La pregunta sobre la presencia de Adolf Hitler en Argentina a partir de Julio de 1945, se hace más común en los últimos tiempos. Una gran ola de teorías fueron reveladas en Europa, Estados Unidos y en Argentina como consecuencia de informes americanos de esa época en los cuales agentes de ese país en el sur Argentino juntan testimonios de pobladores que relatan con detalles, diferentes vistajes de submarinos a lo largo de las costas Argentinas, desde Chascomús como punto mas norte, hasta las frías playas de Río Negro en el sur. Todo esto, a partir de junio de 1945, o sea, dos meses después de finalizar la Segunda guerra mundial.
Es sabido que llegaron dos submarinos Alemanes al puerto de Mar del Plata, y aquí se rindieron a las autoridades Argentinas. Esto fue realizado en forma programada. No de casualidad Argentina fue elegida por los alemanes como punto de rendimiento.
Argentina ofrecía a los alemanes una infraestructura perfecta, un lugar lejano a la guerra perdida en Europa. A la tripulación los esperaba una colectividad Alemana importante y basada económicamente y un gobierno peronista pro nazi - fachista.
Llegué a Argentina realizar unas notas para la TV Israelí y para un conocido periódico en hebreo sobre el tema del nazismo en mi país natal. A lo largo de los últimos 18 meses junté cientos de documentos y materiales relacionados a la organización alemana en Argentina con tres bases principales: la Capital, la provincia de Córdoba y el sur Argentino (Bariloche y Río Negro)
Si intento armar un proceso cronológico es fácil destacar la ayuda del gobierno Argentino de esos días, ya que Juan D. Perón y Evita (la cual era una agente de los alemanes en la Argentina y recibía instrucciones y sumas de dinero por intermedio de la embajada Alemana de Buenos Aires) entregaban nuevas identidades y falsos documentos a los nazis que escapaban de Europa a cambio de oro.
En mi corta estadía, pude recibir aprobación a la llegada de submarinos nazis a Argentina en forma clandestina. Los mismos no traían sólo a simples tripulantes de la fuerza naval alemana, sino que entre los 11 o 12 submarinos llegaron en ellos jerarcas nazis con sus familias, los cuales dejaron Europa y luego de una travesía de casi nueve semanas llegaron a las costas del sur Argentino.
Vi personalmente documentos de la fuerza naval argentina, la cual suspende los patrullajes de los barcos locales en las fechas que más y más testigos vieron decenas de veces submarinos cerca de las costas. Otros testigos relatan con lujo de detalles la llegada de alemanes cuando militares argentinos los esperaban en las playas del sur.
Hasta este punto, entonces, se puede entender que es fácil (y recomendable) llegar como refugiado a Argentina. También es posible hacerlo por submarino, aunque es sabido que miles de nazis llegaron en barco desde puertos Europeos. Lo que queda en el tintero es entonces saber qué pasó con Hitler. Según la versión oficial, Hitler se suicidó el primero de abril en el bunker de Berlín, y sobre este punto hay más signos de preguntas que respuestas claras y afirmativas.
Empecemos por la más fácil, ¿dónde está el cadáver? Nadie lo vio. Según la versión soviética (que con el tiempo fue la oficial), el cráneo de Hitler esta guardado en una caja fuerte en el Kremlin. Pasaron ya 60 años y nadie vio tal cráneo y nadie realizó un estudio de ADN para recibir la respuesta absoluta.
¿Por qué los rusos no hacen esa prueba y terminan con este rumor?
En los últimos días de la guerra, tanto los rusos como los americanos estaban más interesados en capturar a los científicos alemanes, expertos en cohetes balísticos, que en atrapar a Adolph Hitler. Un rumor cuenta sobre una frase de Stalin a los americanos, pocas semanas después de caer el tercer Reich-Hitler: “se nos escapo entre las manos, estoy seguro que esta vivo en Argentina”, así dijo el dictador Ruso.
El sur Argentino es el lugar óptimo para alejarse de la derrota y vivir el resto de los días en forma tranquila y segura, rodeado de camaradas y protegido por un gobierno ultra derechista-fachista.
Lo cierto es que luego de la caída de Perón, en 1955, muchos nazis se sintieron inseguros en Argentina y muchos de ellos ingresaron a Chile y Paraguay.
