El presidente del Consejo Central de los Judíos de Alemania lo califica como un paso muy importante.
«La justicia no tiene fecha de caducidad», dijo Dieter Graumann, presidente del Consejo. Para él es una buena noticia que más de 68 años después del desmantelamiento del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau se comience a investigar a sus guardias, explicó Graumann en entrevista con la red televisiva alemana Deutsche Welle. La Central de administración de justicia para el esclarecimiento de crímenes nacionalsocialistas en Ludwigsburg, Baden-Württemberg, iniciará procedimientos contra 51 antiguos guardias de Auschwitz, según informaciones publicadas por el conglomerado de prensa WAZ. Según declaraciones del fiscal y líder de la investigación Kurt Schrimm al periódico alemán «Berliner Zeitung», las autoridades tienen a su disposición los nombres y lugares de residencia de los sospechosos, que están repartidos por toda Alemania y sus edades sobrepasan los 90 años. Se les investigará por complicidad en asesinato. El portavoz de la Central de Ludwigsburg declaró en la radio alemana Deutschlandfunk que la cifra de sospechosos podría aumentar a entre 80 y 90, ya que se van a investigar también otros campos de concentración. El desencadenante de estas investigaciones fue el caso de John «Iván» Demjanjuk. El procedimiento contra él fue un hecho histórico, puesto que el ucraniano fue el primer ex guardia de campo de concentración que tuvo que responder ante un tribunal alemán. Demjanjuk fue reclutado por las SS, el cuerpo de élite del nacionalsocialismo. Su condena en 2011 sentó jurisprudencia. La Central de Ludwigsburg se encuentra en la primera fase de las investigaciones. «Debemos comprobar que estos hombres pueden ser acusados», afirmó Schrimm. «Si ya declararon ante un tribunal y fueron puestos en libertad o condenados, no podemos proceder. Nadie debe responder ante la Justicia dos veces por el mismo caso», agregó. Otro problema es la avanzada edad de los sospechosos. El presidente del Consejo Central de los Judíos en Alemania dijo imaginarse que a estas alturas no se les puede exigir una pena de cárcel a los presuntos cómplices. «Pero sí se les debe reclamar un proceso para sacar la verdad a la luz», señaló Graumann. El jurista Mathias Schmoeckel, de la Universidad de Bonn, estimó que las posibilidades de que los sospechosos vivan para ver el final de las investigaciones son escasas. ¿Tiene sentido realizar este tipo de procesos tantos años después de la liberación de Auschwitz? Tanto Graumann como Schoeckel coincidieron en que sí porque, por una parte, el tribunal hará una labor de esclarecimiento y, además, tendrá una función de catársis, ya que expondrá a la sociedad qué tipo de crímenes se cometieron». Según Graumann, «el objetivo principal del proceso no es que los ex guardias de Auschwitz reciban sus condenas, sino conseguir justicia. Y para ello todavía no es demasiado tarde»
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