Bajo ese título me encontré con una nota firmada por un tal señor Berg, publicada en el periódico “La voz judía”. En el mismo , el autor se deshace en improperios contra el judaísmo conservador y en especial contra el propulsor de dicho movimiento en la Argentina el rabino Marshall Meyer de bendita memoria. No descenderé hasta el charco de los renacuajos para responderle, no vale la pena ,pero si debo defender la memoria de quien lograra acercar a tantos jóvenes hacia un judaísmo vital, actualizado y para seres pensantes no anacrónicos. De hecho, las multitudes de adultos y niños que concurren a templos y escuelas consustanciadas con el movimiento conservador, supera en mucho a aquellos que quedaron atrapados en las redes de la ortodoxia dogmática y de rabinos más preocupados por guardar la halajáh que el espíritu de sus feligreses. No pretendo hacer comparaciones que son odiosas, pero todos somos tripulantes del mismo barco y como tal debemos considerarnos unos a otros, siendo responsables unos por los otros y tratando de aceptarnos pese a nuestras diferencias. En dicho artículo objetan la creación del Seminario Rabínico latinoamericano como “cuna del mal” , de falsos rabinos y de paso comenta que sólo concurrían al mismo alumnos universitarios con dificultades o directamente eliminados de los claustros. Aclaro que cursé cuatro años en dicho establecimiento , con profesores como M.Meyer, M:Edrei y otros de singular brillantez, al mismo tiempo terminé la carrera de ingeniería en la UBA, recibiéndome a los veintiun años en la misma, otros alumnos son actualmente profesores en áreas tas diversas como filosofía, lógica , teología etc, no es eso una referencia válida?.Me gustaría conocer por ejemplo los lauros académicos o profesionales de los hijos del señor Berg a quienes se les hubiera prohibido concurrir al Seminario por ser este “cuna del mal”. No pretendo personalizar este tema, no sería conducente a nada, aunque si creo que varias generaciones de judíos evocarán la figura del rabino Meyer cuando ya los nietos hayan olvidado al señor Berg u otros como el. No puedo evitar el enojo pues este señor hace ya veinte años que sigue atacando con ponzoña la figura del fallecido rabino, supongo yo que lo hace porque comprende que la dimensión humana del mismo es inalcanzable para el. Por otra parte , está faltando a un mandato prioritario del judaísmo ,que nos prohíbe hablar mal de quienes no están presentes para defenderse, se positivamente que de vivir el rabino Meyer no me hubiera autorizado a responderle, pero los años han pasado y ese joven estudiante que fui, dio paso a un abuelo orgulloso de su pasado y de su condición de judío. Otra de las cosas que el señor Berg ha olvidado es que la justicia se compone de una medida de Tzedek (Justicia estricta) y otra de Rajamim (misericordia, bondad), tal vez la segunda parte no formó parte de sus estudios si es que alguna vez los cursara. Deseo ser optimista respecto a la continuidad judaica, se que hay rabinos mejores o mejor orientados que otros, habrá que corregir, reorientar y educar, pero eso ocurre en todos los ordenes de la vida, el tema es no perder de vista el objetivo y en eso debemos estar unidos todos, pues sino, amenazamos seriamente nuestra continuidad. Estimo que usted, señor Berg, siendo como es, una persona mayor, debiera unir algo de sabiduría y tolerancia a sus convicciones, tal vez, de ese modo podrá lograr que el recuerdo que deje en esta tierra cuando no esté, sea el de un hombre que supo cambiar a tiempo. No pido que deje de lado sus convicciones, sino que se despoje de ese odio que lo autodestruye y no ayuda a los jóvenes judíos a entender que nuestra elección de seguir siendo judíos tiene un porque y un para que. Debemos ser testimonio de la presencia divina, también debemos hacer tikún OLAM (mejoramiento de la humanidad) , no es dando clases de odio como lo lograremos, sino dando espacio a todos por distintos que sean para construir una sociedad más armónica y con valores morales firmes entre sus miembros. Ya que usted se refugia en las palabras de nuestros sabios, le recuerdo que entre las discusiones de Hilel el sabio y Shamai el estricto, la voz de las alturas estaba siempre con Hilel, no debiéramos tomar ejemplo de ello?
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