Permanentemente todos aprendemos cosas nuevas, habitualmente lo hacemos de situaciones concretas, de experiencias personales y de las enseñanzas de los más sabios pero en los últimos tiempos comprendí que también lo hacemos de los prejuicios, de las miradas cortas y de hechos injustos y lamentables. Hace pocos días he quedado sorprendido e indignado al leer en una de las tantas cartas que circulan por internet donde se proclamaba como corolario y pretendida verdad que “LOS DERECHOS HUMANOS, DEBEN SER PARA LOS HUMANOS DERECHOS” “Genial, la frase final, ¿no?”
Lo comenté con un grupo de personas muy jóvenes que estaban reunidos en mi casa y me contestaron unánimemente: “¡Esto es absolutamente discriminatorio!”
Y entonces se me ocurrió razonar lo siguiente:
Si tú dices que hay humanos derechos y entonces dejas entrever que también cabe la posibilidad cierta de haber otros humanos no tan derechos o quizás torcidos.
Tu sabes, los Derechos Humanos son para todos los seres humanos. Si no lo son para todos, no son Humanos o volvemos irremediable y trágicamente a nefastas y oscuras épocas pasadas de la humanidad.
¿Qué son los derechos humanos?
Dice la Organización de las Naciones Unidas:
Los derechos humanos son derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, origen nacional o étnico, color, religión, lengua, o cualquier otra condición. Todos tenemos los mismos derechos humanos, sin discriminación alguna.
El principio de la no discriminación se complementa con el principio de igualdad, como lo estipula el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
En nuestro Israel, la única democracia del medio oriente, también existen problemas con “los derechos humanos deben ser para humanos derechos”:
En la ciudad de Bet Shemesh se pretende prohibir a las mujeres ocupar los primeros asientos en cualquier espacio público, caminar delante de los hombres y hace algunos días hubo enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y 300 judíos ultraortodoxos, la causa fue la retirada de un cartel en el que se instaba a segregar a las personas por su sexo en la esfera pública. En una esperanzadora brisa de aire fresco, el Gran Rabino de la Comunidad Sefardí de Buenos Aires, Isaac Sacca, respondió en un comunicado el día 6 de enero de 2012: “La Torá pondera a la mujer y le asigna una misma categoría que al varón. Cada uno tiene su particularidad y su grandeza…No existe en la Torá ningún tipo de ley que segregue a la mujer o al varón”.
Al mismo tiempo, cientos de israelíes de origen etíope protestaron en Kiryat Malaji para denunciar que residentes de un barrio de esa ciudad habrían firmado un pacto para no venderles ni alquilarles propiedades, según informó el Canal 2 de la televisión israelí. Por fortuna el Presidente Simón Perez manifestó enfáticamente: “Estamos contra el racismo y el hitlerismo en cualquier lado, especialmente aquí. Todos los israelíes deben sentirse avergonzados por lo que hemos visto en los últimos días. Nosotros, todos los del Estado de Israel, debemos agradecerles a los inmigrantes etíopes, y no al revés. Aquellos que discriminan a la comunidad deben estar avergonzados por sus acciones y declaraciones”.
Días atrás también en la ciudad israelí de Beit Shemesh, un desorientado mental escupió e insultó a una niña de la vertiente sionista religiosa cuando asistía a la escuela, acusándola de no vestir decorosamente. Como respuesta y en otro límpido soplo de ética y honestidad, Aish HaTorá escribió “Una Carta Abierta al Escupidor de Beit Shemesh”: “¿Cómo te atreves? ¿Cómo te atreves a escupirle a una niña de 8 años y aterrorizarla mientras camina hacia la escuela? No me importa cómo esté vestida, escupir, el abuso verbal y las amenazas de violencia no pueden ser toleradas. ¿Cómo te atreves a rechazar el camino de la Torá de “ama a tu prójimo” para, en cambio, erigir barreras de odio e intolerancia?” Y a nivel global y en el concierto de las naciones del orbe, Israel resultó ser el país más discriminado del planeta Tierra pues los Derechos Humanos le son denegados en forma continua y persistente. No existe otra entidad soberana e independiente tan exigida, tan condenada, tan demonizada, tan segregada y tan discriminada como ésta, a la que se le exige tanto y todo a cambio de nada. Siendo que solo necesita un Derecho Humano tan simple y elemental como existir, como poder vivir en paz en la tierra de sus antepasados. Muy a menudo en nuestra vida cotidiana escuchamos frases como estas:
¡Y qué quieres con estos negros....!
¡A las mujeres no tendrían que darles el permiso para conducir!
¡Estos indignados me tienen cansado! ¿Por qué no van a trabajar?
¡Míralo cómo se comporta, parece un discapacitado mental!
¡Aquí no tendrían que dejar trabajar a gay y lesbianas!
¡Este puesto no es para viejos seniles de más de 50 años!
¡Estos judíos son todos avaros y explotadores!
¡En la reyerta fueron detenidos dos personas y un boliviano!
¡Los musulmanes son todos terroristas!
¡Los gordos deben pagar doble pasaje aéreo!
¡Quienes son aquí los humanos derechos! ¿Quiénes discriminan? ¿Son solo para los discriminadores, los Derechos Humanos?
Los Derechos Humanos aun no alcanzaron a la persistencia de la pobreza y la desigualdad en el mundo de hoy, donde la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando día a día. Hoy, más de 3.000 millones de personas carecen de una vida digna a causa de la pobreza y el hambre. Tampoco llegan al desarrollo sostenible en el planeta que está seriamente amenazado porque una quinta parte de la población mundial consume irresponsablemente, con la consiguiente sobreexplotación de los recursos naturales. El crecimiento económico espectacular generado en los últimos años no ha contribuido a garantizar los derechos humanos ni a mejorar las condiciones de vida; al contrario, ha aumentado la desigualdad y la injusticia hasta niveles realmente escandalosos. “Para millones y millones de seres humanos el verdadero infierno es la Tierra.” Arthur Schopenhauer
Y en nuestra querida Argentina, ¿Somos derechos y humanos? En 1979, mientras aproximadamente 30.000 argentinos fueron forzados a desaparecer en manos de la sangrienta dictadura militar que entonces gobernaba y ante la visita a la Argentina de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA, el ministro del Interior general Albano Harguindeguy, ordenó comprar y difundir 250.000 calcomanías autoadhesivas, con el lema: "Los argentinos somos derechos y humanos"
"Proceso de Reorganización Nacional" (1976-1983)
Declaración Universal de Derechos Humanos: Art. 1.- Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. [...].
Art. 2.- a) Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. b) Además no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona.
Art. 7.- Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley y contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
¿Quienes son los humanos derechos?, ¿quienes los humanos torcidos?
¿Nosotros ? ¿Ellos? ¿Los Otros?
¿Quienes somos nosotros? ¿Quienes son ellos? ¿Quienes son los otros?
¿Premiamos a los derechos?
¿Castigamos a los torcidos?
¿Que hacemos?
Al fin y al cabo, tú crees realmente que:
¿LOS DERECHOS HUMANOS, DEBEN SER SOLO PARA LOS HUMANOS DERECHOS?
¡Yo no estoy de acuerdo! ¿Y tú?
|
|
|
|
|
|