Por lo menos 20 destacados miembros de grupos extremistas musulmanes como Al-Qaeda, Hezbollah y Hamas se han refugiado en Brasil, desde donde divulgan propaganda, recaudan dinero, reclutan militantes y planean atentados, denunció ayer la revista de noticias Veja . Según documentos del ahora desarticulado servicio antiterrorista de la policía federal, además de informes de la CIA e Interpol a los que tuvo acceso la publicación, el principal sospechoso que estableció base en el país es el libanés Khaled Hussein Ali, uno de los supuestos jefes del aparato propagandístico de Al-Qaeda. Es propietario de un cibercafé en el barrio Itaquera de San Pablo, donde se instaló a mediados de los 90, se casó y tiene una hija brasileña. "Desde San Pablo, el libanés coordina a extremistas del Batallón Mediático Jihad en 17 países. Los textos o videos de los discípulos de Osama ben Laden sólo son divulgados mediante su aprobación. La regla también vale para las traducciones de los discursos del terrorista saudita y para los videos subidos por los extremistas a Internet", afirmó la revista.
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