El flamante embajador norteamericano ante la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), Glyn Davies, advirtió, oficialmente, el 9 de septiembre en Viena, que en virtud de los continuos avances del programa de enriquecimiento de uranio, la República Islámica de Irán se acerca cada vez más a una "peligrosa y desestabilizadora capacidad" de abandonar su programa nuclear civil para comenzar uno militar.
Hace aproximadamente un año, los informes de los servicios de inteligencia de Israel que señalaban que Irán se aproximaba a obtener una bomba nuclear fueron desestimados por sus colegas estadounidenses, por inexactos.
El funcionario de alto rango Glyn Davies, quien destacó la "decepción" de Washington sobre la falta de progreso para investigar las actividades nucleares de Irán, en una presunta y quizás tardía concientización de la amenaza iraní, agregó que Irán está ahora muy cerca o ya en posesión de suficiente uranio para producir un arma nuclear.
El gobierno de EE.UU., impulsado por la creciente presión en el Congreso, quiere que las Naciones Unidas impongan sanciones más duras contra Teherán para presionarlo a que coopere, pero Rusia y China que han invertido cientos de millones de dólares en el desarrollo de las plantas nucleares en el país persa, se oponen sistemáticamente.
De acuerdo a trascendidos, en una probable vinculación con lo antedicho, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu voló a Moscú el martes último, en una misión secreta, para persuadir a Rusia que deje de suministrar a Irán y Siria armas y tecnología.
La Comunidad Internacional especula, desde hace un tiempo, que Israel puede atacar preventivamente a Irán como lo hiciera en 1981 en Irak, cuando la aviación israelí destruyó el reactor nuclear de Osirak.
El presidente Barack Obama, que se ha inclinado hasta el momento en promover mayores sanciones económicas contra Irán, cree ingenuamente que ofertas de beneficio económico pueden convencer al régimen teocrático iraní, encabezado por Ahmadinejad y convalidado recientemente en elecciones tramposas, de abandonar su proyecto de enriquecimiento de uranio.
Por su parte, los países integrantes del Grupo de los 8 (G8), en una reunión especial en Washington dedicada a tratar el programa nuclear de Irán, ratificaron que Teherán debe suspender sus actividades de enriquecimiento de uranio .
Según consigna la agencia EFE, un portavoz del Departamento de Estado norteamericano dijo que representantes políticos de alto nivel del G8 (integrado por EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Japón, Italia, Canadá y Rusia) mantuvieron una "discusión útil" sobre el problema nuclear iraní e intercambiaron puntos de vista sobre "ideas específicas" de los europeos. Una de esas ideas es la que pusieron sobre la mesa los británicos, franceses y alemanes, consiste en un conjunto de incentivos a Teherán, pero sólo en caso de que acepte frenar de forma inmediata su programa de enriquecimiento de uranio.
El Departamento de Estado explicó que los tres países promotores de esta iniciativa presentarán la próxima semana a Irán los detalles concretos de esa propuesta que prevé, entre otras medidas, facilitar la cooperación comercial entre Teherán y la Unión Europea (UE) y garantizar el acceso del país persa al petróleo procedente de Rusia. Si los iraníes no aceptan este plan, explicó el portavoz, hoy ha quedado muy claro que todos están de acuerdo en que su caso debe ser denunciado ante el Consejo de Seguridad de la ONU, el organismo que tiene la potestad de aplicar sanciones económicas y políticas contra Teherán.
Cabe mencionar que El Consejo de Seguridad se compone de cinco miembros permanentes, China, Francia, la Federación de Rusia, El reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y los Estados Unidos de América y 10 miembros no permanentes, indicando el año en que termina su mandato. A modo de ejemplo, integra este período Libia, presidida durante 40 años por el dictador Muammar al-Gaddafi, el mismo que recientemente recibió efusivamente a Abdelbaset Ali al-Megrahi, responsable del atentado terrorista contra un avión de Pan-Am cuando sobrevolaba Lockerbie (Escocia) en 1988, en el que murieron 270 personas.
El portavoz explicó que tanto EEUU como los demás países del grupo (los siete más industrializados del mundo junto con Rusia) coincidieron en que "el único marco aceptable" para la solución del problema iraní es la resolución del OIEA. No se puede confiar demasiado en un organismo cuyo nuevo director general Yukiya Amano, apenas asumió en reemplazo del anterior, Mohamed El Baradei, negó conocer alguna evidencia de que Irán trate de desarrollar armas nucleares.
Irán presentó a las potencias mundiales el miércoles, una propuesta de nuevas conversaciones con Occidente, aunque el presidente iraní, Mahmoud Ahmadinejad, descartó las negociaciones sobre los temas centrales del programa nuclear, que para él, están ya clausuradas.
Los fracasos estrepitosos que significaron en su oportunidad las sanciones económicas implementadas contra Pakistán y Corea del Norte para que desistieran de obtener la bomba atómica, no evidencian haber sido aprehendidos por Occidente, que negligentemente tolera que el vesánico Ahmadinejad, logre su objetivo de obtener armamento nuclear, para de ese modo materializar su recurrente amenaza de borrar a Israel del mapa.
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