Contestación a las dudas de Raúl Vaich
La multitud impresionaba. Eran cientos de personas que iban caminando codo a codo por la avenida 9 de Julio de la capital argentina, portando inmensas pancartas. En sus cuellos relucían pañuelos árabes y en sus rostros se advertían lágrimas del dolor. El día anterior habían realizado idéntica marcha para recalar finalmente frente a la Embajada de Israel, a los efectos de manifestar a los representantes de los "genocidas sionistas", su condena por la matanza de palestinos en la Franja de Gaza. Sin embargo hoy, al llegar al cruce con la Avenida de Mayo, en vez de voltear en dirección a las oficinas diplomáticas de los pérfidos judíos, sorpresivamente siguieron de largo. Porque hoy, 11 de julio de 2006, su punto de encuentro era el Obelisco emplazado en Av. 9 de Julio y Corrientes y con un parecido, aunque algo distinto objetivo. Islámicos, "fachos" de izquierda en sus distintas variantes llamadas trotzkos, comunistas o progres y "barras bravas" contratados, hacían conocer a la sociedad argentina su repulsa por la matanza ocurrida en esa misma fecha y llevada a cabo por fundamentalistas coránicos en la Estación ferroviaria de Bombay (Mumbay), una de las ciudades más populosas de la India. Verdaderamente emotivo el cuadro, porque nada toca más el corazón de la gente que el comprobar como congéneres comprometidos y solidarios no hesitan en abandonar sus importantes ocupaciones diarias, a fin de plegarse al dolor de otro pueblo masacrado por bandas religiosas enloquecidas por el fanatismo. Lástima grande que enseguida desperté y comprobé que había sido víctima de una amarga alucinación. Para la comunidad islámica y sus seguidores a sueldo hay un sólo asesino en la comunidad de naciones y ese es el Estado Hebreo. Aún cuando los muertos en la incursión de Tzahal de fines de junio a la fecha suman 65 (más de la mitad terroristas con las manos entintadas de sangre judía y el resto víctimas propias de una guerra que su mismísimo gobierno ha planteado), una tercera parte de los que hubo en el acto terrorista de la India que ya van sumando 190 y en aumento, sin contar los decesos luctuosos de estos últimos días de judíos en el norte y sur de Israel, porque esos para los marchantes árabe-argentinos no valen nada.
Entretanto, un buen amigo, desde Israel, se pregunta y pregunta a los demás, asombrado por la falta de respuesta a la convocatoria árabe y del grupo encapuchado Quebracho, ¿dónde están sus hermanos de la comunidad judía de Argentina, que no hacen nada para contrarrestar tanta mentira en contra de Israel? Buenísima pregunta. Si hasta yo que trato, dentro de mis modestísimas posibilidades, de luchar contra esas demostraciones de flagrante odio al judío, también me la hago constantemente. Y tal como el bueno de Raúl Vaich, que de él se trata, no tengo tampoco una respuesta precisa. Si sé que una sustanciosa parte de nuestra colectividad, el establishment judío, está de permanente fiesta. Viajes, agasajos, comilonas fastuosas y otras gratificaciones de la vida son la parte más importante de su militancia y ésto viene de hace mucho tiempo. Dudo que vayan a cambiar. Y vistos tales comportamientos, tampoco la gente del llano promueve iniciativas y en muchísimos casos ignoran la ligazón del judío diaspórico con el Estado de Israel o tienen de tal conexión una idea atrofiada, siendo su actuación alguna concurrencia muy de tanto en tanto a actos, conferencias o conmemoraciones y no mucho más. ACLARACIÓN: HAY EXCEPCIONES, PERO NO HACEN MÁS QUE CONFIRMAR UNA TENDENCIA GENERAL. Por tal motivo, quienes luchamos por dar a conocer la verdadera situación de Israel, debemos hacerlo en solitario y sin contar siquiera con la más mínima ayuda. Si en estas palabras mías se nota un dejo de amargura, ésta es cierta y no hace más que trasuntar un estado de ánimo en bancarrota. Nuestro pueblo judío y su país Israel, hoy, gracias a la dejadez de su clase dirigente, se han transformado en parias del mundo. Y para revertir este concepto generalizado, haría falta una importante contraofensiva propagandística, cosa que nos es sistemáticamente negada a quienes, apenas como meros francotiradores, oficiamos de defensores del país judío. Y claro, en tales condiciones, muy poco efectiva puede ser nuestra tarea. Necesitamos apoyo, pero no lo obtenemos. Y sí lo tienen en cambio algunos medios a los que las instituciones judías amparan y financian, revistas y portales de Internet que en lugar de jugarse por nuestro vapuleado Estado, se limitan a copiar noticias y artículos, inclusive las/los aparecidos en periódicos judeófobos como Clarín y los españoles. A propósito de esto, "un viejo cuento nos ilustra sobre un adinerado caballero que a bordo de su lujoso Rolls Royce, iba recorriendo las inmensas llanuras chinas, cuando una filosa piedra le agujereó el tanque de nafta. Caminando encontró un pequeño pueblito, perdido en esa inmensidad desértica. Mecánico por supuesto que no había, pero, le hicieron saber los aldeanos, vivía allí un viejito artesano, muy hábil en hacer copias exactas de lo que fuera. Tirado por caballos los lugareños trajeron el automóvil hasta el lugar y el viejito prometió al caballero, para el día siguiente, hacerle una copia igual, igual, al tanque de nafta agujereado. A la otra mañana el hombre se apersonó en casa de su salvador, y comprobó que el anciano había cumplido con la promesa. Había hecho una copia tan exacta del elemento averiado, que inclusive tenía un agujero del mismo tamaño al del tanque original". Y exactamente así obran los medios que se ocupan de hasbará. En uno de ellos, hace muy poco, hasta publicaron una fotografía aparecida en el Diario El País de España, donde Ehud Olmert aparecía retratado junto al comandante en jefe de Tzahal, pero cuyo texto decía que eran Olmert y el ministro de defensa Amir Peretz, archiconocido por sus bigotazos. Y aunque parezca ridículo, en el medio de "hasbará" salió la misma foto y, oh sorpresa, con el mismo texto. Así, no sólo desinforman como en este caso específico, sino que copian las noticias y artículos donde a los terroristas los llaman militantes, sin molestarse en cambiar los términos erróneos u ofensivos. Mientras tanto, en mi caso particular, como tengo características confrontativas para con el enemigo, mis artículos han aparecido en el portal de las IIB (Internet Islamic Brigades), sitio éste denunciado como cara mediática del terrorismo islámico, en clara actitud de amedrentamiento. Cosa que me preocupó al punto de comentárselo a autoridades comunitarias, quienes me contestaron muy sueltos de cuerpo que: "nadie te pidió que te metieras en ésto". Tal contestación me lleva casi a entender a otros "judíos", como el caso del poeta Juan Gelman, que desde Página 12 fustiga acerbamente al Estado de Israel, a fin de salvar su cuero. Y no es él sólo, hay muchos, muchísimos judíos que están renegando de su pertenencia, unos por ideología y otros por necesidad económica o miedo, mientras que la colectividad judía que Vaich pregunta dónde está, ignora olímpicamente a quienes luchan/luchamos solos y siguen con su fiesta.
Pues mi querido Raúl, ahí tienes, para tu insatisfacción, al pueblo judeo-argentino perdido que tanto andabas buscando.
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