En el periódico Aurora del mes de Noviembre del corriente año, fue publicada una importante y aterrorizante encuesta sobre el antisemitismo en Europa. La misma planteaba como una de las causas, la falta de integración de los judíos a sus países pensando siempre en Israel y el getto en que viven. Otro argumento antisemita esgrimido, y que se escucha frecuentemente es: "los pobres palestinos pelean con piedras y los israelíes con tanques". Cuando en la calle le preguntás a un español sobre la ETA, o a un inglés sobre el IRA, encuentran argumentos para justificar la reacción de sus gobernantes, pero no aceptan bajo ninguna circunstancia, la reacción de Israel ante los sangrientos y desmedidos ataques a civiles israelíes justificando, otra vez, el ataque por parte de los palestinos, como "una reacción lógica" y una "represalia" ante la demolición de sus casas y destrucción de sus pueblos. Hablan de víctimas inocentes, cuando se refieren a los niños palestinos que se inmolan en pos de una causa y un ideal, pero se olvidan de los niños y jóvenes israelíes que suben a un ómnibus para dirigirse a sus escuelas y son víctimas del accionar de un delirante, que no valora su vida y acaba con ella por un puñado de dólares y la promesa de un lugar en el paraíso. En realidad existe en Europa, una organizada y estructurada campaña, financiada por los árabes residentes en los distintos países del viejo continente, a la cual, no podemos hacerle competencia, nosotros los judíos, debido a que ellos funcionan de una forma totalmente a la inversa a lo que lo hacemos nosotros, y con mucho éxito. En las importantes ciudades de Europa, existen los llamados "barrios árabes", los cuales con el tiempo, aumentan su población en forma geométrica, ya que cuando estas personas salen de sus países de origen, escapando de la pobreza y la indigencia en que viven, acrecentada por la represión mental y religiosa, y llegan a países del primer mundo en forma ilegal, son alojados por sus compatriotas o parientes, ayudados por las organizaciones que poseen y se insertan rápidamente en el terreno laboral en negocios que manejan dinero en negro, bares, sandwicherías, casas de juego clandestino, prostitución. Si sos judío, en cambio, y llegas a una de estas ciudades, la comunidad te ayuda, pero se ponen muy nerviosos y te dicen "que todos los negocios que ellos manejan son en blanco, presentan declaraciones juradas, pagan impuestos y no te pueden ayudar laboralmente, a pesar de que ellos lo desean, si no tenés la visa de permanencia y trabajo. Esta es una de las marcadas diferencias entre ellos y nosotros. Hoy en día, en algunos países del viejo mundo, existe cierto tipo de recelo por parte de algunos gobiernos; pero la opinión pública y la prensa continúan con la tesitura de "los judíos malos de Israel". En Suiza, se aprobó por votación restringir el asilo político, dado que la situación mundial no es igual a la de décadas anteriores, o a la del año pasado, donde el "asilo" se le otorgaba a verdaderos perseguidos por ideologías. Hoy en cambio, se corre el riesgo de asilar a terroristas y asesinos que en algunos países están cometiendo atentados (a instituciones judias, por ahora). La prensa cierra los ojos antes semejantes hechos, olvidándose que en la segunda guerra mundial, los judíos fueron los primeros en ser sacrificados, luego los homosexuales, los gitanos, y continuaron muchos en las listas. Pero no olvidemos que el 11 de Septiembre del 2001, fecha que marco un hito en el rumbo de historia actual, atentado donde perdieron la vida miles de ciudadanos estadounidenses, en manos de terroristas árabes, muchos de los cuales poseían ciudadanía norteamericana. Yo me pregunto: cuando los atentados se realicen en instituciones católicas, protestantes o de otros cleros, ¿qué podrán hacer estos países para defender en esos momentos a una minoría "no musulmana"?. Europa sigue en el juego de la histórica cultura antisemita, que con los años, puede volvérseles en contra. Espero ya no vivir para saber como lo resolverán.o © LA VOZ y la opinión
Gabriel Kostzer es Corresponsal de La Voz y la opinión en Ginebra, Suiza.
|
|
|
|
|
|