La tesis publicada por la estudiante Shoshana Bar de la Universidad de Haifa, trata sobre las Hagadot de Pesach que se recitaba en los kibutzim, durante los años 30 y 40 del siglo pasado. Sus miembros festejaban Pesach, con un estilo propio, recitando la Hagadá de manera distinta de los judíos seculares, conservativos y por supuesto ortodoxos. Rescribían la Hagadá haciendo hincapié en sus ideales, especialmente en su nueva identidad judía. Un verdadero himno a la libertad, a la dignidad, al trabajo y a su nueva vida, tan alejada del judío que vivía en el “shtetl”, del judío humillado, del judío amenazado y más de una vez pisoteado. El judío que vino a la Tierra de Israel, y que trabajaba en los kibutzim, se sentía, por primera vez, transformado. Atrás quedaba el ciudadano relegado a segundo plano, el judío que vivía en la miseria, el judío que tenía prohibido trabajar la tierra, trabajar en cualquier sitio Porque así era la vida de la mayoría de los judíos en Europa Oriental. Pero, todos estos edictos quedaban atrás. En las Hagadot de Pesach describían acontecimientos que se sucedían a diario: nuevos nacimientos, una cosecha exitosa, el nacimiento de un nuevo ternero, nuevos pioneros. Más que una fiesta de recordación, era una fiesta de iluminación, de orgullo. ¡Por fin libres! Pero, la realidad de la época no permanecía ajena a sus miembros. Muchos de los acontecimientos influían en el quehacer diario, y ello también era citado en las Hagadot: - La revuelta de los árabes entre los años 1936-1939 - La Tierra de Israel bajo el Gobierno Británico - El Holocausto - Inmigrantes ilegales que llegaban con los barcos (Ha’Apalá)
En este proyecto se estudiaron 150 Hagadot, de los distintos Kibutzim: Usha, Ayelet Hashajar, Beit Hashitá, Ein Harod, Yagur, Givat Hashlosha, para nombrar unos pocos. Las Hagadas contenían expresiones personales y sirvieron como medio de educación, su objetivo era transmitir mensajes ideológicos sobre el kibutz y el sionismo, y así también resaltar la ideología kibutziana. El objetivo era crear una Hagadá de Pesach en la que el “nuevo” judío ocupe un primer plano y ofrecer otra alternativa a las tradiciones de nuestros antepasados, sin, por supuesto, empequeñecer la imagen de estos últimos. fte: Universidad de Haifa
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