LA VOZ y la opinión


Periodismos Judeo Argentino Independinte
Editorial
Faraones de ayer y hoy

Por Daniel Schnitman
dasch@movi.com.ar
Pesaj es "pe-saj", la boca que habla, la que nos dio el verbo que habíamos perdido en el silencio de la esclavitud.
Nos devolvió la palabra, el derecho de opinión, la posibilidad de crecer en el conocimiento.
Pesaj nos devolvió la libertad, nos sacó de las rejas de la cárcel.
Pesaj autorizó al pueblo judío a recibir la Palabra de la Ley en el Sinai y a abrir la boca, también para quejarnos.
Hoy, después de tanto tiempo, es imposible entender que todavía haya quienes prefieren acatar quietos el fatalismo y aceptar que otros decidan por ellos. Aceptan así las dictaduras de la voluntad ajena, la de los tenedores del poder de turno.
La libertad para expresarnos es la concesión más extraordinaria obtenida con la salida de la esclavitud.
En el ejercicio de nuestra profesión, muchos periodistas hemos sentido la mirada inquisidora sobre nuestras espaldas cuando escribimos un artículo que de alguna manera afecta a los dirigentes de nuestra comunidad, al gobierno nacional, a los políticos, a las fuerzas militares o al liderazgo religioso.
Y además de esa mirada, también recibimos amenazas, las que muchas veces se efectivizan.
Sin querer hacer aquí un recordatorio de los martirios sufridos por cientos de periodistas y libre-pensadores, los dos casos que señalo a continuación no deberían ser olvidados.

1) Bernabé Cortés recibió una llamada de una persona que le aseguró tener información importante para su programa. Aún era de mañana. El director del noticiero de CBN se desplazó hasta el sitio acordado, en algún punto de la ciudad de Cali; al llegar fue asesinado sin mediar palabra, dentro de su propio auto.
Ese mismo día, todos los rincones de Colombia se cubrieron de pañuelos blancos, en una protesta cívica contra la violencia y la impunidad, que culminó en un paro nacional. Miles de personas tomaron las calles y las plazas de las principales ciudades de ese país. En medio de la manifestación, se supo la noticia del asesinato de Cortés. La prensa escrita y los medios electrónicos se sumaron entonces al movimiento.
2) El fotógrafo argentino José Luis Cabezas (Revista Noticias), fue asesinado en Pinamar, en la madrugada del sábado 25 de enero de 1997. Su cuerpo fue encontrado esposado, con un balazo en la sien y totalmente calcinado dentro de su auto, a casi 15 kilómetros del lugar donde fue visto con vida por última vez. ¿Cuál había sido el motivo?, fotografiar a personajes mafiosos.
Desde aquél día, miles de imágenes con el rostro del fotógrafo asesinado aparecieron por todo el país, acompañadas de una frase: "No se olviden de Cabezas". En esta capital, frente a la Casa Rosada, sede del gobierno del ex presidente Carlos Menem, a pocos pasos de donde cada jueves se reúnen las Madres de la Plaza de Mayo, están pintadas decenas de siluetas que representan crímenes impunes. Justo al centro está la que corresponde a Cabezas.

Analizando nuestra vida comunitaria en Argentina, podemos afirmar que la mayoría de los dirigentes nunca han aceptado las críticas. Es más, quienes se han "atrevido" a enfrentarlos, o ha penetrar en ciertos círculos del poder para intentar limpiar la basura, han sido despreciados y en algunos casos querellados judicialmente.
Pero esta no fue ni es la única manera de querer amordazar a la prensa judía independiente.
Los lazos mafiosos que ostentan ciertos personajes comunitarios (sacados a la luz por este periódico) han cerrado filas.
En reuniones que deberían servir de estímulo al debate, a la autocrítica y a la generación de proyectos productivos, algunos de estos sujetos despreciables (llegados al poder para someter a la calle judía a sus antojos y negocios) han superado los límites más insospechados.
La fórmula que utilizan para desprestigiar a los que opinan distinto, por más que es archiconocida, no deja de ser aberrante.
Inventan oscuras historias personales (intentando así destruir su honorabilidad) y descartan todo mérito a la inteligencia o al intelecto del que crítica.
Estos crápulas disfrazados de dirigentes, han logrado infiltrarse en varias instituciones judeo-argentinas. En ellas, presionan (desde el poder del dinero mal habido) a los buenos activistas comunitarios, intentando ahogarnos en el mar que más nos duele. Nos niegan avisos publicitarios de entidades que son de todos los judíos, y hasta amedrentan a nuestros anunciantes con inescrupulosos anónimos que nos retrotraen a lo peor de las épocas maccartistas y guebelianias.
Ese ir a la "Caza de brujas" y a las mentiras difamatorias, sólo conduce a su propio ostracismo.
Esa "ingeniería política" (programada por algún ejecutivo de buen sueldo y poco cerebro) no logrará jamás detener la lucha por la búsqueda de la verdad.
La calle judía espera el esclarecimiento de los criminales atentados a la embajada de Israel y a la AMIA, mientras la DAIA nos avergüenza cruzando la plaza, homenajeando a policías sospechados, políticos depredadores y a candidatos que siguen robándonos los sueños.
Coqueteos, festicholas y fotos en tapas de revistas. Esos son sus ideales y objetivos.
El judío común, el que transpira todo el día para poder mandar a su hijo al shule, el que ve pasar los dineros que llegan desde el exterior y que son dilapidados en intentos de fusiones de instituciones a las que ni él ni sus hijos podrán acceder jamás, ya no soporta más la "Historia oficial".
Señores "DAIA" y sus cómplices: Ríanse entre sí, felicítense entre sí, bésense entre sí. ¡Están aislados, están solos!
Mientras tanto, esa misma calle es la que nos alienta a seguir adelante, con la antorcha en la mano, iluminando el camino para conocer la verdadera trama que nos quieren ocultar.
El mensaje del judaísmo, de la lucha por la libertad y por la dignidad es un mensaje infinito que trasciende tiempo y espacio, es pasado, es presente y es futuro; es Egipto, la inquisición, la shoá y es Buenos Aires también.
El recuerdo y la memoria por nuestros muertos nos exigen separar de los cargos directivos a los malos judíos. A esos que sólo defienden sus intereses (y sus capitales) y les importa muy poco los de toda la comunidad..
© LA VOZ y la opinión.

Abril de 2003
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