Esta excelente nota de Marcos Salgado, periodista de Diariojudicial.com fue publicada el 21 de mayo de 2002. Ante tantas polémicas inútiles, sería importante debatir alrededor de este texto. Casi ocho años después del atentado, el expediente del caso AMIA sigue deparando sorpresas. DiariodelJuicio.Com ubicó una foja, la 865, que indicaría que la SIDE sabía de la entrega de la camioneta-bomba a los policías bonaerenses antes que la pesquisa judicial se encaminara hacia Carlos Telleldín. ¿Cuánto sabía la Secre-taría de Inteligencia del Es-tado sobre el atentado contra la AMIA antes de la fatídica mañana del 18 de julio de 1994? ¿Cuánto sabía la SIDE sobre Telleldín, el preso clave del caso y uno de los sindicados partícipes necesarios del atentado? Son apenas dos dudas que deberían revelarse en el juicio oral y público en curso. Son dudas que casi ocho años después del atentado siguen vigentes, y son de vieja data: se remontan a la temprana foja 114 de un expediente que ya acumuló algunas toneladas de papel. En esa foja, el Departa-mento Protección del Orden Constitucional (DPOC) de la Policía Federal le pedía al juez Galeano la intervención telefónica de decenas de líneas, entre ellas, la de Carlos Alberto Telleldín. Lo inquietante de esa foja es que aparece intercalada entre dos actuaciones del 20 de julio, pero -teóricamente- el primer dato que lleva a Telleldín es el número del motor que aparece entre los escombros de la AMIA el 25 de julio. ¿Có-mo sabía el DPOC de la existencia de Telleldín antes de la aparición del motor? Aunque para muchos es una duda todavía vigente, el Juzgado y la Fiscalía hace tiempo que brindaron una explicación: para ellos, la foja apareció intercalada entre actuaciones anteriores por error, y ratifican que se llegó a Telleldín recién después de la aparición del motor numerado, el 25 de julio al caer la tarde. En cambio los críticos de la investigación, como el sector de los familiares de las víctimas enrolados en Memoria Activa, creen que la foja 114 es la punta de un ovillo que lleva por un in-quietante laberinto: el conocimiento que la SIDE y la Policía Federal tenían de Telleldín y su entorno previo al atentado. Algunos conocedores de la causa piensan incluso que los agentes de inteligencia sabían de antemano lo que ocurrió el 10 de julio de 1994, 8 días antes de la atentado, cuando la Trafic blanca armada por Telleldín pasó, según la acusación, a manos de los policías bo-naerenses encabezados por Juan José Ribelli. Unos cuerpos más adelante, hay otra foja, la 865, que guardó durante todo este tiempo parte de la respuesta. Se trata de un pedido de la SIDE al juez Galeano firmado por Juan Carlos Anchézar, por ese tiempo subsecretario de Inteligen-cia de la Nación, para intervenir 8 líneas telefónicas "cuyos titulares o usuarios podrían guardar vinculación con la comisión de los delitos que son materia de investigación". Los ocho números figuran en la foja 114, y entre ellos está el 768-0902 de la calle República 107, en Vi-lla Ballester: la casa de Car-los Telleldín. La nota está fechada el 25 de julio de 1994, y al reverso tiene un sello que dice: "recibido en secretaría hoy, 25 de julio de 1994. siendo las 10.10 hs. Conste", y firmado por Juan Pablo Sassano, prosecretario administrativo del juzgado federal 9. El motor que condujo a Telleldín, vale la pena reiterarlo, apareció ese día 25 pero al caer la tarde, es decir, unas nueve horas después de la recepción en el juzgado del pedido de la SIDE. Además del teléfono del Telleldín, la SIDE le pidió a Galeano la intervención de dos líneas de Eduardo Te-lleldín -hermano del sindicado partícipe necesario- (la 712-1515 y la 757-4193) y otros cuatro que pertenecían a la agencia "Alejandro Au-tomotores", propiedad de A-lejandro Monjo (501-4774, 503-1086, 501-3147, 502-9960 y 501-6806). Por esa agencia, ubicada en la confluencia de los barrios porteños de Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Pueyrredón, pasó la camioneta que portaba el motor que luego se usó en la Trafic-bomba. Allí la compró Telleldín como parte de un lote de autos "siniestrados", tal como lo aseguró hace pocos días en el juicio oral. En suma, la SIDE le pidió al juez Juan José Ga-leano que intervenga teléfonos vinculados al "recorrido" de la Trafic antes que apareciera el motor clave. Un dato más que inquietante que tiene, en principio, una explicación: la SIDE tenía al menos un "dato" previo de la relación Monjo-Telleldín y la vinculación de ambos con la camioneta que se usó