La mujer que trabaja para pagar el alto costo de la guardería de sus pequeños y que no dispone de mayores tiempos para disfrutar su crecimiento.
La construcción selectiva que invade indiscriminadamente espacios abiertos que poblaran pequeñas viviendas, afecta no sólo al paisaje sino también a la pareja joven que quiere su primer techo propio o el inquilino que no comprende los altos precios que debe afrontar cada renovación de contrato y que no guardan relación alguna con los costos de la vida y debe mudarse por el mismo precio hacia algo más pequeño o alejado.
El gasto social que se mal administra como cotos personales con fines de clientelismo político. Esa inmensa mayoría de hombres en blanco y negro que no tienen vergüenza ante su prole y no generan ingresos genuinos para ofrecerles una vida digna y no solo la provisión "caritativa" del Estado.
Los que ciegamente ocupan tierras y viven en status de privilegio, para que mis hijos empuñen un fusil para defenderlos ¿a cambio de qué?, ¿qué tierra vale la sangre de mis hijos? ¿para qué continuar derrochando el dinero público en aventuras?
La educación que desciende cada año los estándares mundiales, una media de alumnos a nivel secundario por aula superior a los criterios pedagógicos y el acceso a la universidad cada día más excluyente. La universidad que debería ser ese faro luminoso que nos indique la ruta al futuro.
Los obreros que producen durante jornadas extensas plusvalías que no son distribuidas.
No será hora de que esta tierra, busque otro rumbo, partiendo justamente de sus raíces, de esas que llevaron a través de siglos poder hoy construir un Estado, pero que tiene suficientes elementos para ser diferente, original, creativo.
Se convocan en Naharia todas las voces, cada una con su propia indignación, cada una con su individualidad, cada una formando una unidad en la diversidad social.
Juan Zapato
Naharia Israel
|
|
|
|
|
|