Es increíble como el hecho de envejecer no me trae una vida rutinaria ,sino por el contrario, cada día me sorprende con verdades desconocidas o conocimientos que sacuden mi modorra intelectual y emocional, uno de estos casos es el que me ocurriera recientemente con Fritz.
Federico Seewald era uno más de los compañeros de colegio en el Cangallo Schule de aquella lejana década del sesenta, pertenecía al círculo áulico de “los arios”, al cual obviamente yo, un advenedizo, no tenía acceso.
Ni mi tipo físico tan morocho, ni mi nombre tan hebraico, ni mi religión me acercaban a ellos. Para colmo estaba en tercer grado y no había estudiado alemán como todos los demás, por otra parte, el círculo de Federico se manejaba sólo en esa lengua y entre ellos hacían bromas que yo no comprendía.
Reconozco que alguna vez, me reí con ellos aún sin entender, tratando de dar a entender que era un compañero, era mi inseguridad lo que me llevaba a eso, igual ,creo que ni se percataban de mi presencia.
Las clases de “ferken ball” eran un suplicio, yo no entendía el juego y no agarraba una, lo que movía a risa a ese grupo de arios que ni me miraban excepto para reírse de mis torpezas.
Afortunadamente, mis padres me enviaban a la escuela hebrea, ahí yo era bien aceptado, por tanto, sufría en el colegio alemán esperando llegara la hora del otro colegio.
Al avanzar el ciclo, me fui afirmando, ya no era mal alumno y mis condiciones físicas mejoraron, de todos modos, el círculo ario me estaba vedado, pero hice otras amistades al margen de ellos.
Haber incorporado conocimientos de la historia judía reciente, me hizo pensar que todos los germanos eran nazis que odiaban a los judíos como yo, con el tiempo, algunos conceptos he ido cambiando, pero figuras como Federico y los suyos, siempre avalaron mis idas de entonces al respecto.
Con el tiempo, cobré bastante agresividad y ya miraba al grupo selecto con cierto desdén, no se si real o ficticio pues sabría nunca me considerarían como ellos y no debía importarme, ellos nunca serían como yo.
Al terminar l colegio primario, vinieron despedidas de todo tipo, las sentidas y las formales, con Federico y los suyos, fue meramente formal, para ese entonces, yo era un férreo defensor de toda la causa judía y me importaba poco todo lo demás.
Pasaron años, llegué a la facultad y ante mi sorpresa, me encontré en un curso con el mentado Federico, también rodeado de un grupito de arios que lo llamaban Fritz y que remedaba el que lo rodeara en el colegio primario de otrora.
Nuevamente saludos formales y placer especial de mi parte al exponer frente a la pizarra ante mis compañeros , especialmente frente a Fritz, que alguna vez se hubiera reído de mis dificultades escolares tiempo atrás .
Encuentros ocasionales y luego de cinco años, nos encontramos en la entrega de diplomas, habrá sido buen alumno pues tardó tiempo normal en cursar y rendir al igual que yo.
Nos saludamos y deseamos suerte en la vida profesional que nos aguardaba.
Supe de su rápido ascenso en una compañía líder en agroquímicos, vivía en Alemania y en EEUU con periódicos viajes a la Argentina representando a dicha compañía, ya como gerente general del rubro agroquímicos.
No volví a saber de el, ni falta que me hizo, es más, lo tenía completamente olvidado.
Pero la vida y sus vueltas nos deparan sorpresas, a fe mía que la que llegó de la mano de Fritz, me descolocó totalmente.
Había yo puesto mi nombre en una de estas redes electrónicas que conectan personas a través del mundo, recibí algunos mensajes agradables , pero cuando leí que Federico Seewald había escrito para mí, volvieron a aparecer hechos y situaciones lejanas en mi memoria, para colmo me escribía con una calidez cual si fuera mi hermano perdido y a toda costa quería reunirse conmigo cuando llegara a la Argentina.
Le contesté que no tenía inconveniente en reunirme con el y ahí terminó el contacto.
