Hay un tiempo para todo...¿Para Todo?
Dice el Antiguo Tes-tamento: "Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo: su tiempo el nacer y su tiempo el morir; su tiempo el dolor y su tiempo el sanar; su tiempo el llorar y su tiempo el reír; su tiempo el callar y su tiempo el hablar..."
Pero nadie aún, ni los sabios, ni la Biblia, ni los eruditos, nos enseñan cual es el tiempo para conocer la verdad, toda la verdad; el tiempo de la justicia, el tiempo de la investigación profunda, el tiempo de descubrir los encubrimientos.
¿Cuál es entonces el tiempo de la verdad, será que la verdad no existe? Nosotros sabemos que la verdad existe, la Verdad Verdadera existe, quizás el tiempo de la verdad se aúne con el tiempo del fin de la impunidad, del fin de la corrupción, del fin del encubrimiento? ¿Será que deberemos esperar 20, 30 o 50 años para que se mueran los autores y/o encubridores como pasó en el Holocausto, en el Proceso...?
El único tiempo cierto es el que nos marca que hoy hace 100 meses que todavía no podemos tener la medida exacta de todo el horror, de todo el espanto contenido en esta masacre terrorista que ocurrió a nuestras espaldas, en este mismo lugar. La mayoría de nosotros no puede captar la monstruosa crueldad de la locura cuando decide suplantar al Creador y determina destruir al Ser humano.
Por eso, hoy con más de 100 meses a cuestas desde aquel fatídico 18 de julio de 1994 seguimos sintiendo que 85 víctimas inocentes extienden sus manos hacia nosotros, suplicándonos que no dejemos de luchar por ellos; nos susurran que quieren saber la Verdad Verdadera del hecho por el cual la humanidad los tomó como blanco o rehenes.
Sabemos que la voladura de la AMIA formaba parte de una muerte compleja y orquestada, que el encubrimiento de altos personajes creó un panorama de total impunidad, que se ocultan y callan detrás de máscaras que constituyen su pequeño refugio y se sienten seguros. Pero ¡ojo! Porque en la puerta de todos, siempre puede haber una piedra resbaladiza... ¿En qué mundo vivimos que se mata y se engaña en nombre de Dios?
Los Familiares y Ami-gos de las Víctimas de la Masacre en la AMIA, estamos en una lucha incansable para nosotros, que no admite postergaciones, ni excusas, porque no podemos cauterizar nuestras heridas internas ni nuestras emociones hasta esclarecer el atentado, encontrar a los culpables y conseguir la tan ansiada justicia.
Por momentos nos preguntamos si el derecho a la vida, a la dignidad, a la justicia serán los pilares de la democracia y de la paz; o será una vana ilusión de aquellos que como nuestros mártires creían en el género humano.
Fuimos nosotros los Familiares de las Víctimas de ésta Masacre los primeros en escuchar las voces de los muertos. "¿Quién dijo que los muertos no tienen poderes?, pregunta Primo Levi, recordando a sus muertos, a quienes conoció vivos en los campos nazis de exterminio.
Hoy 18 de noviembre, se cumplen 100 meses. Y todos los días se cumple un día más; todos los días es el día después de aquel 18 de julio de 1994. Nuestra memoria está atormentada.
Cuando recordamos un poco, eso es lo que vemos: muertos, golpeados, mutilados, robados y hasta hoy llevamos 100 MESES SIN JUSTICIA, 100 MESES SIN CASTIGO, 100 ME-SES SIN FRENOS, NI LÍMITES A LA IMPUNIDAD.
Ese era el temor del anciano Primo Levi: "Ocu-rrió, por lo tanto puede volver a ocurrir".
Levi se suicidó. Sin embargo, gracias a él y a muchos otros, el Holocausto no fue olvidado.
Lo mismo ocurre con la masacre de la AMIA; no permitiremos que sea olvidada. No podemos esperar que una nueva generación se vaya integrando a la exigencia de que se investigue, no es posible esperar que algún día, con otro gobierno, los culpables y sus protectores sean identificados.
Queremos la verdad ya, no más promesas.
Hoy contamos 100 meses de la masacre en la AMIA, la sede institucional judía debajo de la cual quedó la sangre inocente de 85 víctimas fatales, judíos y no judíos. Apenas unos días después, comenzaron a aparecer los primeros indicios. Hoy ya están confirmados: diplomáticos iraníes organizaron y financiaron el atentado terrorista; miembros de la policía bonaerense agregaron el apoyo necesario.
El país se estremecía ante la tragedia.
El intento del salvataje ocurrió en medio del caos, las imágenes fueron nuevamente atroces. No es casualidad que tanto el atentado a la Embajada de Israel, como a la AMIA, se produjeron bajo el gobierno de Menem, del que también participaron Duhalde, Corach, Ruckauf, gobierno que fue abanderado de la corrupción y de la impunidad que aún sigue en nuestro país, que tanto entonces como ahora impera el campo fértil, las promesas y el no hacer nada. Era previsible un evento de esta naturaleza, ya que después que voló la Embajada de Israel sólo hubo simples balbuceos políticos y por eso estamos hoy acá. Y en medio del escozor y la solidaridad, ese lunes, las distancias entre Buenos Aires y Bosnia o Beirut se habían acortado.
Nadie sería igual en la Argentina desde entonces.
Con marchas y contramarcha, con encubrimientos y pistas falsas, con mentiras y destrucción de pruebas, seguimos acá denunciando y exigiendo por justicia, y por eso les decimos que hemos obtenido los siguientes compromisos:
El Ministro Cafiero se comprometió a que todos los integrantes de la Policía Bonaerense que aún deban declarar en el Tribunal Oral Criminal que incurran en falso testimonio -olvidos o faltos de memoria- serán puestos en disponibilidad y exonerados de la fuerza una vez comprobado el hecho.
Una vez más la SIDE se comprometió a través de su Secretario Miguel Angel Toma respecto de la apertura de los sumarios a los miembros implicados en la obstaculización y encubrimiento de los hechos tendientes a descubrir la trama del atentado.
También les decimos que nos hemos presentado como querellantes en el juicio penal contra el Comisario Inspector del POC Castañeda por la desaparición y/o borrado de los cassettes que se entregaban a la SIDE para su investigación.
Les informamos que la íntima amiga del enano y de la Boragni, Salinas declaró que el propio día del atentado Telleldín le dijo que la explosión había sido con la Trafic que él le entregó a la policía Bonaerense cuando nadie aún hablaba del atentado ni de la Trafic.
Y le pedimos al Dr. Galeano: que consideramos indispensable su viaje a entrevistar al testigo C para repreguntar o ampliar el interrogatorio siendo el único como Juez de Instrucción que lleva a cabo la investigación que puede hacerlo. Pero no dejemos que se transforme en una comitiva política.
Aunemos presencia en este lugar para repudiar entre todos la impunidad, que es el común denominador de todos los genocidios en la Argentina.
No seamos espectadores. Si elegimos el papel de protagonistas, tendremos futuro.
Revivamos entre todos a 85 víctimas inocentes, porque lo contrario del tiempo del olvido no es sólo el recuerdo. Lo contrario del olvido, es el tiempo de la Justicia.
18 de Noviembre. 2002
Dr. Mario Averbuch.
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