Todavía tengo en mis retinas el terremoto ocurrido en Haití, un desastre natural. Todavía me siento sumido en el estupor, en el dolor y en el enojo.
Estupor pues mi mente no logra concebir fácilmente la tenebrosa realidad de la desaparición espontánea de más de cien mil seres humanos indefensos, desprevenidos e inocentes que encontraron la muerte debajo de grises y polvorientos escombros.
Estupor porque según la Cruz Roja Haitiana, mas de cien mil personas han fallecido y otros tres millones han resultado heridas o se han quedado sin casa.
Dolor porque cuando se le amputa una parte integrante de este gran cuerpo que es nuestra confusa y sufrida humanidad, duele y mucho.
Dolor porque la ciudad de Puerto Príncipe esta llena de cuerpos sin vida sobre las calles y veredas o enterradas bajos los escombros donde todavía se encuentran atrapadas muchas más personas vivas.
Dolor porque cientos de miles de haitianos vagan a través del olor a putrefacción por las calles de Puerto Príncipe en busca de atención medica, medicamentos, comida y agua.
Enojo pues esta gran tragedia le ocurrió a uno de los pueblos más pobres, mas marginados, mas desheredados, más analfabetos y mas abandonados a su suerte en el planeta Tierra.
Enojo porque llegaron mucho más rápido los periodistas y los medios informativos con sus cámaras y filmadoras que los medicamentos y que los equipos de rescate y ayuda.
Enojo porque las fotografías de los cadáveres acumulándose en las fosas comunes de los cementerios y entre las ruinas de los edificios decoran y le dan vida a las antes alicaídas primeras planas de los medios de periodísticos internacionales.
En Haití ha ocurrido una catastrote natural pero al sufriente pueblo de Haití le ha alcanzado una terrible tragedia mas agregada a todas las demás injusticias en las que viven cotidianamente.
¿Y después de que pase todo esto, que?
¿Y después de que hayan enterrado a sus muertos y curados a sus heridos, que se hayan retirado los periodistas por falta de jugosas noticias que seguirá ocurriendo con los haitianos?
¿Intervendrán las grandes potencias económicas occidentales, los países petroleros y el jet set internacional para ayudarles a cambiar la miserable vida a los haitianos?
¿Alguien como la OEA, la ONU, el ALCA o los bolivarianos concurrirán a darles aunque sea una mano a los haitianos para mejorar su espantosa calidad de vida?
¿Que organizaciones humanitarias y de derechos humanos podrá ayudarles a reemplazar a los dictadorzuelos que los mal gobiernan y los mantienen en la mas abyecta pobreza y analfabetismo?
¿Quien podría apiadarse de ellos?
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