Toda la Causa AMIA es trucha. Claro, hoy, casi en el 2006, no es ninguna novedad, pero, éramos unos pocos locos los que veíamos y contábamos cómo montaban esta carpa circense frente a nuestras narices. Este terrorista suicida (al que el fiscal Alberto Nisman quiso revivir hace unos días), es otra de las piezas que nos plantaron. Pero en esta obra maestra del terror que es la investigación (¿?) por el atentado a la AMIA, nada ni nadie parece quedar a salvo del ridículo, de la mentira, Veamos… BERRO SE BORRO Una nota del diario La Nación del 10 de noviembre 2005, dice “Una de las pruebas que resta realizar para determinar plenamente si Ibrahim Hussein Berro es el terrorista que se inmoló en la sede de la AMIA es un estudio de ADN. Uno de los hermanos del libanés accedió a entregar su ADN a la Justicia para compararlo primero con los restos humanos sin identificar depositados en bolsas. Supuestamente pertenecen a cuatro personas diferentes y una de ellas puede ser el conductor suicida. También se realizará un nuevo barrido sobre los restos de la Trafic para, ahora, con una mejor tecnología, determinar si queda algún resto orgánico depositado allí de que sea posible extraer ADN para su comparación, según informaron los fiscales Alberto Nisman y Marcelo Martínez Burgos. De todos modos, con la información que trajeron de los Estados Unidos, los fiscales realizaron dos medidas de prueba: un peritaje fotográfico y el reconocimiento de un testigo. La Policía Federal comparó el identikit que realizó María Nicolasa Romero, una enfermera que vio al conductor de la Trafic cerca de la AMIA y dijo que hay puntos de coincidencia con ambas fotos como, por ejemplo, la pronunciada caída de un párpado. Luego, Romero fue convocada al juzgado de Rodolfo Canicoba Corral donde se le exhibieron primero una foto de Ibrahim Hussein Berro, más joven, con otras tres de otras personas y luego la imagen donde se lo puede observar con barba y tres imágenes de otras personas. No pudo reconocer a ninguna de ellas. El juez le hizo observar el identikit y luego le mostró el juego completo de ocho fotos, entonces la mujer dijo, según consta en el acta: "Fue un instante. Es parecido, no estoy ciento por ciento segura". Para Nisman, "dado que pasaron 11 años, la respuesta es satisfactoria". Pero, en el matutino Clarín, del 11 de noviembre 2005, salió publicado que “Un día después de que los fiscales del caso AMIA dijeran que habían identificado al autor material del atentado, el hermano del sospechoso salió a desmentir la información y a plantear dudas en torno al caso. Un ingrediente sorpresivo y no tanto, para un caso acostumbrado ya a las sorpresas. Abbas Berro es hermano de Ibrahim Berro, el libanés a quien los fiscales le adjudican haber hecho detonar el cochebomba que destruyó la AMIA el 18 de julio de 1994. Abbas habló con Radio Continental desde su casa de Michigan, Estados Unidos, y aseguró que Ibrahim no cometió el atentado. "Mi hermano murió en el Líbano y no en la AMIA. Estamos cien por cien seguros de que no cometió ese crimen", dijo.
AVILA ES UJN AGUILA En una nota de Marcos Doño, publicada en este periódico en febrero 2003, (se puede leer completa en www.lavozylaopinion.com.ar/números anteriores) con el titulo: Caso AMIA- Acto Fallido. Crónica de una noche anunciada, el autor detectó lúcidamente la irresponsabilidad profesional (por llamarla de alguna manera) del abogado de la AMIA, quien aun hoy continua en su cargo. Escribió Doño, “En la noche del miércoles 27 de noviembre de 2002, se presentó en la sede del movimiento político liberal Avodá el equipo que conforma la querella de la AMIA en el juicio por el atentado contra la mutual judía. El objetivo de la reunión fue explicar a un público más que reducido, la marcha del juicio oral y el decurso de las "investigaciones" llevadas a cabo en la instrucción del cuestionado juez Juan José Galeano. En la mesa de oradores estuvieron el titular contratado por la AMIA, el doctor Juan José Ávila, un abogado de nombre Miguel Bronfman, quien colabora en el equipo, y otro abogado recientemente integrado, el Dr. Sergio Borisónick, quien esa noche actuó, además, como moderador. Es interesante destacar la presencia en esa mesa del anterior abogado de la querella, el doctor Luis Dobniewski, quien se había apartado de la misma en el 2000, cuando fue involucrado en una investigación sobre la viuda del conocido traficante de drogas Pablo Escobar Gaviria, quien fuera jefe del cartel de Medellín. Lo cierto es que nadie sabía a ciencia cierta a qué se debía su presencia: si al hecho de que está cumpliendo alguna función orgánica para la AMIA, aún no difundida por las autoridades de la entidad. O porque es un asesor ad "honorem", que de ahora en más ayudará a solidificar con su trayectoria dilatada la posición que sostiene la querella, sobre todo respecto de la instrucción de Galeano.” (…) Todo no era más que una cháchara académica, (continúa Doño) pero finalmente agradecí, porque me permitió ser testigo de una respuesta insólita del impertérrito doctor Ávila, ante el requerimiento de uno de los presentes, quien en un castellano muy claro, preguntó con inocencia: ¿Podría explicarme, doctor Ávila, si se pudo saber a través del análisis genético la identidad del conductor suicida de la Traffic? Ávila, que comenzó su respuesta disculpándose por su falta de conocimientos sobre el tema biológico, aseguró poder transmitir a los presentes, en un esfuerzo gestual que pretendía mostrar ostensiblemente cuánto respeto le merecía ese público, la respuesta aprendida de la experta en genética. Y esa respuesta fue que con los