No existe un lugar en el mundo que se parezca más a la zona de los Alpes Suizos que los lagos de la zona de Bariloche. El mismo clima, los paisajes y hasta la población que en esos días era de origen suizo-alemán en su mayoría.
Es muy posible que Hitler haya llegado en submarino a costas Argentinas y se trasladara por tierra hasta los pies de la cordillera, según variadas informaciones que pude obtener en mi viaje. Vivió en dos estancias de alemanes en la zona de Bariloche, aunque existen testimonios que saben contar que Hitler estuvo también en Córdoba en los años ´50 y en la provincia de Mendoza en los años 60.
Por intermedio de dos investigadores Argentinos pude llegar a conocer a una testigo que sostiene en forma contundente que ella lo vio a Hitler en Córdoba en 1947. Durante mi estadía en Argentina vi dos videos de otros dos testigos, los cuales sostienen que vieron a Hitler en los años 1951 y 1953, respectivamente, en el sur Argentino. Estos dos testigos son dos personas mayores, gente modesta y simple. Yo me pregunto, ¿qué interés tiene esta gente en mentir?
Los tres testigos hablaron sobre sus encuentros casuales con Hitler, todos lo describen en forma similar y están convencidos que Hitler fue la persona que ellos vieron. Dinero no recibieron por testimoniar, sólo quieren contar lo sucedido.
En estos días se estudian otros dos testimonios de personas que, según ellas, vieron a Hitler en Argentina durante los años 50. Dos historiadores Argentinos investigan actualmente ambos casos.
Los informes de la FBI, de 1945-7 sobre el caso Hitler en Argentina estuvieron en la red de internet, o sea al público, pocas semanas durante 1999. Así como se abrieron se cerraron, y por lo que se puede leer, los americanos temían que Hitler había llegado a territorio Argentino. Según los escritos, no se realizo nunca una investigación seria y profunda sobre el suicidio del ´45. Los datos y versiones fueron aportados por los mismos rusos, o sea, recibiendo la tesis de los comunistas como base, la investigación americana no sería muy seria, teniendo en cuenta que los rusos no querían contar la verdad: Hitler se nos escapo, pero para no quedar mal frente al mundo diremos que llegamos al bunker y vimos el cadáver de Hitler y de Eva Braun ya quemados por los soldados alemanes.
Muchos obstáculos existen en esta complicada investigación histórica. Se pude decir que es una carrera contra el tiempo, cada día los testigos mueren sin decirnos lo que saben, y muchos de lo que viven no quieren y temen de decir lo que pasó.
Como ejemplo, puedo contar que tenía programado entrevistar en Córdoba a un muy conocido investigador. Pocos minutos antes de encontrarnos esta persona me pidió disculpas por teléfono, y me explico que no quería hablar del tema de Hitler en Córdoba, ya que lo conocen en la provincia y teme por su futuro… Me quedé con el teléfono celular en la mano y sin la entrevista fijada...
Hablé personalmente con un ex buceador de la fuerza naval Argentina, el cual me aseguró que desde décadas los gobiernos saben con claridad sobre las ubicaciones de los submarinos hundidos frente a las playas de Río Negro. Pero eso no significa que la fuerza naval quiera ayudar a los arqueólogos marítimos a saber y descubrir por fin los restos de los submarinos alemanes... Al contrario, sería mucho compromiso y lo sabido es mejor que sea ocultado. Esta es la línea practicada por todos los gobiernos Argentinos por décadas, las evidencias están bajo las aguas, a pocos metros de la costa.
Estos gobiernos nunca colaboraron para investigar o dar a conocer la verdad sobre el tema del nazismo en este país. Una línea bastante similar desarrollan los americanos a lo largo de las últimas seis décadas. Muy poco es dado a luz, quizás por temor a decir la verdad, en la cual los mismos americanos trasladaron en una operación secreta a los científicos alemanes de Berlín a U.S.A., junto a sus familias, para que ellos sigan desarrollando los prototipos de los cohetes bélicos-militares y a la vez fijen la base de lo que es la actual NASA.
Creo que después de este viaje a Argentina la descripción de un investigador de Córdoba sirve para reflejar lo que sienten los investigadores Argentinos. Esta investigación es como un iceberg, solo vemos el 10% del descubierto, sobre la superficie, y esto es lo logrado después de casi cinco años de investigación. La mayoría de los hechos históricos están aun bajo tierra, el otro 90%.
Pablo Weschler Israel
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