El Likud, partido del primer ministro israelí, Ariel Sharon, fue el gran vencedor de las elecciones legislativas en Israel con 37 escaños (frente a 19 de la anterior legislatura), mientras que los Laboristas de Avodá bajaron de 25 a 19.
El anticlerical Shinui, gran sorpresa de estas elecciones, que contaba con seis representantes, obtuvo 15 diputados. La Knéset (Perlamento israelí) cuenta con 120 escaños. El partido ultra-ortodoxo Shas obtuvo 11 diputados; los ultraderechistas de la Unión Nacional, 7 diputados; y el Partido Religioso Nacional, 5.
La izquierda se ha hundido ya que los sondeos otorgan el bloque pacifista Meretz 6 diputados de los 10 que tenía hasta ahora.
Con estos resultados, Sharón tiene capacidad de maniobra para aliarse con los partidos de ultraderecha, con los ultra-ortodoxos, con la tercera fuerza Shinui o con los laboristas.
Sharon ha descartado formar un gobierno de coalición sólo con la extrema derecha y ha invitado a todos los partidos a formar un gobierno de unidad nacional "ante la grave crisis económica que atraviesa Israel y ante la amenaza iraquí".
El líder del Partido Laborista, Amram Mitzna, ya ha excluido de forma categórica la posibilidad de que su partido participe en un gobierno de unidad nacional presidido por Ariel Sharon.
El índice de participación en las elecciones ha sido el más bajo de la historia política del país, al cansancio de los israelíes de la corrupción y la apatía por la situación de crisis.
La población israelí sigue la política con gran entusiasmo y los niveles de participación en las elecciones han superado en el pasado el 80%. Estuvieron convocados 4.720,074 israelíes en los decimosextos comicios parlamentarios de la historia del Estado de Israel.
Fuente: Servicio de prensa.
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