restos del material genético encontrado después del atentado, había sido imposible determinar la filiación del terrorista. Y allí terminó la cuestión. Sin embargo, justo antes de retirarme del recinto, me asaltó una duda metódica, alimentada por el sentido común: ¿No era que se tenía el nombre y la procedencia geográfica del conductor de la camioneta, según había informado con bombos y platillos a la prensa nacional el equipo de abogados de AMIA-DAIA? Y si así era: ¿Por qué entonces Ávila, con esa lucidez que lo caracteriza, no aclaró en ese momento al público lo secundario de esa investigación genética, en vista de que ya contaban con los datos de filiación del suicida? FIASCO DE FISCALES Nisman no es nuevo en la causa. A través de su amistad con José Barbaccia (ex fiscal de la causa AMIA junto a Eamon Mullen, logró su traslado desde la fiscalía del Tribunal Oral de San Martín a la de su amigo, en la que integró un equipo destinado a preparar los alegatos del juicio oral, casi tres años antes de que éste diera comienzo. O sea: Nisman vio durante tres años las irregularidades de Galeano, y nunca dijo nada... La cuestión es que el malo del destituido Galeano fue sustituido por los "peores" Nismam y Burgos y el todavía "peor" Canicoba y como no podía ser de otra manera los resultados son los que están a la vista, que han quedado dramáticamente patentizados, con el affaire del "descubrimiento del conductor suicida (que no sabía manejar) del coche-bomba (que no existió) del atentado a la AMIA", "identificado" por una testigo mentirosa. LA PINOCHA María Nicolasa Romero, enfermera del Churruca (casualmente el hospital de la Policía Federal) declaró: que caminaba por la vereda de la AMIA hacia Corrientes junto a su hermana Adelina y su pequeño hijo, cuando "al ir a cruzar Tucumán", una camioneta que venía por esta y dobló por Pasteur "casi las atropella", lo que hizo "que mirara al conductor atentamente y lo siguiera con la mirada mientras giraba" para insultarlo. Luego de que cruzaran Tucumán, hubo una gran explosión que las arrojó al suelo y que su hermana atribuyó a "un aire acondicionado", pero así y todo prosiguieron su camino. Más tarde cuando se enteró que había volado la AMIA y "escuchó" que se había usado una camioneta Trafic para hacerlo, pensó que podía haber sido la que había tenido el "incidente" con ellas, y se lo comentó a una compañera de trabajo cuyo esposo era Bombero de la Federal, la cual le recomendó que fuera a declararlo al juzgado de Galeano. Según varios investigadores de la Causa, es especialmente clave, que en el momento de la explosión un colectivo de la línea 75 que circulaba por Tucumán fue sorprendido por la explosión cruzando Pasteur. Veamos las partes inconsistentes de la declaración textual, según los investigadores serios: a) El alegado "casi atropellamiento" no puede haber existido. Si alguien se desplaza por la vereda y va a cruzar una calle en la ciudad de Buenos Aires, no se baja a la calzada a esperar que pase un vehículo, sino que mira antes de bajar y si viene alguno, espera sobre la vereda a que pase. Con más razón lo harán así 2 mujeres adultas con un niño de la mano. Además, No había semáforo en Pasteur y Tucumán. Pero menos riesgo de atropellamiento puede haber en esas circunstancias todavía porque la presunta Trafic "habría doblado en esa esquina", y para hacerlo habría tenido que necesariamente alejarse del cordón de la vereda, sino las ruedas traseras lo hubieran "tocado". Aunque como el "conductor suicida" de Nisman y Burgos no sabía manejar (según se lo dijo "su" hermano en USA al corresponsal de La Nación (http://www.lanacion.com.ar/755360), por ahí pudo haber cometido ese error. b) La supuesta identificación del "conductor" es también imposible como contó Nicolasa: Ella declaró "que como fueron obligadas a subir de nuevo a la vereda para evitar ser atropelladas siguió a la camioneta con la vista mientras doblaba para insultar al conductor y que por lo cerca que estaba lo pudo ver bien". Esto es falso, porque para que ocurriera así el volante de la camioneta debería haber estado a la derecha. c) El colectivo de la línea 75 circulando por Tucumán cruzando Pasteur al momento de la explosión es la prueba de la mentira en los dichos de Romero. Este colectivo debería haber venido a no más de 30 metros detrás de la presunta Trafic (la distancia de la esquina a la puerta de la AMIA). Y por lo tanto hubiera impedido que Nicolasa, su hermana y el niño, cruzaran la calle Tucumán, debiendo haber sido sorprendidas por la explosión en el mismo lugar del presunto "incidente" con la Trafic. Pero se comprobó que la explosión las sorprendió cuando ya habían transpuesto Tucumán, avanzando varios metros por Pasteur. Aún si no hubiera existido el colectivo 75 es imposible que Nicolasa, su hermana y el niño de la mano de ambas, luego de haber sido "casi atropelladas", recorrieron a pie la misma distancia que la Trafic a toda marcha, ya que debía subirse a la vereda e incrustarse en el edificio, Ni Nicolasa, ni su hermana "vieron" al colectivo 75, y esta última declaró "no recordar haberse cruzado con ningún vehículo en la esquina de Tucumán”, ni el chofer de éste, ni ninguno de sus pasajeros, vieron a la Trafic, ni a las mujeres. Por el contrario el chofer declaró "que recordaba bien que ningún vehículo iba adelante del suyo antes de la explosión". En fin, como vemos, el coche bomba no existió, el suicida murió en otro lado, la investigación fue trucha y la única testigo, mintió. Ojalá el atentado también hubiera sido mentira, pero pasó!
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