Una potente bomba, posiblemente detonada por un atacante suicida, dejó al menos 21 muertos y unos 80 heridos al estallar frente a una iglesia cristiana al final de la misa de Año Nuevo, en un ataque que despertó sospechas de que al-Qaida esté involucrada.
El Ministerio del Interior dijo que la bomba fue detonada por un atacante suicida y que el ataque probablemente involucró a "elementos extranjeros". Unos seis automóviles quedaron severamente dañados afuera de la iglesia, pero no había indicio de un cráter como los que usualmente dejan los coches bomba poderosos.
El gobernador de Alejandría Adel Labib inmediatamente responsabilizó a al-Qaida, mencionando las recientes amenazas de la red terrorista de atacar a cristianos en Egipto. Se registraron enfrentamientos entre la policía y jóvenes cristianos. Efectivos antidisturbios dispararon balas de goma y gases lacrimógenos a los jóvenes, que les lanzaban piedras en las calles afuera de la iglesia y de un hospital cercano.
Si al-Qaida tuvo un papel directo en la explosión, tendría consecuencias dramáticas pues el gobierno egipcio ha sostenido por mucho tiempo que la red no tiene una presencia importante en el país. El grupo iraquí ha lanzado hace meses una campaña violenta contra los cristianos en ese país. Aunque el gobierno del presidente Hosni Mubarak niega que al-Qaida opere en su país, hay un movimiento creciente de extremistas islámicos que, aun cuando no patrocinan la violencia, apoyan una ideología en otros aspectos similar a la de al-Qaida.
"Lo último que escuché fue una poderosa explosión y me quedé sordo", dijo Marco Boutros, un sobreviviente de 17 años, desde la cama de un hospital. "Todo lo que veía eran trozos humanos esparcidos por todo el lugar, piernas y un poco de tejido". Un funcionario del ministerio de Salud, Osama Abdel-Moneim, dijo que hasta el momento había 21 muertos y 79 heridos. No se supo de inmediato si todas las víctimas eran cristianas. Fue el peor ataque contra cristianos en Egipto desde que 20 personas, en su mayoría cristianas, murieron en choques sectarios en un poblado del sur en 1999. Mubarak se comprometió a encontrar a los responsables del ataque: "Cortaremos las manos de los terroristas y aquellos que planean ataques contra la seguridad de Egipto", dijo.
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