Cualquiera podría preguntarse qué vigencia tienen los conceptos centrales de esta festividad. Tantos años han pasado y cada vez somos menos los que preservamos los aprendizajes y las costumbres típicas. Aprendizajes como saber que Pesaj tiene otros nombres como Jag Ha Aviv (fiesta de la primavera), por la estación en la cual transcurrieron los hechos principales que celebramos en esta época; y Zman Jeiruteinu, (el tiempo de la libertad). Por eso una de las ideas principales de Pesaj es la libertad. Libertad que sentía el pueblo, al salir del nido de la opresión, de años de esclavitud. Libertad que les costó algunos sacrificios como vagar por el desierto y comer lo que era el pan de la aflicción de la pobreza, la Matzá. En la actualidad, la palabra libertad puede ser muy discutida. Se supone que la esclavitud ha sido abolida hace mucho tiempo. Pero, ¿cuál es la libertad de los países que no pueden decidir por sí mismos porque todavía dependen económicamente de otros que se han desarrollado como potencias? ¿Cuál es la libertad de los que votamos para que nos representen y, representarnos es lo que especialmente no hacen? ¿Cuál es la libertad de los chicos que no pueden gozar de una infancia normal y tienen que realizar trabajos humillantes o directamente son abusados? Así, podríamos seguir preguntándonos mucho a-cerca de qué tipo de libertad se vive en las distintas partes del mundo o cómo está condicionada la libertad. El punto es que podemos ver cómo uno de los conceptos centrales de Pe-saj sigue teniendo vigencia. Pero esto es sólo una muestra de lo que nos enseña esta fiesta. También podemos ver que debemos continuar con la tradición y enseñarla porque una de las herramientas más poderosas que poseen los pueblos es la memoria, ayer, hoy y siempre. Una sociedad sin memoria puede defenderse, una que olvida está lejos de poder hacerlo, le faltan instrumentos. Y la Hagadá (relato) es uno de los elementos que nos permite enseñar la historia y las sensaciones de Pesaj a todo aquel que se sienta responsable de transmitir y continuar con la tradición. Tradición tan rica que, esta festividad puede analizarse desde muy diversos ángulos. El Seder de Pesaj es un símbolo de unión familiar, donde todos los miembros tienen una participación activa, incluso los más chicos, con la búsqueda de un trozo de Matzá escondido en algún lugar de la casa (Afikomán) y la recitación del Má Nishtaná, en el cual se pregunta por qué esta noche es distinta a las demás, por qué nos reclinamos par comer, por qué no comemos harina, etc. Todas estas preguntas dan pie a la lectura de la Hagadá en la que se encuentra, además de todas las bendiciones y canciones, la historia de los judíos en Egipto, las plagas que sufrieron los egipcios, la salida de Egipto. Otro ángulo de análisis es el del compromiso. Compromiso que empieza a nacer entre D´s y el pueblo cuando El les dice que con la última plaga, la muerte de los primogénitos (egipcios) va a pasar por encima las casa de habitadas por judíos pero que necesita que pongan una señal en los marcos de las puertas para poder identificarlas. Este "pasar por encima" es el Pasaj del que proviene el nombre de la fiesta, Pesaj. En realidad, esto de las marquitas en las puertas es analizado como una prueba de identificación para ellos mismos. D´s no necesitaba saber dónde estaban pero, ellos sí identificarse más como pueblo. De aquí provienen las conocidas Mezuzot que colocamos en nuestros marcos en la entrada de nuestras puertas. Libertad, qué palabra en momentos necesitamos sentirnos libres de todo Faraón, llámese como se llame, comunitario o no. Por eso, espero que este año podamos vivir dignamente con libertad y trabajo. Año, que según la Torá que comienza ahora, ya que en uno de los versículos de Éxodo, D´s le dice a Moisés que le diga al pueblo: "este mes será para ustedes el principal, el primer mes del año" y este mes es Nisán. Cuando el comienzo del año judío es en Tishrei por lo que festejamos Rosh Ha Shaná, como su nombre lo indica, la cabeza, el comienzo del año. Por eso, podemos decir que tenemos dos comienzos de año, uno según el calendario y otro según los versículos de Éxodo. Para cambiar las cosas por un rato nos vamos a quedar hoy con el segundo y así me despido deseándoles un buen año en paz, alegría y libertad. Jag Sameaj.. © LA VOZ y la opinión
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