Con curiosidad leímos en el periódico Perfil un breve artículo con la firma de Adolfo Pérez Esquivel titulado "Israel es un país opresor".
Escrito a horas de la llegada de Shimon Peres no deja de ser una bienvenida la practicada por este personaje que suele sacarse fotos con la imagen de Ernesto Guevara detrás para demostrar, suponemos, su pertenencia ideológica a las huestes del guerrillero heroico, como le llaman al Che en Cuba, heroísmo que no son pocos los historiadores que discuten muy seria y documentadamente pero que no viene a cuento en este momento.
Pérez Esquivel comienza recordando que tanto él como Shimon Peres son Premios Nobel de la Paz.
Es decir que en algo se parecen. O algo los unifica, podríamos decir.
Inmediatamente separa a Peres de la "desastrosa política de Israel con el pueblo palestino! en una pirueta que confesamos difícil de entender por nuestra parte.
Dedica entonces los siguientes párrafos al "terrible atentado contra el pueblo palestino" de parte de Israel y señala las contradicciones entre Peres y el gobierno israelí.
Hasta acá, una ensalidita más o menos picante, impropia de seres pensantes y bastante vana: separar al hombre de su función para dejarlo a salvo de ella.
Habla luego de los atentados en Buenos Aires contra la AMIA y la embajada israelí y los menciona como "hechos de terrorismo aberrante (¿hay otro?), total y absolutos", dice (sic).
"Es imprescindible investigar y buscar a los responsables para reparar el daño a la comunidad judía" (Y ya que estamos, por qué no a la comunidad argentina, ¿no, Don Pérez Esquivel?)
No vamos a extendernos en todo el artículo, que aunque breve, como decimos es bastante jugoso por lo insólito.
Quien lo desee puede verlo en Internet sin problemas (por ahora).
Hay un párrafo intrigante que sería bueno que fuera investigado y demostrado, porque dicho así parece bastante inadecuado:
" Israel no interviene sólo (así, con tilde) en esta masacre (se refiere al pueblo palestino) sino que también lo hace en América Latina.
Es una intervención militar y estratégica que se vio de manifiesto en el ataque que efectuó Colombia a Ecuador (nuevamente, sic) al apoyar Israel y los EEUU al gobierno de Alvaro Uribe".
Para Pérez Esquivel, en otras palabras, la lucha del gobierno de Uribe contra el narcoterrorismo es en realidad un ataque contra Ecuador apoyado por EEUU e Israel. No nos digan que no es para un cuadro.
Por lo tanto: Israel es un país masacrador, agresor y que interviene en asuntos de Estado incluso en América Latina. Apoya a los EEUU, cuya finalidad es más o menos la misma.
Y ambos, en conjunto, pretenden suponemos imponer sus criterios por la razón o por la fuerza, como reza la penosa máxima chilena.
Israel es también un país opresor, según la visión de Pérez Esquivel.
Opresor contra el pueblo palestino.
Las organizaciones terroristas que operan en esos territorios a lo sumo son infantiles intentos de encajar un misil aquí y otro más allá. Ni Hamas, ni Hezbollah, ni Alcaeda aparecen en el artículo que comentamos.
Ni el eterno terrorismo del fallecido Yaser Arafat, ni los ataques sufridos por Israel se parte de Siria o de Egipto en su momento, ni las amenazas del miserable régimen iraní (para la justicia argentina involucrado directamente en el atentado a la AMIA) ni ninguna otra cuestión sirve para por lo menos intentar colocar una pequeña pesa en el otro fiel de la balanza.
No. Israel es malo porque quiere ser malo.
Y ya.
Hay datillos que no pueden ignorarse: Pérez Esquivel habla de "la comunicad israelí en la Argentina".
Dice que es muy fuerte y numerosa.
Que sepamos salvo el embajador y unos cuantos más acá no hay israelíes sino judíos.
¿Es posible que este hombre siga confundiendo una cosa con la otra a esta altura del partido?
Así es como luego los otrora jóvenes idealistas atacan a los palazos a jóvenes y ancianos que celebran el aniversario de la creación del Estado de Israel, o escrachan a empresarios argentinos por ser judíos.
Unos parrafitos finales porque realmente uno intenta conservar la calma cuando lee pero se hace difícil.
El autor dice también que hay que poner fin a los "muros de la intolerancia y la violencia" como el que divide a Israel de Palestina.
Estamos de acuerdo, sí señor.
Pero recordamos que nuestro ilustre Nobel firmó, junto a don Ernesto Sábato, al recordado fiscal Ricardo Molinas y a unas cuantas personalidades más, una solicitada de homenaje a los 40 años de existencia de la República Democrática Alemana, la de Honeker, la comunista.
Este país inventado luego de la finalización de la segunda gran guerra, cumplió sus años por última vez el 7 de octubre de 1989, apenas un mes antes de la caida de.....epa....!del Muro!
Sí, del muro y de las alambradas de púa, de la Cortina de Hierro al decir de Churchill.
Muros y cortinas de las que no solamente no se lamentó jamás este glorioso Nobel, sino que le sirvieron de apoyo para poder homenajear a un país que apenas un mes después se hacía añicos y terminaba con 40 años de oprobio.
Cosas vederes.
Fre: Segunda opiniòn
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