poderío atómico y a la vez vociferan su odio antijudío.
En síntesis: En la actualidad, el gobierno venezolano de Hugo Chávez es el más fiel aliado del fundamentalismo islámico en América Latina. Existen núcleos del Hezbollah asentados en la Isla Margarita con el consentimiento de Chávez. Se habla en firme de tratados de asistencia nuclear de Venezuela con Irán, mientras se persigue a la colectividad judía en Caracas con allanamientos siniestros como el practicado contra la Sociedad Hebraica de Venezuela.
Los enemigos de Israel saben que tienen en Hugo Chávez un aliado potencial (muchos petrodólares y territorio donde albergarse) en América.
Y ahora el quid de la cuestión: Si el gobierno de Néstor Kirchner pretende congraciarse con el judaísmo argentino prometiendo investigar el atentado a la AMIA, pero a la vez se alinea con las posturas extremistas de Hugo Chávez, no hace otra cosa que dar señales de una ambigüedad que cae de madura.
La pregunta del millón: ¿Cuántos 18 de julio faltan para que el Presidente y su mujer no puedan concurrir a un acto de aniversario previendo la rechifla generalizada por haber prometido investigaciones a la postre ficticias..?
Lenin decía que en pos de una conquista uno se puede aliar con Dios, con el Diablo y con la suegra del Diablo.
Si Néstor Kirchner continúa su pretendida luna de miel con el mas fuerte defensor que existe en América Latina del fundamentalismo islámico, quizás no haga falta responder la pregunta anterior.
La suegra del Diablo chorrea sangre y demagogia por sus cuatro costados.
Jorge D. Boimvaser
info@boimvaser.com.ar
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