Juan Faraldo, embajador argentino en el Líbano, no fue el único en remitir cables a la SIDE informando inquietantes novedades sobre movimientos terroristas en Medio Oriente que podrían atentar contra la Argentina: varios de sus colegas en otros países de la región habrían remitido a la Cancillería numerosos informes en el mismo sentido, todos antes de que se produjera el ataque contra la AMIA el 18 de julio de 1994.
De todos modos, Faraldo parece haber sido el más activo: además del cable cuya existencia se reiteró por estos días, y que provocó un nuevo pedido de la mutual judía para que declaren en la causa Hugo Anzorreguy (ex titular del organismo de inteligencia) y Carlos Ruckauf (ministro del Interior a la fecha del atentado). Faraldo remitió un informe en el que notifica de una reunión que mantuvieron en Damasco el entonces presidente vitalicio de Siria, Hafez Al Assad, el canciller iraní Alí Akbar Velayati y Hassan Nasrallah, líder de la organización terrorista Hizbollah. Según el diplomático, dicha reunión tuvo por objeto tratar de zanjar las diferencias entre Nasrallah y Sobhi Toufaili, quien le disputaba el liderazgo de Hizbollah.
Nota de la Redacción:
En ese informe, Faraldo explicaba que Toufaili abogaba en favor de extender los ataques de Hizbollah a todos los objetivos judío-israelíes del mundo, mientras que Nasrallah estaba a favor de sólo atacar al estado hebreo en la región. La pelea se saldó a favor de éste último, por lo que -según informó Faraldo-utilizó la sigla de Ansar Allah para sus actividades, luego de romper con la organización madre.
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