Cada vez son más los indicios de que la tregua que los grupos terroristas palestinos declararon el pasado 29 de Junio tiene más y más agujeros. Presiones internacionales, interés de las partes en no ser acusados de arrasar meses de esfuerzos por parte de la Administración Bush, o quizás también el temor a una contienda sin límites y de consecuencias imprevisibles, son algunos de los elementos que aún mantienen en pie la tregua del pasado 29 de junio. Porque, después del atentado suicida en Kfar Yabed, el secuestro del taxista Eliahu Gurel y el asesinato en Tel Aviv de Amir Simjón, está claro que la tregua tiene más agujeros que un queso Gruyere.Y pese a todo, sobrevive. Más allá de los ataques puntuales contra Tzáhal en los territorios-que según portavoces militares se han reducido mucho-, esta semana han sido dos los atentados de mayor resonancia. Uno fue el secuestro de Gurel, de 61 años, que el viernes desapareció y el miércoles de madrugada fue rescatado con vida. Ese día, el taxista trasladó a dos pasajeros desde Tel Has-Homer a un hotel de Jerusalén, y de allí telefoneó para informar que estaba en la capital. Su mujer dio la voz de alarma esa misma noche cuando vio que no regresaba, y su coche fue hallado el mismo día en la aldea de Bet Hanina, al norte de Jerusalén. Ninguna señal de violencia dentro del taxi podía relatar qué había ocurrido allí. La búsqueda de los organismos de seguridad llevó a localizar la señal de su teléfono en la zona de Talamón, próxima a Ramala, gracias a dos llamadas efectuadas a su residencia y en las que solamente se oyó un breve murmullo. Un día después, en una nueva llamada, esta vez desde la aldea de Bitin, también próxima a Ramala, una voz masculina decía a la hija de la víctima que "Estoy bien". La hija de Gurel asegura que era la voz de su padre. ¿Colaboración con el AP? Un día después del secuestro, el primer ministro Abu Mazen telefoneó al ministro de Defensa, Shaúl Mofaz, para asegurarle que sus hombres harían lo que estuviera al alcance de su mano a fin de localizar a Gurel. Incluso el Hamás, temiendo ser acusado de violar la tregua, se desvinculó de la acción y dijo que nada tenía que ver con el secuestro. A los esfuerzos de los organismos de seguridad palestinos se sumaron también los presos en las cárceles de Israel, cuyos dirigentes hicieron un llamamiento a liberar al taxista y respetar la tregua del 29 de junio. Pero ninguno de esos llamamientos ni esfuerzos tuvo efecto y según altos mandos de Tzáhal "los palestinos hicieron la pose de que ayudaban sin realmente hacerlo". No obstante, una destacada fuente de la seguridad Palestina asegura que la información que condujo al paradero de Gurel fue proporcionada por los hombres del Servicio de Información General, el coronel Taufik Tirawi, buscado por Tzáhal por actividades terroristas. Los comentaristas señalan que la "pose" Palestina, y el hecho que recuerden todo el tiempo a Tirawi, se debe a que la ANP quiere limpiar su nombre de la lista de "buscados" de Tzáhal, a fin de que este pueda salir de la "mukata" de Ramala, donde se halla refugiado con Arafat desde hace meses. En cualquier caso, e Israel lo confirma, no parece que el secuestro de Gurel sea el trabajo de profesionales, y las circunstancias del secuestro se asemejan más a la capacidad de amateurs. Mencionan por ejemplo el hecho de que fuera secuestrado con arma blanca y que en las negociaciones pidieran cosas contradictorias, por un lado dinero- lo que nunca aria un nacionalista a fin de no ensuciar la causa- y por el otro la liberación de prisioneros. Murió defendiendo a la novia El otro atentado que abrió un nuevo agujero en la tregua fue el asesinato de Amir Simjón, un joven de 24 años que murió en el paseo entre Iafo y Tel Aviv cuando paseaba con su novia. Simjón fue sorprendido por un terrorista de las Brigadas de los Mártires de Al-Aksa cerca del restaurante Taravín, donde hirió a otras dos personas. La victima recibió varias puñaladas en la espalda al abrazar a su novia para que no resultara herida. El atacante confeso a los investigadores que milita en las Brigadas y que llego desde Jerico en un coche cuyo conductor le llevo a Tel Aviv desde la aldea de Azarie, donde reside, cerca de Jerusalén. El conductor, que huyo, es buscado intensamente, en tanto que la policía cree que el vehículo era robado. El de Iafo era el tercer atentado dentro del territorio de Israel desde que comenzó la tregua. El segundo fue el secuestro de Gurel, y el primero el atentado que un suicida de la Guiad Islámica de Jenin cometió en Kfar Yabed, matando a una mujer de 65 años. En estas circunstancias, que en meses anteriores hubieran llevado a Tzáhal a operaciones de represalia en los territorios, es casi milagroso que la tregua no sobreviva. Los analistas señalan en ese sentido que ello se debe a que ninguna de las partes esta interesada en romperla. En primer lugar, señalan, las dos partes tienen miedo de que cualquier acción de envergadura provoque una reacción tal de la otra que desemboque en una contienda a gran escala y peor de lo que la intifada ha conocido hasta ahora. Además, ninguna de las partes quiere ser acusada por Bush de ser el culpable de tirar por la borda meses de esfuerzos para aplicar un plan de paz, ni Israel ni la ANP. Y junto a ese temor de los gobiernos israelí y palestino que solo esperan que sea el otro el que viole la tregua-, esta también el temor de las principales organizaciones terroristas de perder el apoyo de su propio pueblo.• Hugo Zuckerberg Director Gral. del ISSI (Instituto Superior de Seguridad Israelí). Especialista en: Protección y Planificación VIP para Eventos; Evacuación, Escape y Rescate de víctimas. Antiterrorismo y Antisecuestro.
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