Ya mis conceptos sobre los germanos han cambiado, ahora los divido entre los que son nazis y los que no lo son tanto con las debidas excepciones que siempre hay ., por si acaso, en mi intercambio electrónico con Fritz, le hice saber de distintos modos sobre mi vuelco a una vida judía, sionista y apegado a la historia de mi pueblo, lo cual acicateó su interés, a tal punto que pensé “este no se querrá convertir al judaísmo?” , la sola idea, por lo ridícula , me hizo reír.
Encuentro en el salón de la sociedad Alemana, mi condiscípulo con seis décadas a cuestas, igual que yo, evidenciaba su origen genético, yo también el mío.
Después de los aludos de rigor, vino el relato que me sorprendió mucho más allá de lo esperado jamás.
Según contó, desde hacía mucho tiempo tenía problemas de insomnio, agitación, sofocones, accesos de pánico, miedos varios, claustrofobia etc, los médicos le aconsejaron terapia y ahí, según su relato, aparecieron las sorpresas.
Fue o es aún, paciente del célebre terapeuta Brian Weiss quien lo sometiera a tratamiento hipnótico y durante ese trance en las sesiones, Fritz hablaba como una chica judía que durante la segunda guerra mundial fuera condenada a campos de concentración y posterior gaseado en las cámaras de gas.
Según la interpretación de terapeuta y paciente, esa niña reencarnó en Fritz y en cada sesión trasmitía sus sufrimientos al inconsciente de mi ex compañero.
Todo muy extraño, pero Fritz sentía que con sus conductas hacia los que fueron víctimas, mejoraba su condición, de ahí su trato jovial hacia mi.
Todo muy extraño, si no fuera porque me mostró un journal publicado en prestigiosa universidad que avalaba lo que me estaba narrando.
Según el estaba perdiendo los síntomas que lo atormentaban tanto y sentía que debía repara de algún modo lo hecho a esa niña de la cual el cree ser la reencarnación.
Aclaro que para las fuentes toraíticas no hay mundo después de la muerte física. En la época de la invasión romana, muchos judíos morían por su fe y entonces los rabanim de ese tiempo ,comenzaron a explicar que había un mundo por venir, a fin de que los que eran asesinados por sostener su fe, afrontaran la muerte con otra perspectiva, de ahí se originó el desarrollo de toda la temática.
Pero con respecto a reencarnación, no recuerdo conste en nuestra religión, lo cual no dice nada, pues figura en otras creencias, pero no en el judaísmo raigal ni en las escuelas más modernas , al menos las que yo conozco.
Según Fritz, bajo hipnosis, el habla con la voz de la niña, en polaco y no en alemán y su psiquiatra, no tiene duda alguna que es un fenómeno de reencarnación y según interpreta, el padre de Fritz fue guardia de un campo con la conducta que todos ellos tuvieron para con los prisioneros judíos.
El tema del padre ,lo confirmó Fritz antes que su madre falleciera y efectivamente esa habría sido su función en la guerra, antes de escapar hacia la Argentina, con lo cual, la hipótesis del psiquiatra tenía algún asidero y Fritz aceptó los hechos.
De tal modo, que mi ex compañero tan alemán, ahora quería lavar culpas con los judíos porque siente que es la reencarnación de una víctima de su padre o algo así, a mi todo esto me resulta difícil de aceptar, pero estos son los hechos.
En la exégesis bíblica, cuando hay un pasaje difícil se comenta”El entendido entenderá”, a mi esto me supera, pero quería darlo a conocer justamente por lo insólito.
Ahora me encuentro como frente al acertijo de Sansón “del devorador saldrá dulzura?”, debo aceptar al menos que este Fritz, por las circunstancias que fueran, se ha transformado en un defensor de Israel y de los judíos en general.
Los motivos que lo llevaron a cambiar, los he expuesto y cada uno hará la evaluación que considere, yo, aunque me consideren un hereje, sólo me limité a referir su relato.
Comprenden ahora porque dije que la vida me depara sorpresas cada día?
Vaya uno a saber como mueve las fichas el creador para que nosotros, sus criaturas podamos encontrar el camino que nos corresponde?, cada uno hará el suyo llevado por el viento del destino y sus propias capacidades.
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