Durante un encuentro llevado a cabo en la sede central de las Naciones Unidas en Ginebra, un comité de expertos independientes cuestionó el carácter judío del Estado de Israel...y casi nadie se ha percatado. El 15-16 de mayo, el Comité de Derechos Econó-micos, Sociales y Culturales de la ONU se reunió para evaluar el grado de cumplimiento israelí con el Convenio Inter-nacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Como uno de los 146 países-parte del Convenio Interna-cional, Israel está obligada a presentar informes periódicos al Comité sobre como está im-plementando las provisiones del tratado. El Comité está formado por así llamados ex-pertos independientes de 18 países diferentes. Miembros del Comité preguntaron a la delegación israelí sobre una miríada de temas. Querían saber acerca del im-pacto de los cierres de frontera sobre el movimiento de personas, pasaje para personal médico en los puestos de control, y la suficiencia de provisionamientos de agua en las comunidades palestinas. Pidieron da-tos respecto del número de asentamientos en el Margen Occidental y la Franja de Gaza y el presupuesto que Israel asignaba a los mismos. Los Expertos preguntaron sobre el subdesarrollo en el sector árabe, construcción de casas para judíos y no-judíos en Jerusalén, el número de casas demolidas, y si hubo compensaciones. También deseaban información en lo relativo a la protección de sitios islámicos sagrados y el derecho de los árabes-israelíes a preservar su identidad cultural. En tanto que este tipo de cuestionamiento/crítica de Isra-el no es inusual en la ONU o en otras partes, las preguntas que se sucedieron concernientes al propio carácter judío de Israel fueron inquietantes El Comité se preguntó de que manera el concepto de un país judío podía negar los derechos de otras comunidades que vivían en el país. ¿Podría Israel ser tanto judía como democrática? Preguntaron los Expertos. Ellos afirmaron que la Ley del Retorno israelí discriminaba contra los palestinos en la diáspora, prácticamente imposibilitando su retorno a la tierra de su nacimiento. Más aún, el Co-mité sugirió que la Ley del Retorno debería ser ubicada en el mismo plano de igualdad que el propio derecho al retorno de los palestinos. La delegación israelí respondió que la expresión "Es-tado Judío" derivaba de una evolución filosófica con connotaciones religiosas y seculares, y que la naturaleza judía y democrática del estado implicaba tensión entre ambos términos, pero no necesariamente contradicción. Israel es una verdadera democracia representativa que garantiza el goce de derechos a todos sus ciudadanos y residentes, dijo la delegación. Los delegados explicaron que la Ley del Retorno fue promulgada en 1950, luego del establecimiento de Israel en las posterioridades de la Segunda Guerra Mundial, para dar expresión a tres elementos centrales del nacionalismo judío: la creación de un Estado Judío en la Tierra de Israel, el retorno de los exilios judíos, y la preservación de un fuerte vínculo entre el Estado y la diáspora judía. De esta manera diplomáticos israelíes se encontraron debatiendo aspectos fundamentales del ethos sionista en la ONU. Los israelíes agregaron que la Ley del Retorno y la Ley de Nacionalidad otorgan a los judíos el derecho a inmigrar al país y obtener ciudadanía israelí automáticamente. Ellos enfatizaron que los no-judíos no están impedidos de inmigrar a Israel y pueden aplicar a la ciudadanía. La de-legación concluyó que en este sentido Israel no es diferente de la mayoría de otros estados que brindan preferencia en lo relativo a la nacionalidad a personas con ciertos nexos étnicos, sociales o culturales con el Estado. Parece que temas complejos que tocan con la mismísima esencia de la auto-determinación judía ya no pertenecen solamente al dominio exclusivo y parroquial de pensadores, académicos, y figuras religiosas y políticas en Israel. Ex-pertos en Comités de la ONU parecen sentir al menos una pasión análoga sobre los mismos. Nos preguntamos, sin embargo, si estos Expertos alguna vez mostrarán similar interés en el carácter islámico de Arabia Saudita o la naturaleza católica de España. Fte: unwatch@unwatch.org
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