El máximo líder del grupo chií Hezbollah, Hasan Nasrallah (foto), amenazó veladamente con una crisis a los libaneses y los convocó a actuar antes de que el tribunal que juzgará el caso del asesinato en febrero del 2005 del ex primer ministro libanés Rafic Hariri emita una acusación contra altos miembros de su grupo.
"Existe el peligro de perder la iniciativa si se actúa después de la publicación del acta de acusación y será demasiado tarde", advirtió Nasrallah en una videoconferencia trasmitida por la televisión libanesa. El Tribunal Especial para el Líbano, que se espera que publique el acta de acusación antes de finales de este año, podría implicar a miembros de Hezbollah, algo rechazado por el propio Nasrallah que ha amenazado con "cortar la mano" de quienes intenten detener a integrantes de su organización.
"Antes de la salida del acta (de acusación) aún podemos proteger al país", agregó el clérigo chií, que aseguró que hay quienes ven en ese documento "la posibilidad de terminar con la Resistencia", un eufemismo que emplean los militantes del grupo terrorista Hezbollah para referirse a su organización. En ese sentido, Nasrallah consideró que "todavía existe la esperanza de encontrar una solución", ya que, según él, el gobierno y el pueblo libanés tienen capacidad para ello. Y destacó que los únicos esfuerzos serios para encontrar una solución a la crisis libanesa son los de Arabia Saudita y Siria.
Por otro lado, denunció que el tribunal internacional ha modificado su normativa "para conseguir un fallo político" y se quejó de que la acusación se base en datos obtenidos de teléfonos móviles.
Reiterando la típica retórica obsesiva de su organización pro-iraní, Nasrallah volvió a encontrar un chivo expiatorio en Israel. Esta vez, el líder sectario dijo, demostrando su infinita creatividad, que el Estado judío manipula las tarjetas de todos los móviles y luego acusa a las personas que quiere.
"Esto no ha sido nuevo para nosotros –señaló prodigiosamente Nasrallah-. Todas las llamadas están controladas y nadie está protegido contra el espionaje israelí".
Ni siquiera la retirada unilateral israelí de la parte libanesa de la aldea fronteriza de Ghayar, lo satisface ya que la calificó de "juego mediático".
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