Un niño de 10 o tal vez 12 años, llamado Abdallah Quran, fue enviado a un control del ejército israelí por la llamada "resistencia palestina". Al ser detenido por los soldados, el niño explicó que unos hombres le habían dado 5 NIS (algo menos de un euro) para que pasara la mochila por el control y la entregase a otro hombre que lo estaba esperando en la zona israelí. La mochila estaba llena de explosivos. Los soldados inmediatamente la lanzaron lejos del niño. La mochila estalló. El niño Abdallah Quran debe la vida a los soldados israelíes.
El periodista Ben Caspit en el suplemento semanal de Maariv echó en cara a sus colegas alemanes de ARD, ZDF y Frankfurter Allgemeine Zeitung, a los franceses de Le Monde, Le Figaro, France2, así como a los ingleses de Sky y The Times haber secuestrado a sus lectores o telespectadores esta espeluznante historia de abuso contra la infancia. Ningún organismo de la ONU, del Vaticano o de la UE dedicado a la protección de los niños protestó. Al fin y al cabo, era un niño palestino enviado a la muerte por otros palestinos "de la resistencia". Su vida apenas vale un euro.
En cambio la vida de Ahmed Yassin, fundador de Hamás, responsable de 425 ataques terroristas, incluidos 52 asesinatos suicidas, que mataron a 377 personas y dejaron otras 2.076 heridas, muchas de ellas parapléjicas, valía sin duda muchísimo más que la vida del niño Abdallah Quran. La prensa ha publicado su historia en primera página, las emisoras de radio y televisión le han dedicado amplio espacio. Javier Solana se ha enterado y ha condenado a Israel, lo mismo han hecho los gobiernos europeos y el Vaticano. La vida del jefe espiritual y estratégico de los terroristas tenía sin duda un valor altísimo. La del niño víctima, igual que la de todos los palestinos árabes que sufren aterrorizados la tiranía de quienes aseguran luchar por "los derechos inalienables del pueblo palestino", no vale ni la molestia.
Es hora de que o bien Solana o bien la UE en pleno digan claramente a los palestinos árabes: "Miren ustedes, nos importa un bledo que los extorsionen, que fanaticen a sus hijos, que sus dirigentes los expolien y ustedes pasen hambre, que nuestra ayuda humanitaria sirva para comprar cinturones de explosivos con los que sus hijos se matarán y asesinarán, que por esta causa ustedes sean cacheados y tengan que hacer largas colas para ir al trabajo, que nuestro dinero no sirva para sentar las bases de vuestro estado sino para pagar a facinerosos, cuyo negocio es manteneros en pie de guerra y asesinar a las personas que os dan empleo y comida. Todo ello nos importa un ardite, a menos que podamos culpar a Israel. Entonces, sí, entonces tendréis nuestra comprensión, nuestra voz y nuestra simpatía."
Díganselo a las claras. Los palestinos de a pie tienen que saberlo, porque sólo la verdad los hará libres.
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