en el atentado. Si es así, los hombres de la casona de 25 de Mayo y Ri-vadavia siempre lo ocultaron. Pero no es lo único que la SIDE se guardó. En la misma foja 865, Anchézar le pide a Galeano que re-quiera a las empresas de telefonía fija y móvil los listados de llamadas entrantes "al 768-0902 entre los días 9 y 11 de julio y en particular el día 10 de julio entre las 9 y las 14 horas". En suma, la SIDE sabía -o al menos sospechaba- que algo importante había ocurrido el 10 de julio en torno a la casa de Carlos Te-lleldín. Y claro que fue así: ese día, y en ese lapso, el "enano" entregó la Trafic, según él, a los policías que lo extorsionaban. Tal vez la SIDE no sabía dónde terminaría la Trafic una semana después, pero está claro que conocían al menos la "operación" que se cerró en el tranquilo mediodía del 10 de julio de 1994 en una calle de Villa Ba-llester. En la causa que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadío se investiga entre otras denuncias si la SIDE estaba al tanto del accionar de "células dormidas" del fundamentalismo islámico en Buenos Aires y se sospecha que -justo antes del atentado- perdieron el rastro. A la luz de la foja 865, el planteo vuelve a cobrar fuerza. ¿La SIDE sabía de la entrega de la camioneta el día 10 porque venía siguiendo los pasos a una célula dormida y quiso blanquearlo disimuladamente en el pedido de intervenciones a Galeano? También cabe la posibilidad que los agentes vinieran escuchando clandestinamente (tal vez desde el día 10) los teléfonos de Telleldín y Monjo y quisieron formalizar la escucha antes de la aparición del motor que conduciría rápidamente al "enano". Varios agentes y jefes de la SIDE, entre ellos An-chézar, deberán declarar en el juicio, y el presidente Eduardo Duhalde los reveló de la obligación de guardar secreto. Sería una bue-na oportunidad para develar viejos y nuevos interrogantes. Lo cierto es que lo que se dijo en el 768-0902 desde que la escucha se habría hecho efectiva -el 26 de julio, según los registros de la SIDE remitidos al Tri-bunal Oral- preocupan a más de uno: los 66 casetes con grabaciones -que incluyen la negociación con Telleldín para que se entregara- desaparecieron del DPOC. Había una segunda copia en el SIDE, que también se esfumó. Fechas que no cierran En la foja siguiente, la 866, figura el oficio del juez Galeano a la dirección de Observaciones Judicia-les de la SIDE ordenando las intervenciones y el detalle de llamadas al teléfono de Telleldín. Ese pedido estaba originalmente fechado el 25 de julio, y como puede verse en el facsímil que publica DiariodelJuicio.com se en-mendó más tarde, por un incidente de nulidad promovido en octubre de 1998 por el entonces abogado de Juan José Ribelli, Jorge Fiscalini. Así, la orden pasó a fecha 26. Sin embargo, llama la atención que nada se diga sobre la foja anterior, que, como señalamos, se confeccionó el 25 y se recibió el mismo día a las 10.10. Aun suponiendo que -aunque no está enmendado- se hubiera producido el extraño caso de que dos personas cometan en lugares y momentos diferentes (en el juzgado y en la SIDE) el mismo error con las fechas, y que efectivamente las actuaciones sean del 26 -después de la aparición del motor- y no del 25 a las 10.10 de la mañana no se explica cómo se pide precisiones sobre las llamadas del 10 de julio, cuando -teóricamente- la primera que hace referencia a la entrega de la camioneta es Ana Boragni, la esposa de Telleldín, pero recién el día 27. Vale la pena un repaso de la secuencia. En el juicio oral se dijo hasta ahora que el motor apareció el 25 de julio, y que rápidamente se supo a qué camioneta correspondía. Fuentes judiciales confirmaron a este diario que la misma noche del 25 se abrieron las oficinas del Registro Automotor correspondiente para conocer la última transferen- cia del vehículo. Esto llevó a Monjo, y después, a Te-lleldín. Suponiendo que todo esto pasó en las primeras horas del 26 de julio y que con averiguaciones previas que marchaban más rápido que los papeles la SIDE y la Federal ya sabían de la existencia de Telleldin y suponiendo además que la foja 865 es del 26 y no del 25 de julio, aún así no hay tiempo para que la SIDE supiera de la entrega del día 10. A menos, insistimos, que la conociera de antemano. Tal vez sea Anchézar quien pueda aclarar el asunto. Por ahora, tiene una cita -aún sin fecha- en el juicio oral, y una orden del presidente Eduardo Duhalde de decir todo lo que sabe. •
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