Sus ojos estaban brillosos, su cara cansada; sus dos brazos tenían marcas; el izquierdo era el que había sufrido mas, allí tenia dos vendas. Según los médicos que lo atendieron, aun no querían sacarle el pedazo de metal que tenía incrustado.
Martes 19 de Agosto. Regreso a casa con mi familia a las 21:10. Prendo la computadora y suena el teléfono celular. Es mi amigo Iosef lo atiendo esperando su buen humor; pero escucho un llanto desesperado. No sabia si era el o no, comienza a hablar: "atentado...vengo del kotel" yo aun creía que se trataba de uno de sus habituales chistes, "me estas hablando en serio?"...sigue llorando y me di cuenta que no era ningún chiste.
Gabriel Jedvabnik llamado aquí por su nombre hebreo Iosef, soltero de 40 años de origen argentino, vivió en Miami varios años, y de allí decidió emigrar a Israel. Iosef se había reencontrado con sus raíces judías.
¿Por qué tendría que venir de la soleada Miami a la "difícil" Israel? Aunque quizás ni el mismo sepa porque, su alma busca su origen, el lugar a donde pertenece. No importa que tenga que aprender un idioma que no conoce, y que tenga que vivir en una sociedad completamente diferente a la que vivió hasta ahora.
Dos días después del atentado, me reuní con él. Ahí estaba frente a mí, era otro. Sus ojos estaban brillosos, su cara cansada; sus dos brazos tenían marcas; el izquierdo era el que había sufrido mas, allí tenia dos vendas. Según los médicos que lo atendieron, aun no querían sacarle el pedazo de metal que tenia incrustado (un clavo?) porque estaba demasiado cerca de un nervio. Iosef; estaba en el ómnibus numero 2 cuando el terrorista suicida del Hamas se voló y terminó con la vida de 21 personas e hirió a más de 100 incluido él. Venia del Kotel (Muro de los Lamentos) y había tomado el ómnibus numero 2. Me relato que estaba en la parte de atrás del ómnibus doble, de esos que se doblan y llevan una "acordeón" en el medio y que el ómnibus estaba repleto de niños. Allí adentro había intentado sentarse en un asiento pero lo habían dicho que estaba ocupado, volvió intentar luego que vio que nadie lo ocupaba cuando justo llegó la persona para cual estaba reservado. La persona sentada allí sufrió heridas mas graves que las de él. En el momento de la explosión, estaba parado agarrado de una de las columnas de las que suelen sostenerse los pasajeros. Y luego se vino el mundo abajo. Sintió una ola de calor expansiva y una tan tremenda explosión que ni se puede llamar fuerte, según sus palabras. La explosión no logró tirarlo, su cara quedo negra del humo. Logro bajar por un hueco que había pegado a la puerta. Cuando bajaba vio a varios niños inmovilizados por el shock. Fue ayudado a llegar a un lugar a varios metros de la explosión donde se sentó y tuvo que esperar a ser trasladado al hospital. Las ambulancias salían con heridos mucho mas graves que él. Cuando al final pudo salir, viajo con una joven que estaba también inmovilizada del shock al Hospital Shaare Tzedek, donde fue atendido inmediatamente. A las pocas horas Iosef pudo ser dado de alta. al. Al otro día del atentado; un miembro de la Embajada de Israel en Bs. As., llamó a Iosef para contactarlo con sus padres que aún no habían hablado con él. Iosef había ido al Kotel para pedirle a D's que le de una señal que le demuestre que está con él. La señal que le había dado D's unos minutos más tarde, no podía haber sido más clara.
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