Frente a una obra de quien es considerado "el máximo referente vivo del arte político argentino" tuve que preguntarme si a alguien de avanzada edad y trayectoria, le hace falta buscar recursos de marketing para tener trascendencia pública. Si yo hubiera estado en su lugar, hubiera puesto en la sartén, platos muchos más ricos, tanto en mensaje como en colorido. Daré algunos ejemplos de lo que seria mi muestra: Creadores del SIDA a la Provenzal, Políticos a la Putanesca, Violadores con salsa tártara, Pervertidos a la milanesa, Secuestradores en guiso, Corruptos con salsa de calamares, Idiotas al escalope... Hay tantos platos del día que... ¿Para qué hacer un papelón? Señor Ferrari: Si Santo Tomás o San Agustín volvieran a la tierra, el que estaría frito (literalmente hablando) sería Usted... La Teología NO SE RAZONA, ni se interpreta tras una lectura tendenciosa. Su correcta comprensión, demanda no sólo años de estudio, sino principalmente la aptitud de comprenderla dentro de un contexto general. Lo que expresa su obra, es un grave error de comprensión. Desde ese error, hoy todos los replicantes de Opinólogos, discuten sin fundamento si el Infierno existe o no, si es justo o injusto, si hay un balcón en el cielo... No creo que sus motivos sean tan intrascendentes, seguramente tiene otra intención, la pregunta es ¿Cuál es su verdadera intención? Habiendo temas tan urgentes, tan actuales y siendo su rol el de crítico político... ¿cree serio ocuparse de Galileo? Para su conocimiento, la "Civilización occidental y cristiana" es hoy el único freno a todos los "Platos del Día". Fíjese que lo que realmente hay que combatir en este momento, NO ES una propuesta de la Iglesia, por ejemplo: pornografía, alcohol, drogas, corrupción, pobreza, enriquecimiento ilícito, violencia, desamparo, hambre, secuestros, manipulación genética, lavado de dinero, homicidios, mutilaciones ... NO SON PRODUCTOS DE LA IGLESIA, sino de personas que, como usted, por alguna razón propugnan una juventud sin cauce ni futuro, sin sentido de vida, sin más aliento que crecer, drogarse y morir (y si le queda tiempo, hacer una protesta artística insustancial y mal fundamentada). Fíjese que he tomado a buen recaudo no hablar de Fe, ni de moral, ni siquiera de blasfemia. Estoy en el lugar del ciudadano común, que se supone tiene libertad política (aunque no se note) y habilidad civil para discernir y expresarse (si los Opinólogos mediáticos lo permiten). Desde ese lugar le planteo: ¿Qué tal vería una muestra con su mamá, haciendo el ridículo, mientras lo engendra a usted? O si lo prefiere... ¿qué tal una estatuilla de Ibarra, dentro de una olla, mientras cocina negociados? Acaso ambas propuestas ¿no son parte de la realidad del país? La Iglesia no participó ni participa en ninguna guerrilla. Los errores políticos que pudo cometer, es solo en su carácter institucional y humano ¿Qué tiene que ver la figura de Cristo? ¿Por qué involucrar la santidad? ¿Qué gana Usted burlando lo esencial? Es como juzgar la Argentina, por sus gobernantes o sus artistas. Si así evaluáramos nuestra Patria, ya no quedaría ningún argentino soportando estupideces. Usted y sus adeptos: ¿Tienen en su historia un Cotolengo? ¿Hay entre ustedes alguien que recoja de la calle enfermos terminales? ¿Sostiene usted un orfanato? ¿Cuáles son sus obras de aporte real? ¿A cuantas personas da de comer con el producto de su obra? O es usted de los que sólo regalan zapatillas para conseguir un voto, o inventan muestras polémicas justo en el mes de la cristiandad, para distraer de los problemas urgentes, y preparar el terreno para otra forma de totalitarismo. Frente a la terrible realidad que nos toca ¿Se considera Usted más útil a la sociedad y al hombre que la Iglesia? La respuesta es obvia: Póngase usted dentro de la sartén, pero con sobretodo: el Infierno es helado... ¡Muy helado! La quemazón, las llamas, son sólo de la CONCIENCIA FRENTE A LA PROPIA CONCIENCIA, y ante ese drama, aunque sea su propio hermano, nadie puede intervenir. Su seguro servidor,
El Observador Imparcial
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